Diario de Valladolid

Diputación de Valladolid certifica que 12 consultorios rurales siguen sin atención presencial

Un estudio enviado a Sanidad revela que hay 41 enclaves «descontentos» con su funcionamiento / En Torrecilla del Valle hace 4 años que no hay consulta y en Tamariz el alcalde lleva a los vecinos al médico

Sala de espera de un consultorio rural. ICAL

Sala de espera de un consultorio rural en un municipio de la provincia vallisoletana. ICAL

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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La polémica cita previa que Sanidad quiere extender al mundo rural va más allá de los problemas de conectividad que padecen muchos municipios de la provincia, y que dificulta a los vecinos reservar, vía llamada de teléfono o app de Sacyl, un día para que le atienda el facultativo de referencia. Además de las ‘trabas tecnológicas’, sobre todo para la gente de mayor edad, la Diputación ha destapado que hay todavía doce enclaves donde no se ha recuperado la normalidad previa a la pandemia, es decir, donde se mantiene la atención telefónica pero los consultorios continúan cerrados. Además, en total hay al menos 41 «descontentos» con su funcionamiento.  

La propia responsable del área sanitaria en Castilla y León, Verónica Casado, conoce el ‘listado’ de complicaciones recopiladas por la Diputación, según aclararon fuentes de la propia institución provincial, y también la delegación territorial de la Junta en Valladolid y las gerencias de Atención Primaria cuentan con una copia del informe. 

«Aunque la sanidad no entra dentro de nuestro ámbito competencial, entendemos que es un tema vital para la supervivencia de nuestros pueblos y por eso hemos estado muy pendientes y nos hemos interesado por saber cuál era la situación en la provincia, para que Sanidad ponga remedio y mejoren esas percepciones», explicó el diputado de Servicios Sociales e Igualdad de Oportunidades, David Esteban.           

Que había alrededor de cuarenta municipios con problemas ya se lo había espetado el presidente de la Diputación, Conrado Íscar, a la consejera de Sanidad, tras una reunión que mantuvo con todas las instituciones provinciales de la comunidad a mediados de septiembre, en la que Íscar, también presidente del Partido Popular en Valladolid, se mostró muy crítico con Casado por la modalidad de apertura de los consultorios ‘a demanda’.     

Ahora, gracias a este resumen de quejas, se constata no sólo que no todos los espacios médicos han vuelto a abrir sus puertas para llevar a cabo una atención presencial o que los habitantes tienen dificultades para solicitar la cita previa, sino también que arrastran carencias que derivan en una percepción de ‘descontento’ o ‘muy descontento’ en relación a la atención médica que reciben. Algunos no ocultan que se sienten «abandonados». 

En Torre de Peñafiel, por ejemplo, se quejan porque la localidad está dentro de la ‘ruta’ que utiliza el médico para ir a Rábano, pero allí no se detiene. Pasa pero no para. También se tienen que desplazar los de Fuente Olmedo, en este caso a la Villa del Caballero, porque desde que comenzó la pandemia dicen que su consultorio no ha vuelto a tener actividad. La situación se repite en Bocigas, en Cabezón de Valderaduey, Cabreros del Monte, Manzanillo, Puras o La Mudarra. En Tamariz, incluso, el alcalde reconoce que ha tenido que trasladar él mismo a los vecinos a Medina de Rioseco porque allí sigue sin pisar el médico. En Roturas, ni tienen, y en Torrecilla del Valle (pedanía perteneciente a Rueda), calculan que lleva cuatro años cerrados. Mientras, en Herrín y Castromonte insisten en que el médico sólo atiende por teléfono.   

En otros casos, las visitas presenciales se dilatan tanto que cuesta considerarlas efectivas, como es el caso de Quintanilla del Molar, donde explican que sólo hay consulta una vez al mes. Y otros exponen que viven con la incertidumbre de saber si el médico o el enfermero vendrán o no porque, por ejemplo si tienen que hacer guardias, ya no se acercan al pueblo. Es el caso expuesto en Canillas de Esgueva, Corrales de Duero, Urones de Castroponce, Mucientes, Quintanilla de Onésimo, Muriel, Fompedraza o Fuensaldaña.

Las quejas abarcan singularidades como la de Simancas, donde el Ayuntamiento asume el pago de un administrativo, o la de Sieteiglesias de Trabancos, donde indican que este verano han tenido que recurrir a una persona para que ayudara a los vecinos a pedir cita. Y es que ése es el problema que más se repite: hay consultorios que atienden  con una normalidad similar a que había antes de la pandemia, pero ahora los vecinos no logran pedir cita de manera ágil y siguen acudiendo a la consulta sin haber reservado.     

Así que en el informe de la Diputación de Valladolid se repite mucho la coletilla de ‘el consultorio funciona bien pero’, seguido de aclaraciones relacionadas con las dificultades para contactar con la centralita telefónica, que alude sobre todo a la población más mayor, o del mal funcionamiento de internet para entrar a la cita previa a través de la aplicación de Sacyl, y también para acceder a los historiales de los pacientes o cargar medicamentos en la receta electrónica. En este último grupo se encuentran Villarmentero, Benafarces, Cubillas, Langayo, Llano de Olmedo, Marzales, Ramiro, San Llorente, La Unión o Villagómez.   

Las causas del descontento en los consultorios de la provincia vallisoletana incluyen también que no se cubran bajas, la llegada de diferentes sustitutos, que haya poco personal o el trato con el médico, como sugieren en Curiel, Villabrágima, Valverde y Foncastín (pedanía de Rueda). 

Los ‘deberes’ de la Diputación ya están puestos encima de la mesa de la Consejería de Sanidad. Y el resumen es que uno de cada cinco pueblos de la provincia de menos de 20.000 habitantes no está de acuerdo con el funcionamiento de los consultorios. Ahora, toca afrontar los problemas y buscar las soluciones.

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