Valladolid deja de ingresar 14 millones de euros en tributos tras el parón económico por la Covid

La factura económica provocada por la pandemia se deja sentir en los hogares, en los trabajadores, en las empresas, pero también, como consecuencia de la caída general en la actividad, lo notan  las administraciones. El Ayuntamiento de Valladolid ya sabe, después de echar cálculos,  que su previsión de ingresos por impuestos, tasas y precios públicos sufrirá un recorte  de 14 millones de euros, una cantidad equivalente, para hacerse una idea, a la que aporta todos los años al sostenimiento de la empresa de transporte público urbano Auvasa.

El concejal de Planificación y Recursos Humanos, Pedro Herrero, admite que el «agujero» es considerable en una previsión inicial de ingresos por tributos y precios públicos de 165 millones, rebajados al final a 151 por los efectos de una pandemia cuyo alcance, social y económico, todavía parece lejos de atisbarse.

En condiciones normales, la caída en los ingresos por un tributo  se compensa con un incremento en otro, pero esta vez casi ninguno  de los impuestos de los que se nutre el Ayuntamiento para la prestación luego de los servicios municipales se libra del recorte.

Entre los impuestos directos, el capítulo número uno del presupuesto, el de Bienes Inmuebles, el IBI, es el que más aporta a las arcas municipales, pero este año los ingresos sufrirán una caída de un millón de euros: de los 74 presupuestados a 73. Otro tanto sucede  con el impuesto de vehículos, el segundo en cuanto a volumen de ingresos, con una caída en las previsiones también de un millón, de 17 a 16, mientras el IAE, el de Actividades Económicas, experimentara un recorte más suave, de medio millón, y se quedará en 11,5 millones.

La crisis económica derivada de la sanitaria no sólo ha frenado la compra de viviendas y de  vehículos, sino que ha desincentivado también  la transmisión de inmuebles o de terrenos y se nota en el impuesto sobre el incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, mas conocido como el  de plusvalías. Este impuesto, que grava el traspaso, ya sea por venta o por herencia, cuando el propietario del inmueble o terreno obtiene una cantidad superior a la que tenía cuando lo adquirió, le reporta al Ayuntamiento alrededor de 8 millones y esto es lo que tenía presupuestado también para este año, pero tendrá que conformarse con 4,5 millones, un recorte de casi la mitad.

Por si hubiera alguna duda de la ralentización de la actividad económica, el descenso de los ingresos en 1,5 millones, de 5,5 previstos a 4, por el  impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, el ICIO, que grava cualquier actividad dentro del término municipal para la cual se exija obtener licencia de obras o urbanística, viene a confirmar la tendencia en el conjunto de  tributos municipales.

Por no librarse del recorte en los ingresos no se librará ni la ORA, el aparcamiento en zona azul, ya dentro del apartado de tasas y precios públicos, que pasará de 5,6 millones a 4, entre otras razones por estar suspendido el cobro a los automovilistas durante el confinamiento.

También en gran medida debido a la parálisis que se produjo en la ciudad durante los 90 días que duró el confinamiento y la consiguiente reducción del tráfico, las multas por infringir la ordenanza de circulación serán este año menos y, en consecuencia, también los ingresos del Ayuntamiento por este motivo, que pasan de los 4,5 millones presupuestados a 3,5 millones.

El concejal de Planificación y Recursos matiza que una parte del dinero que no ingresarán corresponde a medidas adoptadas dentro del grupo de trabajo creado en el Ayuntamiento para la reconstrucción económica y social de la ciudad, destinadas a los sectores más afectados por la pandemia. La tasa de terrazas, por ejemplo, con unos ingresos previstos de 950.000 euros se anuló como contribución para paliar los daños de un colectivo con una afectación especial como es el de la hostelería. Será casi otro millón menos.