Diario de Valladolid

Ana, aislada por venir de Italia: «Tengo ganas de que me entre algún síntoma para que me hagan la prueba»

La joven vallisoletana relata el rechazo de su entorno por miedo al coronavirus despúes de que volviera de Venecia

Imagen Quay (81913048)

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Publicado por
R. GARCÍA  VALLADOLID
Valladolid

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Miedo y rechazo. Esto es lo que recibió Ana por parte de su entorno familiar y laboral después de viajar el pasado fin de semana en Venecia. Lo que parecía una escapada cualquiera se ha convertido en el origen de sus problemas. Ella misma reconoce que preferiría salir de dudas antes que vivir así. «Tengo ganas de que me entre algún síntoma para que me hagan la prueba y me digan que no lo tengo» asegura mientras se muestra confusa por la actitud de la gente que tiene a su alrededor.

Ana, que no quiere dar su verdadero nombre por miedo a que haya consecuencias en su puesto de trabajo, es una joven de Laguna de Duero (Valladolid), que viajó a Venecia con un amigo hace hoy una semana. Al poco de pisar suelo italiano los medios de comunicación publicaron las primeras noticias sobre el coronavirus, lo que llevó a sus padres a insistir en que regresara lo antes posible. «Mis padres histéricos y desesperados diciendo que me fuera de allí, y yo ya les decía que me iba al día siguiente», relata. Llegaron a proponerle que, si no podía volver a España, se trasladase a otro lugar. «Vas a otro país, compras otro billete de avión», le decían, con la intención de que saliese lo antes posible de Italia.

Sin embargo, desde los ojos de Ana la situación era distinta. Cuenta como vivió que los medios comunicaran cosas distintas a lo que verdaderamente ocurría. «Al día siguiente saltó la noticia de que habían cancelado el Carnaval, pero yo estaba allí y no lo cancelaron», explica, a lo que añade que en el país mediterráneo «la gente no estaba tan histérica».

Al volver a España y aterrizar en Madrid, Ana pensaba que lo peor ya había pasado, pero estaba equivocada. Mucha gente que conocía cual había sido su destino empezó a rehuirla. La joven narra que recibió «mensajes de amigos escribiéndome para que no fuera a su casa», e incluso se encontró casos dentro de su propia familia. A pesar de esto, los casos más extremos los vivió en su puesto de trabajo.

«En el trabajo yo hablé con mis jefes y me dijeron que ningún problema, que fuera. El problema lo he tenido con los compañeros», cuenta. Según parece algunos empezaron a mantener las distancias, e incluso le exigían que se quedase en casa para no contagiarles. «Algunos me han escrito por el chat de la empresa y me han dicho que tenía que estar en cuarentena. Hay gente que me ha dicho incluso que me cogiera una baja».

Aún con todo, Ana asume que el miedo es libre, y por tanto trata de evitar cualquier situación desagradable. No obstante, todo ese rechazo le ha hecho pararse a pensar las consecuencias antes de realizar actividades tan cotidianas como asistir a una comida o a una cena. «Sabes que va a ir mucha gente y no puedes ir preguntando uno a uno si les parece bien que vayas. A veces ya digo que estoy en cuarentena y no voy».

También pone como ejemplo el contacto con colectivos de riesgo. «Esta persona tiene un bebé, pues no voy a ir a su casa o a estar con ella porque por cualquier cosa puedo contagiarle. A mi me crea cargo conciencia», cuenta, dejando ver que aún con todo prefiere no exponer a nadie para no sentirse culpable.

Pero Ana se muestra valiente y sin miedo al coronavirus. «Yo no tengo miedo de que me vaya a entrar el virus. Si lo tuviese pues paso una gripe y ya está», asegura.  Aún así, prefiere dejarlo claro y, si pude, asegurarse para que su entorno no la evite. «Yo ni toso, ni estornudo. Estoy perfectamente. Me quedan otros diez días de sufrimiento. Tengo ganas de que me entre algún síntoma para que me hagan la prueba y me digan que no lo tengo».

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