Diario de Valladolid

Ferraz coloca a Izquierdo en la Delegación del Gobierno como contrapeso al ejecutivo de Mañueco

Lastra elige al diputado vallisoletano para elevar el perfil político del cargo y hacer de punta de lanza del gobierno de Sánchez en Castilla y León y de contrapeso territorial a las demandas y ataques de la Junta

Javier Izquierdo.- J.M. Lostau

Javier Izquierdo.- J.M. Lostau

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Pablo R. Lago
Valladolid

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Ferraz quiere carácter en las delegaciones del gobierno . Especialmente en las comunidades en las que no gobierna. O mejor dicho, lo quiere la todopoderosa vicesecretaria socialista Adriana Lastra, que es la responsable última de la designación del diputado vallisoletano Javier Izquierdo (Mieres, 1970) al frente de la Delegación del Gobierno en Castilla y León .

Ferraz, es decir Lastra, confía en Izquierdo, que el próximo día 17 cumplirá 50 años, un curtido político que atesora experiencia en el ámbito autonómico, municipal, nacional y orgánica para ejercer el contrapeso al gobierno de coalición de la Junta. Cumple perfectamente las cualidades que requiere Génova: lealtad y capacidad para elevar el perfil político de la institución contra las demandas, reivindicaciones y ataques que reciba el ejecutivo central desde el gobierno que preside Alfonso Fernández Mañueco.

Sabedores que no será una etapa dulce a las vista de las primeras señales, Ferraz quiere que la Delegación del Gobierno extienda los logros y propuestas del gobierno Sánchez en el vasto territorio de Castilla y León, pero que también se encargue de su defensa cuando llegan momento complicados como está ocurriendo con la batalla por la devolución del IVA, en la que el grupo socialista en las Cortes regionales se alineó la semana pasada con PP y Ciudadanos en sus reclamación.

Ya dejó pistas Pedro Sánchez hace menos de dos semanas cuando, imitanto a Rubalcaba, decidió ampliar la nomina de la ejecutiva para dar voz territorial al partido al margen del gobierno. El 31 de enero, junto a otros movimientos, incluyó a Izquierdo en la Comisión Permanente de la dirección federal, al frente del área de Relaciones Sociolaborales. Pero finalmente ese paso ha ido más allá y Ferraz quiere que Izquierdo sea la voz del gobierno, dispuesto a gestionar la tensión y la movilización con el gobierno autonómico de Mañueco, que hasta ahora ha encontrado poca contradicción doméstica. Ese es el motivo de este movimiento de calado político. Ha ido más allá o, más bien fue una elevación orgánica para que Izquierdo mantenga una dependencia directa de Ferraz y evitar así los roces y discrepancias que puedan surgir con la dirección regional.

Sin que exista malestar ni descontento con la labor de la todavía delegada del gobierno, la dirección del PSOE entiende que es el momento de imprimir “más nervio y contundencia” al organismo que representa al ejecutivo en la región.

Aunque no son pocos los que en una interpretación simple achacan a la influencia de Óscar Puente este nombramiento, no es mérito suyo. La decisión es de Adriana Lastra, según fuentes de la dirección regional y nacional consultadas por EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN. Lo cual no quiere decir que Puente esté en contra o no haya tenido nada que ver. Todo lo contrario. Está encantado y ha tenido baste fuste en la decisión.

Hasta tal extremo que ayer los pasillos del Casino Gran Círculo, en la madrileña calle de Alcalá, con motivo del desayuno informativo protagonizado por Adriana Lastra, también portavoz socialista en el Congreso, no eran pocos los que se acercaban a Puente para felicitarle o comentarle la maniobra para instalar a Izquierdo al frente de la Delegación del Gobierno de Castilla y León, en sustitución de la abulense Mercedes Martín, cuyo nuevo destino de momento es una incógnita. Un hervidero en torno a Puente, que de forma sutil, se sacudía la decisión ante quienes le interrogaban por el nombramiento. Se acercaban a Puente y a Izquierdo, que también acudió al madrugador acto de Nueva Economía Forum.

El nombramiento que será efectivo seguramente en el consejo de ministros que se celebra esta mañana, con la idea de que a final de semana o principios de la próxima previsiblemente Javier Izquierdo, que no atiende el teléfono ante el aluvión de llamadas que lleva recibiendo desde el viernes, tome posesión del cargo.

Incluso hay quien ha interpretado en el tuit del secretario regional Luis Tudanca del pasado sábado, un día después de que se hubiera filtrado el nombramiento, cierta disconformidad. Tudanca felicitaba a la todavía delegada y en el mismo mensaje elogiaba a su antecesaro, la vicesecretaria regional, Virginia Barcones. Y, sin nombrarlo, recordaba el reto para el que llega: “Será muy difícil estar a la altura de las dos grandes socialistas que han ocupado el puesto en los últimos tiempos”. Certificaba así lo que se publicó un día antes. El fin de la era Mercedes Martín. Ni un comentario sobre el nuevo inquilino de la Delegación del Gobierno, con el que comparte tareas en el partido, lo hizo en las Cortes, y al que le une un excelente relación.

Ana Sánchez, la secretaria de Organización del PSOE regional, saludaba al nuevo delegado mostrando en él “la confianza de la cúpula regional y garantizando sus éxitos”. 

Las mismas fuentes aseguran que la preferencia de Tudanda era el regreso de Barcones a la Delegación, que supo sacar lustre al puesto en el escaso año que lo ocupó.

Lo que sí es evidente es que la dirección regional no ha tenido peso en el nombramiento de Javier Izquierdo, pese a que fue uno de los pesos pesados del equipo parlamentario de Tudanca hasta que desembarcó con Ábalos en la Secretaría General del Ministerio de Fomento. Cargo que dejó en abril del año pasado para encabezar la candidatura al congreso por Valladolid.

A Izquierdo le une una “buena relación” con Tudanca, según confiesan en el entorno de ambos. “Veremos ahora que Javier tiene que ejercer una labor de contrapesa con la Junta, con directrices directas desde Madrid”, añaden.

Izquierdo llevó las riendas del PSOE vallisoletano antes de la desastrosa etapa de la hoy senadora autonómica Teresa López, descabalgada por Puente de la secretaria provincial para colocar a Manuel Escarda en un fugaz congreso el pasado otoño. Antes de su etapa de casi cuatro años en las Cortes de Castilla y León, fue mano derecha de Óscar Puente en la oposición del Ayuntamiento de vallladolid entre 2007 y 2015.

Arquitecto de profesión, recaló en Valladolid procedente de su Asturias natal, donde ocupó la Dirección General de Vivienda en el penúltimo gobierno del histórico Vicente Álvarez Areces, fallecido hace un año.

Con lo primero que tendrá que lidiar Izquierdo es con el empantanamiento de obras de grandes infraestructura que hay en Castilla y León, más después de proceder de la cartera antigua cartera de Fomento, hoy Transportes, comandada por José Luis Ábalos.

Las infraestructuras paralizadas, cuando no olvidadas, es el principal caballo de batalla de Castilla y León, aunque los partidos del gobierno, PP y Ciudadanos, apenas están empezando a darse cuenta en vista de su nula capacidad reivindicativa en esta área. Mientras que por ejemplo, la sociedad civil mantiene una intensa movilización a lo largo del curso del Duero, desde Soria hasta Valladolid en demanda de la ansiada A-11, la autovía a la que da nombre el río que vertebra Castilla y León.

La plaza que dejara vacante en el congreso la ocupara Julio Valle, que era el número tres en la lista. Un veterano del municipalismo que ya fue diputado provincial.

las subdelegaciones.

Aunque el primer paso de Izquierdo es el control de la Delegación del Gobierno y no hay una previsión de cambios en las provincias, lo cierto es que en este caso, la incertidumbre ha llegado a las subdelegaciones del gobierno. Está descartado un cambio global. Pero lo que no está descartado que se vaya a reemplazar a alguno de los inquilinos de las subdelegaciones.

El que tiene su puesto seguro es el titular de Valladolid, Emilio Álvarez Villazán. Y ya lo sabe. Goza de la plena confianza de Izquierdo.

Donde pueden producirse cambios es en otras plazas, caso de León o de Soria. Especialmente delicada es la plaza de León, donde Ferraz tiene puestos sus ojos en vista de que el regidor de la capital sigue empezinado en su plan para promover una autonomía propia para León, desobedeciendo directametne las consignas del número tres del partido, José Luis Ábalos. Es uno de los puntos calientes del PSOE de Castilla y León. Nadie ha podido sofocar las pretensiones del regidor después de aprobar la polémica moción en el pleno al final del año. Su escalada de declaraciones además contra la dirección del partido en general y en particular contra Óscar Puente, portavoz federal, mantiene la intranquilidad.

Ferraz no entiende cómo se han dejado llegar las cosas tan lejos. Pero es que el regidor leonés, José Antonio Diez, ha dado pruebas que no atiende la consignas ni de Tudanca ni de Pedro Sánchez. Su deriva leonesista es una seria preocupación en la dirección federal socialista. Aunque de momento, el mandatario gana el pulso, en vista de la pasividad de los órganos superiores.

La presencia de un vallisoletno afín a Puente a buen seguro que contribirá a encender y alimentar las quejas y acusaciones del alcalde de la capital leonesa.

El primer reto de la nueva etapa será gestionar la manifestación del próximo domingo organizada por los sindicatos, pero que los sectores leonesistas, alcalde incluido, pretenden comvertir en un plebiscito civil en apoyo de la autonomía leonesa. Este es un motivo por el seguramente, Izquierdo no tomará posesión del cargo hasta la próxima semana. Y así dejar pasar la manifestación, ante la incertidumbre de lo que allí ocurra, que es probable que poco tenga que ver con las ingenuas intenciones de los promotores.

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