Fomento inicia las obras de la A-11 a punto de caducar el impacto ambiental
Una pala excavadora comienza las tareas de desbroce y con ellas una ‘cuenta atrás’ de 36 meses
Una pala excavadora comienza los trabajos de desbroce, estaquillado y tramitación de los trabajos arqueológicos, ayer en el tramo Tudela-Olivares.-J.M. LOSTAU
A ras de un nuevo parón por prescripción de la Declaración de Impacto Ambiental. Así comenzó ayer el Ministerio de Fomento las obras del tramo Tudela – Olivares de la largamente pospuesta Autovía del Duero, A-11, que acumula más de dos décadas de retraso.
La semana que viene, el jueves 12 de diciembre, habría caducado la vigencia del estudio ambiental si no se hubiera iniciado la intervención. Fomento ha evitado así un nuevo aplazamiento. Habría supuesto un mazazo más para la vía de alta capacidad, que aún está a la espera de la adjudicación del tramo Olivares-Quintanilla en el recorrido vallisoletano.
El Ministerio de Fomento comunicó ayer, por medio de una nota de prensa, que ha iniciado las obras del tramo, adjudicadas por un importe de 79.093.509 euros. Los trabajos comenzaron en la zona próxima a la ubicación de una futura área de servicio (punto kilométrico 16-17 del proyecto). Durante la mañana arrancaron los primeros trabajos de desbroce, estaquillado y la tramitación de los trabajos arqueológicos.
En cuanto a las características técnicas, el nuevo tramo de la Autovía del Duero será una alternativa más rápida y segura a la antigua Nacional 122, que en prácticamente la mitad de su recorrido continúa siendo una carretera convencional. El nuevo trazado discurre por cuatro términos municipales de la provincia: Tudela de Duero, Villabáñez, Villavaquerín y Olivares de Duero, en una longitud total de 20,2 kilómetros.
La intervención que arrancó ayer, y que tiene un periodo de ejecución de 36 meses –plazo que se prolonga hasta diciembre de 2022–, prevé la construcción de dos enlaces. El primero de ellos dará acceso a las localidades de Sardón de Duero y Quintanilla de Onésimo por la N-122, así como a Tudela de Duero por su vertiente oeste a través de la VP-3302 y la propia N-122. El segundo, enlazará con la carretera VP-3302. Las obras prevén, además, la reposición de la red de caminos interceptada por la traza, asegurando la comunicación de todas las fincas adyacentes afectadas, y la permeabilidad transversal, que quedará resuelta mediante el diseño de un total de ocho pasos superiores, nueve inferiores y dos viaductos. Aun cuando se cumplan todos los plazos previstos, la entrada en servicio no se producirá hasta, al menos, el mes de enero de 2023.
Fomento adjudicó las obras del tramo Tudela de Duero - Olivares de Duero el pasado 25 de septiembre a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Constructora San José, S. A. y¡ Avintia Proyectos y Construcciones S. L., que se hará cargo de la actuación por un importe total de 79,1 millones de euros. El importe supuso una baja del 25% respecto al precio inicial de licitación, establecido en 105 millones.
Permanece en fase de licitación el contrato de obras del tramo siguiente, Quintanilla de Arriba - Olivares de Duero, que constituye la continuación hacia el este de la Autovía del Duero. En conjunto, suman casi 35 kilómetros. El tramo Olivares -Quintanilla, cuenta con una longitud de 14,5 kilómetros. La licitación establece un presupuesto de ejecución de 135 millones de euros.
Según las indicaciones del pliego de características técnicas, el proyecto está diseñado para transitar a una velocidad de 120 kilómetros por hora, excepto en el tramo inicial y final, donde la velocidad deberá reducirse a 100 kilómetros por hora.
Actualmente el itinerario se realiza por la carretera N-122, que responde al perfil de una calzada única con un carril para cada sentido de circulación, que soporta una intensidad media de 6.300 vehículos diarios.
El Consejo de Ministros acordó a principios del pasado mes de mayo la declaración de ocupación urgente en el procedimiento expropiatorio de las obras de construcción de los dos tramos contiguos de la autovía del Duero. Una declaración que permitió avanzar en el procedimiento expropiatorio con la meta de obtener los terrenos necesarios para la ejecución de las obras.
La A-11 acumula un cuarto de siglo de retraso y aún no está abierta a la circulación ni la mitad de la longitud de la autovía. El pasado mes de abril se inauguró el penúltimo de los tramos concluidos en su totalidad, el comprendido entre Santiuste y El Burgo de Osma, que añadió 8,4 kilómetros más a la Autovía del Duero en la provincia de Soria. A finales de mayo entró en servicio el tramo La Mallona-Venta Nueva, con otros 6,7 kilómetros.
Actualmente existen otros tres tramos en obras en distinto grado de ejecución, también en la provincia de Soria: San Esteban de Gormaz-Langa de Duero (12,8 km); El Burgo de Osma-San Esteban de Gormaz (11 km) y Santiuste-Venta Nueva (16 km). Se espera que el primero pueda abrir al tráfico antes de que termine el año.