Una Navidad con «sello de identidad propio»

Diciembre llegó y, como decía Mafalda, «evita todas las cosas que te engordan... Como espejos, básculas, fotos y amigas sinceras», pero no dejes de disfrutar de la comida y el arte que brinda la Navidad.

Valladolid recibe engalanada la época del año donde la familia y los amigos pasan a protagonizar todos y cada uno de los eventos, y los paseos por la ciudad emanan espíritu navideño. Y, ahí, mimetizadas con toda la decoración de las calles vallisoletanas, se encuentran las casetas del Mercado Navideño y de la Feria de Artesanía, que vuelven a casa por Navidad.

Dos iniciativas, impulsadas por FOACAL, que se han convertido en pura tradición y cada vez están más arraigadas. Dos proyectos que emiten brillos de esperanza para los artesanos de la pequeña y mediana empresa, afectados por las grandes superficies.

Respecto al Mercado Navideño, que abrió ayer ‘sus puertas’ tras el encendido de luces y cerrará el 6 de enero, el gerente de FOACAL, Félix Sanz, se muestra positivo: «estamos muy satisfechos porque es un mercado que empezamos hace 3 años con 8 puestos y este año ya casi rondamos los 40».

Concretamente, en este 2019, el número de casetas ha ascendido a 34, repartidas por la plaza Mayor, como centro neurálgico de la Navidad en la ciudad, donde los vallisoletanos y visitantes pueden encontrar productos alimentarios de todo tipo, elaborados de forma artesanal, desde garrapiñadas, polvorones o mazapanes hasta turrón o chocolate con churros para endulzar y entibiar estos días de frío.

«Nosotros sí que queremos recalcar mucho que es un mercado de productores, es decir, que no hay productores reventa, lo que se apoya es a la pequeña y mediana empresa artesana, tanto de alimentación como de oficios artesanos o creativos», añade Félix.

Una apuesta arriesgada que está recogiendo sus frutos con «una gran acogida» en Valladolid y «con unas expectativas muy buenas de venta y de interés por el público», manifiesta el gerente de FOACAL.

La otra muleta, en la que se apoya la apuesta por los productos artesanos, es la ya consolidada Feria de Artesanía, sita en la carpa de la Plaza de Portugalete, que comenzará el próximo día 13 y este año alcanza su decimosexta edición. «Es una feria muy relacionada con el ‘regalo navideño’, pero, sobre todo, con los oficios artísticos y creativos», señala Sanz.

Un total de 41 casetas, en las que el producto alimentario pasa a un segundo plano, que cuentan con artículos de todo tipo, como textiles, objetos de decoración, complementos, joyería e, incluso, zapatos.

El interés de los vallisoletanos por esta feria no sólo responde a la calidad de los productos que se ofrecen en ella, sino que también se fragua gracias a las actividades complementarias, impulsadas por FOACAL, con la colaboración del Ayuntamiento de Valladolid y de la Asociación de Talleres Artesanos de Valladolid (ATAVA). «De forma paralela, tenemos una carpa en donde desarrollamos un amplísimo número de actividades, no sólo relacionadas con los oficios artísticos», explica Félix Sanz. «Hay talleres participativos y demostrativos. En concreto, este año, por ejemplo, está Juan Villa que está construyendo alguno de sus elementos para el Castillo Encantado de Triguero. Luego también tenemos corales y música. Lo que intentamos es crear un espacio de interés para el público en general», añade.

«Autorregalos»

El Mercado Navideño y la Feria de Artesanía como fuente de regalos para Navidad es ya un clásico entre los asiduos.

«Hay mucha gente que aprovecha para comprar sus regalos de Navidad, pero también algunos aprovechan para comprarse sus propios regalos de Navidad», asegura Sanz.

Y es que en esta época del año no pueden faltar los caprichos ni los «autorregalos», como los denomina Félix. «La gente dice ‘pues me apetece tener una pieza o una obra de tal joyera o de tal artesano’, pues ‘me lo autorregalo’», explica el gerente de FOACAL.

«El producto de decoración tiene mucho tirón, mucho éxito, la gente regala también mucha decoración, o se autorregala o aprovecha para comprar un producto también con un valor añadido de autoría», añade Félix Sanz.

Artículos generados «a la antigua usanza», con cariño, esmero y un gran esfuerzo y dedicación. Productos con «sello de identidad propio», que dan la patada a la producción masiva que asola, actualmente, los comercios.

El Mercado Navideño y la Feria de Artesanía, a las que se les une el mercado típico navideño de la Acera Recoletos, son eventos basados en lo tradicional, que, si no lo son ya, van camino de convertirse en una tradición ineludible.