Pilarica urge a Adif y Ayuntamiento acciones en la ‘acera de la vergüenza’
Reclama el retranqueo del muro junto a las vías para constuir un corredor de peatones y bicis en una zona de paso de escasos centímetros / La lluvia destapa fallos en el nuevo paso de Rafael Cano
El barrio de la Pilarica -con una población de 8.000 vallisoletanos- vive en una constante metamorfosis desde que las máquinas comenzaran a trabajar en los pasos de la plaza de Rafael Cano, ya finalizado, y de la calle Andrómeda, al que le queda año y medio de obras.
Sin embargo, más allá de abrir paso en esa frontera que son las vías del tren, Pilarica continúa en su lucha por mejorar la accesibilidad en sus calles; más concretamente en una, la calle Salud, donde está la conocida como la ‘acera de la vergüenza’.
Los vecinos de Pilarica reclaman al Ayuntamiento de Valladolid y Adif -actores implicados- que se sienten a hablar para solucionar una incomodidad que afecta diariamente a cientos de vecinos. Los, aproximadamente, 300 metros que separan el Centro Cívico y el apeadero de la Universidad, son casi una carrera de obstáculos para los viandantes, que deben optar por cruzar a la acera de enfrente - de medio metro- ante la imposibilidad de transitar junto al muro que les separa de las vías del tren. Allí sólo hay un bordillo que en su zona más ancha no llega a los 40 centímetros, inviable para caminar.
«Es una acera sumamente estrecha -de entre 20 y 40 centímetros-. Habría que retranquear el muro hacia la vía y habilitar un corredor para peatones y bicicletas que una el túnel de Andrómeda y la plaza de Rafael Cano», explica José Luis Alcalde. El presidente de la Asociación de Vecinos de La Pilarica reclama soluciones para «hacer la vida más sencilla a la gente» y cambiar el aspecto de una zona de la ciudad que «da una sensación de prisión impropia del siglo XXI».
La propuesta se puso sobre la mesa del Ayuntamiento de Valladolid y Adif hace algo más de un año. La respuesta fue positiva sobre la teoría, pero no ha visto su reflejo en la práctica. «Si no se ha hecho ha sido por falta de decisión, porque voluntad hay. Las comunicaciones son buenas, y eso hay que agradecerlo, pero hay que dar el siguiente paso y hacerlo», confiesa José Luis Alcalde.
Adif afirmó que había espacio físico para retranquear el muro y el Ayuntamiento, según explica Alcalde, también mostró su conformidad al existir un acuerdo de integrar todo en el corredor ferroviario, en el que se hará un tratamiento integral de los muros del tren. «Ahora mismo no hay proyecto, sólo buenas palabras», lamenta.
El parecer de los vecinos de Pilarica es que ahora, con las maquinarias funcionando en el barrio, es el momento de acometer esta obra que facilite la circulación de personas con carros de bebés o con movilidad reducida, los principales afectados de la ‘acera de la vergüenza’. «El momento es ahora, ya que están las máquinas funcionando. Además sería una obra relativamente barata», entiende José Luis Alcalde, que reclaman determinación por parte de Adif y Ayuntamiento de Valladolid.
«Que las administraciones se pongan de acuerdo y lo hagan», solicita el representante de la Asociación de Vecinos de Pilarica, que pide un proyecto de urbanismo que «facilite las comunicación entre la gente y que haga que esa sensación de aislamiento desaparezca».
La ‘acera de la vergüenza’ es una gota más en un vaso que se ha ido llenando durante años. «Parece que los vecinos de Pilarica estamos eternamente cabreados y no es así, pero nos han tenido más de 1.300 días encerrados y no permitimos estar más tiempo aislados», asegura.
Hasta que llegue el día en el que la calle Salud muestre un nuevo aspecto, las maquinas de obra siguen siendo parte del paisaje del barrio, aún sumido en las labores del paso de peatones de la calle Andrómeda. La apertura en septiembre -tras la reivindicación de los vecinos- de un paso de peatones que conecta Pilarica y Barrio Belén; alivia la circulación, pero la Asociación de Vecinos reclama «una remodelación de la calle que beneficie al comercio de proximidad y a la vida de los vecinos».
LA LLUVIA DESTAPA FALLOS
El agua caído en Valladolid ha destapado algunos fallos en el paso de Rafael Cano -inaugurado el pasado mes de abril-. La lluvia genera un charco que obliga a los peatones a «pasar por otro lado o a mojarse», como explica José Luis Alcalde.
Cuando las precipitaciones son abundantes, el agua se filtra también por una de las paredes -curiosamente estampada con un mural del río Esgueva- del paso, dando como resultado una pequeña cascada de agua. «Es un sistema con un filtro de grava que no da a basto cuando la precipitación es importante», explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Pilarica. Problemas a los que, como reconoce, el Ayuntamiento de Valladolid pondrá solución.