Diario de Valladolid

MANU SERRANO

«El mejor placaje de mi vida sería para terminar con el maldito cáncer»

Exjugador de rugby. Una vida en blanco y negro. Ya forma parte de la historia chamiza, pero a sus 44 años decidió colgar las botas. O eso parece de momento. Para matar el gusanillo, sigue de segundo entrenador junto a su amigo Juan Carlos Pérez. Su día a día como visitador médico es intenso: «Mi jefe me dice que soy como la ‘Reina Madre’. Cuando voy por la calle me para todo el mundo y me saluda».

-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

Publicado por
J. I. Fernández

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Pregunta.- Manu Serrano retirado. ¿Esto es de verdad?

Respuesta.- Es de verdad. Lo que pasa es que sigo entrenando a diario porque quiero estar en forma. Muchos me dicen que voy a volver, pero la única razón sería por una lesión de larga duración y que el club no pueda traer sustituto.

P.- ¿Volverá? o volverá

R.- Espero que no. Estoy bien entrenando la melé. La verdad es que se me hace difícil no hacer la bolsa para jugar, pero estoy ilusionado con el nuevo puesto en el equipo.

P.- Ahora le echa una mano a su amigo Juan Carlos Pérez como segundo entrenador. ¿Se la echa al cuello?

R.- (Risas). No no. Es mi amigo y sé cómo pararle y otras veces lo mejor es no decirle nada. Ahora vivo los partidos de forma diferente. Tenemos mucha confianza y nos hemos dicho siempre de todo. Esa es la base de la amistad. Somos muy viscerales.

P.- Empezó en rugby porque era la manera de «sacudirte sin echarte dos minutos» como ocurría en el balonmano.

R.- (Risas). Salgo del colegio La Enseñanza y allí hacía balonmano y judo. Conocí el rugby por un primo mío. Lo que más me gusto del rugby es que cuanto más fuerte le das en un placaje, mejor.

P.- ¿A quién haría un placaje?

R.-A mucha gente. Pero no me quiero mojar con nombres, pero tengo. (Risas). Así que mejor placamos al cáncer.

P.- ¿Ha sufrido en su vida muchos golpes de castigo?

R.- Alguno, pero de verdad te digo que me considero afortunado y feliz. La vida te da reveses, como la muerte de mi padre, pero hay gente que está mucho peor. Tengo buena salud, una familia estupenda, amigos y un trabajo que me encanta.

P.- ¿El mejor ensayo de su vida?

R.- El que mis padres estén orgullosos de mí.

P.- ¿Liga más un talonador o un apertura?

R.- Un primera línea. Tenemos esa gracia que nos sabemos mover en todos los sitios. Somos bailongos, divertidos y resultones. (Risas).

P.- ¿Aprendió a bailar la ‘haka’ con los jugadores neozelandeses?

R.- Estaban todo el día. Me gustan los ‘All Blacks’, pero es algo a lo que le tengo mucho respeto. Jamás me pondría a bailarlo porque es un sentimiento suyo.

P.- !Vaya! ¿Ni con alguna famosa?

R.- Con alguna famosa prefiero bailar el ‘Asereje’.(Risas)

P.- Vivió la época dorada, luego casi la desaparición y el regreso a la cima. ¿Con cuál se queda?

R.-Pues de las tres se puede sacar algo. De la época dorada, el cómo aprendí de los que más sabían. De cuando descendimos y casi desaparecemos, de arrimar el hombro y que muchos canteranos son grandes jugadores. Y del regreso, pues la lucha que cada vez es más complicado. Hay que luchar contra el VRAC que tiene un superequipo a base de talonario. Ya te digo que este año la Liga no será cosa de dos.

P.- Es un ‘One Club Men’. ¿Eso ocurrió porque no llegó La Moraleja con un cheque?

R.- (Risas). No te lo puedo decir porque no me ha pasado. Soy muy de Valladolid, el otro día me llamaron Vatovi. De Valladolid de toda vida. Me encuentro aquí muy bien. Además tengo mi trabajo. Pero también te digo que nunca han venido con un cheque…

P.- ¿Dígame qué se siente en Moscú desnudo y con -24 grados?

R.- Una sensación increíble. Fue mi estreno con la selección española y me lo hicieron como novatada de bienvenida. No me importó. Todavía hay alguna parte de mi cuerpo que no se ha recuperado. (Risas)

P.- ¿Qué valor del rugby no lleva a su día a día?

R.- ¡Uff! no sé. Lo que siempre digo es que no se nos llene la boca con los valores del rugby si luego no lo hacemos. Si se dicen las cosas son para hacerlas. El rugby y mis padres son los que han forjado mi educación. A veces se insulta con ‘futbolero futbolero’, y luego el fútbol nos demuestra cosas igual de buenas que el rugby.

P.- Dicen que los valores se perdieron en Bélgica.

R.- Hay que verse en la situación. Recuerdo que estábamos en un aeropuerto en Londres y cuando lo vimos, al principio pensamos: «eso no se puede hacer», pero luego, te ves en la situación... Y es complicado. Hasta Mar (Álvarez), la preparadora, me dijo que era difícil controlarse.

P.- ¿Su vida es en blanco y negro?

R.- Pues son 32 años en El Salvador, pero no. Mi vida es de colores. Además mi ropa es muy variada. Aunque la vida vaya en blanco y negro hay que intentar que sea un arco iris.

P.- ¿Es cierto que pasa más tiempo en el gimnasio que en su casa?

R.- Y así sigue siendo. Le doy mucha importancia. Si he jugado tantos años es porque me he cuidado muy bien. Cuando me voy de vacaciones siempre busco un gimnasio.

P.- ¿El tercer tiempo ya no es lo que era?

R.- El rugby ha evolucionado y la evolución lleva una profesionalización. Los de las Calle Linares que acabamos haciendo guerra de tortazos o hacer abiertas hasta la Plaza Mayor ya no volverán. Pero el rugby tomó otro camino, y es el que queremos. Ahora con un par de cervezas te vas a casa.

P.- ¿Aún sigue cantando aquello de ‘Ey pijo’?

R.- ¡Joder, vaya canción! A veces no entiendo cómo todavía me sé estas chorradas. Fue una cosa que cantábamos Zarzosa y yo, y los veteranos nos hacían cantarla. La última vez fue en la boda precisamente de Diego y la cantamos junto a los Jamones. Se la sabía todo el mundo.

P.- Trabaja como visitador médico. ¿Es más complicado estar en una melé o la visita de lunes por la mañana al traumatólogo?

R.- (Risas). Mucho peor la visita. La melé me gusta y estás bien. Sufres por placer.

P.- Es un buen termómetro de la sanidad. ¿Cómo está en España?

R.- La Sanidad va bien para como es España. Podemos estar orgullosos de médicos profesionales y de todos los avances que tenemos. Somos ejemplos para muchos.

P.- Su amigo César Gellida le propuso como pregonero, ¿acepta?

R.- Claro que sí. Pero eso es cosa de los políticos. Yo me meto en todos los charcos. Si algún día me llaman no tendría problemas en juntar cuatro letras.

P.- ¿Lo que pasa en Sanxenxo se queda en Sanxenxo?

R.- ¡Qué bueno! Y lo que pasa en Tarifa se queda en Tarifa. Son mis sitios favoritos y donde voy con los amigos y nos lo pasamos muy bien. Soy como un lagarto y siempre me verás al sol.

P.- Una frase motivadora de algún entrenador.

R.- Yo soy cañero. Me gusta cuando Juancar dice cosas enfadado. Hay dos tipos de jugadores, el que se hunde, o él que dice «me cagüen tu puta cabeza, gafotas». (Risas).

P.- ¿Cuándo volverá la dictadura a este país?

R.- Espero que pronto. Es muy difícil igualar a época gloriosa del Chami, pero ojalá podamos cantar pronto el «va a seguir va a seguir».

P.- ¿Qué tipo de queso hay en su frigorífico?

R.- El queso curado. Y el que no sabe a nada de las ensaladas.

P.- La última, ¿y si le sale un hijo del VRAC?

R.- Lo primero que salga bien. Pero…mis padres me enseñaron los valores de casa, espero que él hiciera también lo que ve en casa y en mi casa solo verá valores chamizos. Pero si sale…le querría igual (Risas).

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