Cs entra en el gobierno de la Diputación tras su apoyo imprescindible a Maroto

El PP vallisoletano ha acabado por acostumbrarse al vapuleo constante por parte de Génova. Especialmente en el escenario de la Diputación. El último episodio se consumó el martes, tras el imprescindible apoyo de Ciudadanos al PP para que el alavés Javier Maroto resultara elegido en las Cortes senador en representación de Castilla y León Castilla y León, y se consumó ayer al asumir los populares integrar en el ejecutivo provincial a la diputada de Ciudadanos Gema Gómez Olmos como vicepresidenta segunda de la institución.Pero la cosa no queda ahí. Ciudadanos se ha salido con la suya, como viene adelantando este periódico hace unos días y especialmente ayer, y consigue además importantes áreas de gobierno que hasta ahora recaían en la figura del vicepresidente, Víctor Alonso, al que no le ha quedado más remedio que renunciar a ella.

Ciudadanos asume casi más protagonismo que los 13 concejales del PP al asumir un nuevo macroárea que engloba empleo, desarrollo económico, turismo, participación ciudadana, cultura además de transparencia, este apartado de nueva creación. Y por su puesto, sueldo. De esta forma, las dos representantes del partido de Rivera gozarán de una retribución anual superior a los 60.000 euros. Dos representantes, dos sueldazos.

El apoyo a Maroto tiene su precio, tal y como reconocieron fuentes regionales y provinciales del PP. Y parte de ese precio es aceptar las exigencias de Ciudadanos en la Diputación. Pese a que el PPvallisoletano se ha resistido durante el último mes, no le ha quedado más remedio, una vez más, que acatar la decisión de Génova. Decisión transmitida al presidente de la institución, Conrado Íscar Ordóñez, el mismo martes por la tarde en la reunión que mantuvo con el todavía presidente vallisoletano del PP y consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero, y el número dos del PP regional, Francisco Vázquez en las Cortes, justo después del pleno en el que se eligió a Maroto como senador, además de a los socialistas Teresa López y Fran Díaz.

El malestar y cierta desolación cundió ayer entre los diputados del PP tras conocer a través de este medio que finalmente «hay que tragar con lo de Ciudadanos», como reconoció alguno a este periódico. Porque además supone desplazar de sus áreas a algunos de esos diputados, como es el caso de Inmaculada Toledano, que se ve obligada a dejar Cultura para que pase a manos de Ciudadanos.

Como en la junta

Ciudadanos pidió las mismas áreas que el reparto de la Junta, aunque su peso político no tiene nada que ver. «Se les ofreció Hacienda para no perjudicar a ninguno de los nuestros, pero claro eso supone trabajo y no lo querían, lo que querían son áreas para el lucimiento y las fotos», confesó un diputado que ha estado inmerso en las negociaciones.

En cualquier caso se trata de un pacto obligado que nadie en el PP de la Diputación quiere. «Vamos a ver cómo funciona esto, porque ni los necesitamos ni los queremos», reconocieron desde el PPa este periódico.

El acuerdo se vistió con la firma de un documento recurrente entre Conrado Íscar y Gema Gómez de un puñado de líneas en el que justifican el pacto en que «ambos partidos tienen un perfil programático e ideológico compatible». Además señalan que el acuerdo estará regido por la «lealtad mutua, la eficacia, la eficiencia y la transparencia en la asignación del gasto público» para a continuación desgranar toda la cuota de poder que el PP entrega a Ciudadanos después de que estos dieran su apoyo a la controvertida elección de Maroto como senador autonómico. El texto del acuerdo llegó a la Diputación redactado directamente por las direcciones regionales de PP y Ciudadanos. «Esto hay que firmarlo sí o sí, no se cambia ni una coma», transmitieron desde el aparato regional y provincial del PP. Yasí se hizo. Un cambio de cromos y de sillones en toda regla. Eso el PP de la Diputación no quiso inmortalizar el pacto, lo que da una clara idea de lo obligado que es. Se limitó a mandar el documento, además de un comunicado de tres folios con las áreas de gobierno que regirán los próximos cuatro años.

Próximamente cuando exista un acuerdo programático, que supuestamente es lo primero que debería establecerse, habrá una presentación conjunto del conocido ya como ‘pacto Maroto’ en la Diputación vallisoletana.

De este acuerdo, además de en el PP, también hay otro damnificado, el diputado de Vox y alcalde de Barruelo, Mario Fuentes, al que el PPtiene ahora que apear del equipo de gobierno después del compromiso adquirido por Jesús Julio Carnero y por Conrado Íscar. Fuentes iba a ser el responsable de Agricultura y ahora se queda en la oposición. El propio Fuentes ha confesado que el presidente de la Diputación le ha reconocido que el acuerdo con Ciudadanos viene ordenado por Génova en virtud de los pactos que el PPmantiene con la formación de Albert Rivera en el conjunto de España y especialmente de Castilla yLeón. Y eso se lo dijo confesó ayer, un día después del encuentro con Carnero y Vázquez tras el pleno de los senadores en las Cortes.

Lo curioso es que el PSOE, principal partido de la oposición, no abrió ni la boca ante este escandaloso acuerdo consecuencia del apoyo a la elección del senador autonómico. El PSOE provincial y el de la Diputación lo sigue liderando precisamente quien acompañará a Maroto en el viaje al Senado vía Cortes de Castilla y León, Teresa López. En cualquier caso, la indignación por ese silencio también sacudió ayer sectores del PSOE vallisoletano que están propiciando el cese de López como secretaria provincial tras la debacle electoral sufrida en Medina y en el conjunto de la provincia.

Víctor Alonso mantiene la primera vicepresidencia, aunque ya sin las funciones que inicialmente tenía. Se le compensa con Hacienda, Promoción Agroalimentaria y Personal. El tercer vicepresidente será Agapito Hernández, también portavoz y presidente de Reval.