Diario de Valladolid

Bailar, el secreto para cumplir 109

Juanita Manzanero, la abuela vallisoletana, sopla 109 velas sin tomar una sola pastilla y recordando cómo era el Valladolid de hace más de un siglo donde hacía «más calor»

Juanita Manzanero mira ilusionada la tarjeta de felicitación regalada por los trabajadores y compañeros del centro.-PABLO REQUEJO

Juanita Manzanero mira ilusionada la tarjeta de felicitación regalada por los trabajadores y compañeros del centro.-PABLO REQUEJO

Publicado por
J. I. Fernández

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El lejano 1910 trajo a España unas nuevas elecciones. El partido más votado fue el Partido Liberal, dirigido por José Canalejas. En fútbol, el FC Barcelona se impuso por 3-2 al Español de Madrid sumando su primera Copa a las vitrinas. Mientras en el Salón del Automóvil de París (Francia), Georges Claude mostró por primera vez las luces de neón. Mientras en Pinto (Madrid), un 26 de junio, nacía Juana Manzanero, aunque desde muy pequeña fue conocida como Juanita. Una madrileña que con el paso del tiempo llegaría a convertirse en la abuela de Valladolid.

109 años después, poco queda de esa forma de gobierno en España, el fútbol ya no tiene nada que ver con lo que era antes y las luces de neón se han quedado muy atrasadas, sin embargo, Juanita, la abuela vallisoletana, sigue en forma sin tomar una sola pastilla y con ganas de seguir viviendo en la Residencia Lacort donde reside desde hace siete años. Ayer fue su cumpleaños y, emocionada, sopló 109 velas de la tarta.

Su cara denota que pese a los años, es una mujer feliz. Abre los ojos con alegría cuando Inma Caballero, de administración del centro, le comenta que viene la prensa a hacerle un reportaje. «Que pregunten, y si sé, pues responderé», contesta con una risa picarona. Ella tiene el secreto de la eterna juventud. Pero no hay que buscarlo en cremas, ni en alimentos, ni en medicinas. Hay que hacerlo en una actitud ante la vida que consiste en bailar. «Eso es lo que más me ha gustado toda la vida», afirma mientras sus ojos brillan resplandecientes. Le daba lo mismo el tipo de música que pusieran. Solo quería ir junto a su marido al baile. Incluso mueve las manos imitando gestos de cualquier baile con el que disfrutó en su juventud.

Recuerda cuando iban al Retiro y su marido compraba churros. Viéndola, está claro que lo de bailar alarga la vida. Una poderosa herramienta para establecer nuevos retos para el cuerpo y la mente, especialmente a su edad. Ahora no puede hacerlo, pero le gusta verlo por televisión, o simplemente imaginarlo. Ahora que tanto se habla de la ola de calor en la ciudad, ella lo tiene claro y pone algo de cordura a la situación. «Antes hacía más, y no teníamos tantos aparatos, lo que hacíamos era ponernos ropa más adecuada y ya estaba».

Manzanero no es capaz de quedarse con un solo momento en estos 109 años. «He sido feliz toda mi vida, siempre he hecho lo que he querido y me ha dado la gana, así que poco más puedo pedir», aseguró. Aunque mantiene una grata imagen de sus años en Valladolid. «Iba a muchos sitios, porque es una ciudad muy bonita y donde lo he pasado muy bien», evoca.

Juanita se sigue emocionando cada vez que habla de su marido. No dudó en entregarse el empleo de él, era militar, para trasladarse de lugar a lugar en España. Así estuvo en Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife, Astorga, incluso Bélgica, y por último Valladolid. Cuando su marido falleció decidió quedarse a vivir en la que era la ciudad natal de su esposo, en una casa muy cerca del barrio de Los Vadillos. El empleo de su pareja le permitió conocer muchos lugares, y aunque nunca tuvo un empleo, presume de haber sido una «gran ama de casa».

GUSTO POR LAS JOYAS

El matrimonio no tuvo descendencia «parece ser que el de arriba no quiso», afirma, pero las visitas no faltan al centro. Por allí pasan sobrinos y amigos de su anterior domicilio en Valladolid. Todos vienen a ver a una Juanita que sigue manteniendo una actitud positiva ante la vida y que no se cansa de bailar. Juanita es coqueta, por eso en un día tan especial, luce una corona de reina, pero también un collar de perlas. Es su otra debilidad. «Esto no es mío, pero tengo muchos en casa», asegura. Yes que cuestionada si le gustan las joyas, contesta con otra pregunta. «¿A qué mujer no le gusta que le regalen joyas?».

Ahora esta madrileña pero ya casi pucelana ve pasar el tiempo en su sillón porque apenas puede moverse. Ve la televisión, «aunque cada vez menos», prefiere mirar las revistas del corazón. «Se ha casado la Belén Esteban», comenta el periodista, a lo que ella responde:«Ya lo sé, la del torero, pero no lo he querido ver».

Ayer no fue un día más en la residencia. Ayer Juanita sopló 109 velas de la tarta. No pudo evitar emocionarse cuando todos sus compañeros (alguna mujer también centenaria)y trabajadores del centro le cantaron el cumpleaños feliz durante el desayuno y la entregaron un ramo de flores, junto a varios regalos. Ahora pide un deseo «seguir bailando» un año más. Ella sabe el secreto.

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