Diario de Valladolid

Lucía ‘reina’ entre las recién nacidas

En chicos, los ‘Mateos’ desbancan a los ‘Lucas’ como nombre más común en los recién nacidos en 2018/ Aumenta el registro de Hugo, Valeria, Martina, Vega o Mario

-

-

Publicado por
J. Ayuso Santamaría

Creado:

Actualizado:

Al geógrafo griego Estrabón se le atribuye la cita que recordaba cómo una ardilla era capaz de recorrer la Península Ibérica saltando de copa en copa, desde Algeciras a Pirineos. Muy lejos de los años de aquella supuesta cantidad de masa forestal, se podría volver a hacer el mismo planteamiento, aunque cambiando el sujeto en abundancia. Esa ardilla, en un futuro no muy lejano, podría ir de ‘mano en mano’ de mujeres llamadas Lucía. Dicho nombre se ha mantenido como más repetido en los registros de recién nacidos en toda España, 163.039 desde la década de los 80, y también en Castilla y León con 2.510 Lucías desde 2010. Es decir, 32 de cada 1.000 niñas nacidas en la región en la última década llevan este apelativo de origen latino. La tendencia se mantiene en el último año con 216 registros entre las 7.297 niñas que nacieron en la Comunidad. Situación que se lleva produciendo desde hace siete años.

El dominio absoluto de Lucía entre las chicas contrasta con los varones recién nacidos. En lo últimos años, Pablo dejó paso a Daniel, Martín, Lucas y, por último en 2018, Mateo; siempre con la presencia de Hugo. De los 7.734 niños que se registraron el pasado año en Castilla y León 219 fueron Mateo; 204 Hugo; 202 Lucas; 201 Martín y cierra el ‘Top 5’ Daniel con 200. El listado femenino recoge una notable diferencia entre Lucía con 216 registros y Valeria con 163. Las siguen Martina con 155; Sofía con 147 y Vega con 143.

Es interesante ver la evolución de cómo se nombra a los hijos a lo largo de los años. Pocos padres usarán ya nombres como Serapia, Graciliano, Macedonia u Octavio, cuyo uso iba de padres a hijos, como legado familiar. Aunque quedan municipios como Huerta del Rey, en Burgos, en el que lo raro es el vecino cuyo nombre esté en la lista de habituales de 2018. La tradición predomina con nombres que evocan reyes visigodos o santos de la Iglesia Católica.

El Instituto Nacional de Estadística recoge una evolución desde los años 30 en preferencias de nombres y muestra las hábitos de los padres a la hora de llamar a sus retoños. En Valladolid, los Gregorio, Teodoro eran usuales en los hombres y en mujeres varias declinaciones de María, María del Carmen, María Ángeles.

El transcurso de los años ha renovado la moda en poner nombres, siempre influenciada por el contexto social y político de la era. La década de los 60 recoge, entre los 20 apelativos femeninos más usados, 19 que contienen María en su composición. Sólo Ana Isabel difiere del resto. Este incremento de María se puede ver desde la década de 1930 hasta la década de 1980. Los tiempos cambian para todos y los nombres son una prueba de ellos.

El conjunto de datos a nivel nacional sigue también esta lógica. La moda femenina y masculina en nombres durante estos ha seguido la misma evolución. En la década de 2010 los 50 nombres más comunes masculinos no fueron simples, mientras que en mujeres este fenómeno se ve desde la entrada al siglo XXI.

El uso de apelativos simples también ha avanzado en los años 80 ningún apelativo femenino de los más comunes era compuestos, mientras que en varones este hecho sucede en los 90 en caso de los varones. Los nombres compuesto parecen haber pasado a la historia, al menos entre los más frecuentes. Los padres se lo pensarán antes de llamar a sus vástagos Víctor José, Francisco Javier o Agustín Zacarías. Es probable que prefieran optar por Mateo, Daniel o Pablo.

El conjunto de apelativos más comunes en la provincia de Valladolid recoge el crisol de nombres y combina aquellos más actuales con algunos más tradicionales. Esto se ve de manera más destacada en los apelativos femeninos, puesto que la realidad es que los hombres tienen menos presencia de nombres compuestos.

La ensaladade nombres, también la edad promedio de la provincia, recoge que 32 de cada 1.000 vallisoletanas se llaman María Carmen, 20 de cada 1.000 se llaman María; 18 de cada 1.000 se llaman María Pilar; 16 de cada 1.000 se llaman María Teresa y 15 de cada 1.000 se llaman María Ángeles. Una vez más, está presente la alta frecuencia de las diversas declinaciones de María.

Los apelativos de los vallisoletanos muestran una dispersión mayor en su listado de nombres más comunes. En una muestra de 1.000 hombres, 22 se llamarían Jesús, 21 se llamarían David, 21 se llamarían José Luis; 18 se llamarían Javier y 16 se llamarían Francisco Javier.

Lejos quedan los años en los que, en municipios como Huerta del Rey, se oía jugar por las calles a chavales con nombres de emperadores romanos, en muchos casos únicos en el lugar, que con el devenir del tiempo se han perdido. Al menos antes nacían más niños, situación que buena falta hace hoy en día en Castilla y León.

tracking