«Aquí vienen todos a votar, quizá porque no hacemos campaña»
Aguasal es uno de los pocos municipios de Valladolid donde el índice de participación fue del cien por cien
Benjamín, uno de los miembros de la mesa, y José, reelegido alcalde.-J. M. LOSTAU
En las calles de Aguasal no hay carteles con las fotos de los candidatos que concurrieron a las elecciones municipales, como reclamo para conseguir el apoyo vecinal. Ni hay, ni hubo, porque «aquí no se hace campaña», aclara el recién reelegido regidor por el Partido Popular, José Nieto Rodríguez. «Quizá por eso, porque el voto es libre y no les achuchamos», reflexiona, «todos los censados acudieron a las urnas».
Pleno de participación. Sin excepciones. Tanto el 26-M como el 28-A. Y no es que los vecinos se pusieran de acuerdo para votar al mismo tiempo, como el famoso municipio riojano de Villarroya, que mantuvo el colegio electoral abierto apenas dos minutos.
En Aguasal no. Los últimos depositaron los sobres a las seis de la tarde en las municipales y a las 16.30 en las generales, recuerda Benjamín, el segundo vocal en estas elecciones, en las pasadas, en las anteriores... «No podemos hacer sorteos porque tenemos los miembros justos para conformar las mesas, así que no queda otra», explica el alcalde para referirse a los tres miembros que siempre se sientan detrás de las urnas esperando la llegada de los votantes para luego realizar el recuento.
No tardan mucho en hacerlo. En esta localidad hay 18 empadronados con derecho a voto. Pero aunque el reducido censo invite a pensar que resulta fácil lograr el cien por cien de participación, no todos viven allí. De hecho, son pocos los que duermen a diario. «Uno, dos, tres, cuatro...», empieza a enumerar Nieto. Y ahí acaba el repaso. El resto se tiene que desplazar para ejercer su derecho. En la mayoría de los casos, recorren los tres kilómetros que los separan de Olmedo, pero algunos residen en Madrid y están igual de implicados en el proceso democrático.
La distancia, por tanto, no es excusa, aunque a veces les juegue una mala pasada. Porque vivir en una localidad y estar empadronado en otra puede llevar a equívocos. Como la papeleta que introdujeron con la candidatura de Olmedo en la urna de Aguasal, recuerda Nieto risueño.
Sospecha, incluso, quién la pudo meter por despiste. Y de quién es el voto en blanco o los otros dos nulos, porque todos se conocen. Los 14 restantes, fueron para él, para la lista que encabezaba junto con Alfonso y Antonio por el Partido Popular, mientras que la candidatura del PSOE no logró ningún respaldo –«no sabemos ni quién es», dice en referencia a su adversaria–. Así que, en términos relativos, es uno de los alcaldes de la provincia con mayor respaldo, al lograr el 93,33% de los apoyos.
«Aquí se vota a la persona», alega como justificación. Y los resultados avalan su teoría, porque en la urna autonómica, aunque la mayoría de los votos fueron para el PP, también había para PSOE y Ciudadanos; en la de las Europeas para Podemos y en las nacionales del 28 de abril, para Vox.
A falta de la revisión de datos por parte del Ministerio del Interior, Aguasal puede presumir de ser uno de los cuatro municipios de Valladolid donde todos los censados acudieron a la llamada de la última cita electoral, junto con Berceruelo (36 votantes), Monasterio de Vega (74) y Villalba de la Loma (48) pues, aunque también aparece Hornillos de Eresma, su alcaldesa confirmó que el dato era erróneo.