Valladolid corona a sus ‘Reyes de sangre roja’

No toda la realeza luce sangre azul como en los cuentos. Algunos reyes presumen de sangre roja; una riqueza capaz de salvar millones de vida a lo largo del mundo. Con esta razón de peso como bandera, la Hermandad de Donantes de Sangre de Valladolid quiere premiar hoy a todos esos héroes anónimos que dan un poco de ellos para los demás.

A punto de celebrar sus bodas de oro, la HDS de Valladolid ha convertido sus premios en un clásico que cada año reconoce la labor de los donantes más activos de la provincia. Hoy lo hará con cientos de ellos que se reunirán en elPalacio de Congresos Conde Ansúrez.

La hermandad repartirá insignias en diferentes categorías. 110 vallisoletanos recibirán su reconocimiento por alcanzan las 50 donaciones el pasado año; 21 recibirán las Medallas de Oro a las 60 donaciones, 27 las Grandes Cruces que otorgan las 80 donaciones y al selecto grupo de Donantes Centenarios se suman 19 nuevos vallisoletanos. La gala servirá además para entregar las distinciones de Gran Donante (otorgada por la Federación Española de Donantes de Sangre) que no pudieron ir a Madrid a recogerla junto con sus compañeros.

Uno de los momentos más importantes de la celebración será la entrega de la insignia alDonante delAño, o lo que lo mismo, la persona que mayor número de donaciones atesora (que no hay sido premiada anteriormente). Este año el galardón llevará el nombre y los apellidos de Anastasio Ojosnegros Sáez, un hombre que suma 140 donaciones desde que se citara por primera vez con la aguja en septiembre de 1975.

En el Palacio de Congresos Conde Ansúrez estarán todos los que son, pero no todos los que están.La Hermandad de Donantes de Sangre de Valladolid ya ha repartido a los largo del año cientos de reconocimientos a los donantes de bronce y plata en diferentes actos celebrados en centros cívicos o en diferentes municipios de la provincia de Valladolid.

Hoy se hará un pequeño homenaje a todos los donantes de Valladolid; un día de fiesta que se ha convertido en una tradición que celebra la secretaria general de la HDS, Pilar Alonso. «Entendemos que estos premios tienen una doble misión. Por un lado, reconocer la labor que hacen estas personas, que pasa desapercibida. Es una labor supercallada que salva muchas vidas. Por otro lado, sirve como ejemplo y promoción para que la gente vea que es necesario y que cualquiera lo puede necesitar en algún momento», explica.

La ciudadanía vallisoletana está comprometida con la donación de sangre. Lo demuestran los datos que recogidos cada año. En 2018, se registraron 27.145 donaciones de sangre en provincia y capital. Pese a no llegar al techo de los 30.000 roto en anteriores ocasiones, sí que mejoran los del año anterior, que se cerraron en 26.371.

La donación en Valladolid goza de buena salud, como explica Pilar Alonso: «El índice de donación está por encima de lo que la Organización Mundial de la Salud marca como óptimo». La OMS cifra esa cifra en 45 por cada 1.000 habitantes; Valladolid alcanza los 53 y ayuda a otros lugares de la Comunidad donde no se llega a los niveles básicos.

A pesar de que los datos sonríen en Valladolid, la sangre es un recurso siempre necesario. «Sigue haciendo falta. De entrada tenemos que mantener lo que tenemos. Hoy damos y mañana sigue haciendo falta más sangre», explica la secretaria general de la Hermandad, que apunta a 450 bolsas diarias las que se necesita en Castilla y León, donde su media no llega al 45 por cada mil, pese a los buenos números de provincias como Burgos, Salamanca o Valladolid.

En el caso de la capital del Pisuerga, parte de culpa del buen ritmo de las donaciones está en los zapatos de la población joven. «En Valladolid tenemos la suerte de tener mucha más gente joven que en otras poblaciones más envejecidas», explica Pilar Alonso. El valor de la juventud para sembrar el campo de la donación de sangre (un perfil para el que se precisa tener entre 18 y 65 años y pesar más de 50 kilos) se pone de manifiesto en la gala de hoy, donde por primera vez se entregarán los Premio Joven a seis donantes de la ciudad, divididos por edades y sexo.

A la juventud se le suma la fidelidad del donante vallisoletano. «Tenemos suerte de tener un grupo de donantes muy fidelizado», celebra Alonso, que destaca cómo no es extraño ver a un padre y un hijo acudiendo juntos a la camilla de donación. La intención de donar es capaz de hacer olvidar distancias. Las facilidades que se encuentran en la urbe se convierten en muros en el entorno rural. Pese a ello, los pueblos también donan con el plus de «tener que buscarse la vida para ver dónde está el equipo móvil más cercano o ir a Valladolid. Tiene un mérito tremendo que en un pueblo, con un acceso nulo, donen sangre», subraya la secretaria general de una Hermandad que este año premia a Tamariz de Campos como Localidad Solidaria (con 127,7 donaciones por cada 1.000 habitantes de media).

Desde los municipios de la provincia llegarán también reconocimientos a Portillo (que dedicó una placa a los donantes), Villanubla (que reconocieron a la HDS con el Premio a los Valores) o Serrada (que aplaudió su labor con un Racimo de Oro). Otro de los reconocimientos más esperados llegará con el premio que recibirá una alumna del colegio Campos Góticos de Medina de Rioseco, ganadora del concurso de redacción propuesto en ‘El gran juego de la donación’, que leerá su creación ante el público del Conde Ansúrez.