Ribera del Duero califica la añada de 2018 como Muy Buena y espera recuperar mercado

Tras un año especialmente difícil como fue el 2017 -con la histórica helada de abril- Ribera del Duero da por concluida la cosecha 2018 con la calificación de Muy Buena y con la esperanza de recuperar la cuota de mercado perdida, con una campaña de calidad y de cantidad. «El 2017 fue muy duro y todos nos vimos afectados en la cadena, también el mercado. Esta añada viene a cubrir esas necesidades», celebra la primera mujer Master of Wine, Almudena Alberca, a sabiendas de que en las zonas continentales como esta, cada año «es un reto diferente».

La bajada de ventas que provocó la merma del 60% de la cosecha en 2017, comienza a remontar. «Confiamos en que siga esta tendencia», subraya el presidente del Consejo Regulador, Enrique Pascual, consciente de que «estos dientes de sierra de Ribera son complicados para la comercialización pero hay que vivir con ellos porque es parte de nuestra esencia».

A la hora de definir esta añada, una de las catadoras, Meritxell Falgueras, lo tiene claro: no estamos ante una Marilyn Monroe, que cuando la ves «te das la vuelta»; la cosecha 2018 responde más al perfil de Audrey Hepburn por la elegancia con la que conquistará sobre todo en el largo plazo. Un argumento que comparte, Almudena Alberca. «Son vinos de guarda que se desarrollarán bien en barrica y en botella al ser de largo recorrido».

De color intenso, los vinos destacan por sus muchos matices flores y frutas del bosque. En boca, resalta la acidez equilibrada. «Es un vino que me mola», asegura Meritxell Falgueras, convencida de que estamos ante los vinos de la Ribera clásica.

Para la calificación de la añada, el Consejo Regulador ha contado este año con un comité excepcional formado mayoritariamente por mujeres. El equipo estuvo compuesto por Meritxell Falgueras (responsable de compras de la enoteca El Celler de Gelida); Almudena Alberca (primera mujer española Master of Wine); Sonia Prince de Galimberti (presidenta de la Asociación de Mujeres Amantes de la Cultura del Vino - AMAVI); Pilar Cavero (mejor Sumiller de España 2013); Gemma Vela (sumiller del hotel Ritz); Manuela Romeralo (Premio Nacional de Gastronomía a la Mejor Sumiller 2008 y Premio Internacional de Gastronomía a la Mejor Sumiller en 2010); Yolanda Esther Rojo y Juanjo Losada (del Restaurante con una estrella Michelin, Pablo, en León) y Daniel González, sumiller del restaurante asturiano, destacado con dos estrellas Michelin, Casa Gerardo.

Como suele suceder en Ribera del Duero, el invierno de 2018 fue frío y desafiante para las plantas de vid, alcanzándose temperaturas de hasta -12ºC y registrándose valores negativos hasta el principio de la primavera. La lluvia apareció a finales del invierno y continuó durante la primavera con abundantes cantidades. Sin embargo, no afectó al desborre, que se produjo de forma generalizada en las fechas habituales de finales de abril.

A finales del mes de junio, las lluvias se detuvieron y se registraron temperaturas más cálidas, con lo que se produjeron las condiciones ideales para una buena fructificación y cuajado de los frutos que ya, en ese momento, auguraban una abundante cosecha. En julio, las temperaturas fueron algo inferiores, lo que generó que las plantas continuaran con su rápido desarrollo -ayudado además por las abundantes reservas hídricas-.

El proceso de maduración fue desigual y mientras las plantas con menor cantidad de uva (correspondientes a los viñedos afectados por las heladas o los de mayor edad) tuvieron una evolución rápida por las temperaturas muy cálidas de septiembre y más altas de lo normal en octubre.