El no de Gato
El alcalde ofreció el nueve en la lista al concejal de Hacienda como una demostración de compromiso con la lista y el proyecto
Antonio Gato, en una imagen de archivo.-P. REQUEJO
Una ausencia y un desplazamiento casi al final de la fila son las dos grandes sorpresas, además de los fichajes, de la lista con la que el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, aspira a revalidar el Gobierno municipal.
El concejal de Hacienda, Antonio Gato, que se cae por decisión propia al verse relegado al noveno puesto de la candidatura, y la edil de Educación, Infancia e Igualdad, Vicky Soto, que se tiene que conformar con ese nueve al que renuncia Gato, suponen el reverso frente al averso que representan la ex de Podemos, Charo Chávez; la joven abogada gitana, Carmen Jiménez, y el ex presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, Antonio Otero.
Un proceso de configuración de listas que tiene un día clave en el jueves de la semana pasada a última hora de la mañana. Es en ese momento cuando Óscar Puente y Antonio Gato se ven las caras en el despacho de Alcaldía, es ahí cuando el regidor vallisoletano le comunica las intenciones a su edil de Hacienda y cuando Gato le dice no a Puente y rechaza ir en la lista de nueve, según detallan las fuentes consutadas por EL MUNDO DE VALLADOLID.
Un Gato, y así se lo expresa al alcalde, que descarta volve a concurrir al no entender cómo puede valorarse su gestión al frente de una Concejalía tan importante como es la de Hacienda, Personal, Economía, Empleo, Empleo... relegándolo cuantro puestos en la lista respecto a hacer ahora cuatro años. Y lo entiende aún menos, a decir de las mismas fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, al ver cómo se coloca de cuatro a Charo Chávez, de la que muchos entienden no va a arrastrar el voto que el líder del PSOE prevé, entre otras cosas porque aquellos que son de Podemos, «los que queden en Valladolid» –puntualizan esas mismas fuentes del PSOE– votarán a su candidato o al responsables de Urbanismo, Manuel Saravia, si finalmente concurren en confluencia Izquierda Unida y la fomación morada en la capital vallisoletana.
En el trancurso de la conversación, Puente le habría remarcado a Antonio Gato que aceptara ir de nueve como una demostración de compromiso con la lista y el proyecto, además de remarcarle que si lo hacía era porque tenía que hacer esos cambios para dar cabida en puesto de salida a Chávez, Carmen Jiménez y el ex presidente de los médicos de Valladolid.
Fieles desde el inicio
Gato le insiste en el no y apela al hecho de que no puede hablarle a él, a estas alturas de compromiso. Conviene resaltar que tanto Gato como Soto, curiosamente a quienes Óscar Puente ahora relega en su candidatura al Ayuntamiento, son los únicos que se mantienen fieles al también portavoz de la ejecutiva federal desde sus inicios en la política y en el Partido Socialista de Valladolid, hace ya casi 20 años, cuando en el hotel Lasa de la capital vallisoletana le peleó la dirección a Jorge Félix Alonso.
Por eso, este movimiento en la lista, Vicky Soto iba a ir como número 10, que está por ver si finalmente sale, de no ser por la renuncia de Gato al nueve. Un Antonio Gato que, en el transcurso de la reunión con Puente el jueves de la semana pasada, dos días ante de que el alcalde anunciara el fichaje de Carmen Jiménez, habría llegado a decirle a Puente que por qué no situaba en ese número nueve al Antonio Otero o incluso a Pedro Herrero, a quien refuerza como número tres, o la propia Charo Chávez, si tan buena era esa posición.
La realidad es que Puente, como lo demuestran los hechos, no cedió y el concejal de Hacienda tampoco. El alcalde se mantuvo firme en su idea de llevar a su responsable de Hacienda al final de la fila y Antonio Gato, en un no del que no se movió un ápice.
Pese a todo, las fuentes consultadas por este periódico, dejan claro que la fidelidad de Gato hacia Puente se mantiene intacta, pese a la decepción que supone para el máximo responsable de la Economía y la Hacienda municipal el que el alcalde, Óscar Puente, a quien siempre ha defendido y respaldado durante esto prácticamente veinte años, no le haya valorado lo suficiente y decidiera relegarlo casi a un puesto que viene a marcar casi el umbral de salir o no salir, matizan esa mismas fuentes.
Una decepción que, aseguran, también es extensible a la concejala de Educación pese a que Soto, como Gato, ni va a mostrarla públicamente, ni va a dejar de respaldar a Puente.