Diario de Valladolid

«Mi mayor orgullo es dar trabajo a 400 familias»

Presidente y fundador de Bodegas Familiares Matarromera

Carlos Moro-PABLO REQUEJO /PHOTOGENIC

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Publicado por
Estibaliz Lera

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Carlos Moro (Valladolid, 1953) es presidente y fundador de Bodegas Familiares Matarromera. Uno de los empresarios españoles más innovadores y comprometidos con el territorio. Ama la tierra y respeta los valores aprendidos en su casa. Su día a día se sustenta en la honradez, autenticidad, esfuerzo y ejemplaridad. Comunicación y trabajo en equipo, sus mejores aliados.

Pregunta.- Su último libro se llama Pasión por la tierra, pasión por la empresa, ¿cuáles son sus pasiones?

Respuesta.- Soy un hombre bastante apasionado por el origen ancestral de la tierra, de la viña. Y, por supuesto, por la empresa. Son los ejes que han empujado mi vida.

P.- Procede de una familia de viticultores y bodegueros, sin embargo, estuvo siete años trabajando en la administración, ¿Su camino estaba escrito de antemano?

R.- Me fui a estudiar ingeniería a Madrid. Tras acabar la carrera, me ofrecieron un puesto en el Ministerio de Agricultura y estuve hasta que volví a los orígenes. Ése fue el punto definitivo de arranque de mi etapa empresarial. Yo siempre he sido agricultor y uno nunca tiene claro todas las cosas, va buscando su camino. Estuve trabajando en la embajada, podía haber seguido la carrera de funcionario internacional, pero la verdad es que si seguía me iba a desvincular mucho de la empresa familiar, así que fundé mi bodega y fui volcando en ella toda mi pasión y todo el esfuerzo.

P.- Reconoce que no todo han sido éxitos, ¿cuál ha sido su mayor fracaso?

R.- He arrancado muchas empresas estando ya en Matarromera. Por ejemplo, una empresa de comercio electrónico en el año 99. Y fracasó como todas las puntocom de la época, ya que no estaba maduro ni internet ni el comercio electrónico. No fue un fracaso sino una enseñanza para retomar la senda adecuada. En el campo del vino todo han sido éxitos.

P.- ¿Qué consejo daría a un emprendedor?

R.- Hay muchos consejos específicos para cada área pero yo diría que se lance a crear su ilusión y que persiga sus sueños.

P.- Está al frente de un grupo multifacético, ¿cómo supervisa y controla esa diversidad de escenarios en los que trabaja?

R.- En primer lugar, con un esfuerzo grande a nivel profesional y personal. En segundo, con un equipo extraordinario. Es el crisol de mucha gente buena que ha estado con nosotros. Han quedado los mejores. Todos ven a la empresa como su empresa, su vida profesional y personal y eso va unido a los objetivos y a los criterios de Bodegas Familiares Matarromera.

P.- Entonces, ¿el equipo juega un papel clave en su negocio?

R.- Fundamental. Soy una persona de equipo. Mi mujer está al frente del área de Administración y Financiera. Tenemos un equipo de comunicación y estrategia extraordinario, un director general muy involucrado... Somos 14 enólogos que sabemos muy bien lo que queremos. En la actualidad, tenemos 180 tipos de referencias. Eso implica un trabajo conjunto.

P.- Se define como hombre orquesta, ingeniero enciclopedista con cierto sentido renacentista del estudio, del conocimiento transversal, al que le gusta conocer todas las ciencias y meterse en todo, ¿esos son los ingredientes principales de un buen líder?

R.- Es necesario tener buena formación, conocer la tierra, la geología, el viñedo, las enfermedades. Si quieres trabajar en el sector del vino tienes que saber enología, pero también informática, finanzas... Todo es importante. Un líder empresarial debe tener unos conocimientos de este tipo aunque luego no vaya a ejercer pero son necesarios para poder dirigir y orientar a todo el equipo, así como contrastar tanto lo de dentro como lo de fuera. Yo siempre me dediqué a estar acumulando conocimientos: cursos de economía, informática, de ingeniería... Han sido fundamentales para dar sentido a la empresa.

P.- ¿Cuáles son los mandamientos que debe tener presente un creador de vinos?

R.- Estar al servicio de la tierra, del suelo, de la viña y de la zona. Nosotros trabajamos en diferentes denominaciones y cada vino responde a esa tierra, a ese suelo, a esa viña y a esa zona. También hay que tener paciencia y objetivos claros de búsqueda de la calidad porque si no se corre el riesgo de derivar en otros criterios cuantitativistas o cortoplacistas. A esto hay que sumar empresa, tecnología, comercialización, seguridad alimentaria…

P.- ¿Qué deberíamos aprender de los vinos de fuera de España?

R.- Mi primer viaje al extranjero fue con 16 años a Burdeos. Palpé lo que ya había. Nosotros estamos con la tierra, y allí estaban con la marca, la etiqueta, la calificación. Aquello me marcó desde el principio. Luego, en la carrera y en los muchos viajes que he hecho, he podido conocer el estatus y todo lo que es trasladable a nuestras empresas: imagen, altura, presentación, categoría… España ha recortado mucho la distancia con Francia e Italia pero todavía tenemos que seguir avanzando para estar a la cabeza.

P.- ¿El cambio climático es una realidad, ¿cómo se preparan en Bodegas Familiares Matarromera?

R.- Apostamos por tomar medidas preventivas y conocimiento para estar preparados y poder seguir haciendo los mejores vinos del mundo.

P.- Innovación en una actividad basada en la tradición, ¿cómo cuadra la ecuación?

R.- Estupendamente. Tenemos los conocimientos pero hay que actualizarlos y mejorarlos. No hay que renunciar a esa mejora y a investigar. Tenemos 13 patentes mundiales.

P.- Tiene una mochila cargada de elaboraciones y saber hacer, ¿de qué se siente más orgulloso?

R.- Me siento especialmente orgulloso de haber podido dar trabajo a 400 familias. También de elevar el nivel de formación de la zona. A día de hoy se asientan doctores, ingenieros, el mejor departamento de comunicación, de I+D. Tenemos una empresa que tiene condiciones para jugar un papel interesante e importante en el futuro del viñedo.

P.- ¿Cuál será su penúltimo proyecto para seguir sorprendiendo?

R.- Hemos abierto muchos campos y el mayor proyecto que tenemos ahora es consolidarlos y situarlos en los cinco continentes. Y afianzar la trayectoria del equipo para que siga durante muchos años.

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