Barrio señala que su candidatura arroja «luz al futuro» de Arroyo

El alcalde de Arroyo de la Encomienda está de moda desde que comenzó la ‘operación Barrio’. Muchas voces apuntaban a que José Manuel Barrio se convertiría en el cabeza de lista de los populares a la Alcaldía de la localidad del alfoz vallisoletano, pero nadie confirmaba la noticia de forma oficial. Hasta el lunes. La junta local del PP de Arroyo ratificó «por unanimidad» su candidatura. Una propuesta a la que tiene que dar el visto bueno el Comité Electoral Autonómico. De ahí la cautela del regidor.

En este sentido, sólo señaló que con este paso se empieza a aclarar el panorama y a ver «luz de futuro». Su idea es seguir trabajando como hasta ahora con todo el equipo de Gobierno «menos uno». «Somos una piña y no va a cambiar nada hasta las elecciones», aseguró Barrio, quien puntualizó que continuarán culminando proyectos «sin alterar el funcionamiento y el engranaje del equipo municipal».

Un engranaje que se rompió en 2015 aunque no saltó a la palestra hasta que Sarbelio Fernández se convirtió en el hombre fuerte de Independientes por Arroyo de la Encomienda (IPAE). Desde ese 20 de enero de 2018, las aguas nunca volvieron a su cauce. Y es que Fernández se impuso «por pocos votos» a Rubén Raedo, hombre de confianza de Barrio. Poco a poco, su relación se rompió hasta que pasó a ser nula.

Ahora Barrio, tal y como afirmó, es «independiente» y lo va a seguir siendo hasta el final del mandato. De hecho, aunque es el candidato del PP en Arroyo, no milita en el partido presidido por Pablo Casado. «Nunca me lo han puesto como requisito». En cambio, sus compañeros en el equipo de Gobierno sí que quieren seguir en IPAE, por esta razón recurrieron el expediente disciplinario que Sarbelio Fernández les abrió.

El primer edil de Arroyo está muy «orgulloso» de sus compañeros en el Ayuntamiento. En cada reunión se rodea de seis afines: Mar Redondo, Isabel Mansilla, Virginia Ingelmo, Rocío de Fuentes, Víctor Bartolomé y Margarita Santos. Estos dos últimos sólo son simpatizantes, por lo que, según comentó Barrio, no pueden ser expulsados de la formación.

En todo momento insistió en que, por un lado, está el partido y, por otro, el equipo de Gobierno. Sobre el primero, apuntó que ya no tiene «nada» que decir, mientras que del segundo resaltó que seguirán «todos a una» para cumplir los plazos y terminar todas las iniciativas previstas.

Barrio tampoco quiso adelantar ninguno de los nombres que le acompañarán con sus nuevas siglas. «Es pronto. Hay que dar tiempo al tiempo. Cuando llegue el momento, reflexionaré y hará las llamadas que considere», subrayó.

Preguntado por una posible mayoría absoluta de los populares, dejó claro que «el ciudadano decide a través del voto». «Nosotros ofrecemos –continuó– nuestro trabajo y nuestra disponibilidad. Lo demás es cuestión de democracia». No obstante, reconoció que, aunque el resultado no sea ese, van a seguir trabajando «sin ningún tipo de frustración ni exultación».

José Manuel Barrio, que visitó las obras del instituto acompañado por el consejero de Educación, Fernando Rey, se mostró «satisfecho» con la aportación del Gobierno regional tanto con el quinto colegio como con el instituto. La previsión es que los trabajos concluyan en mayo y el centro esté operativo en septiembre. Contará con cuatro unidades de Secundaria por curso con un total de 16 grupos en torno a 300 alumnos de 1º y 2º de ESO y unos 8000 cuando esté a pleno rendimiento con los cuatro cursos.

De momento, no tendrá Bachillerato, pero el alcalde de Arroyo no descartó solicitar determinadas actuaciones «en función de la demanda y la demografía».

Rey añadió que con la materialización del nuevo instituto de Arroyo y la reciente puesta de la primera piedra del de La Cistérniga se completan las dotaciones educativas del cinturón de Valladolid en las zonas de crecimiento demográfico, donde se ha tratado de atender las demandas de los vecinos.

La construcción del centro se está llevando a cabo en una parcela de alrededor de 16.000 metros cuadrados, ubicado en la Avenida de Aranzana, y su coste rondará los seis millones de euros.