A 90 por hora en vías convencionales

La limitación de velocidad a 90 kilómetros por hora en carreteras convencionales entra hoy en vigor dentro de una estrategia que tiene un solo objetivo, el de salvar vidas.

Así lo anunció ayer la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, quien recalcó que esta bajada de 100 a 90 kilómetros hora pretende reducir la siniestralidad vial y evitar accidentes mortales. Además, la medida que comienza a imponer sanciones desde hoy mismo.

«En Castilla y León» recordó Barcones «de los 125 fallecidos en 2018, el 68%, un total de 85, perdieron la vida en carreteras convencionales y, además, en la mayor parte influyó el factor del exceso de velocidad». En Valladolid, de las 14 víctimas mortales registradas en 2018, fallecieron 6 en vías convencionales, el 33%.

La delegada anunció que esta estrategia está basada en tres medidas. Reducir la velocidad para minimizar los accidentes, reforzar los controles y la vigilancia para que esta norma se cumpla y trabajar por mejorar el diseño de la vía desarrollando medidas como pintar doble línea para la separación de los sentidos o eliminar cualquier tipo de obstáculos en los arcenes.

Con este plan también se crea una convergencia con el resto de países de la Unión Europa, «salvo ligeras excepciones como Holanda o Suecia, en los que la limitación es a 80 kilómetros por hora, países que tienen menos víctimas mortales en carreteras convencionales», apuntó Barcones.

El plan afecta a 3.300 kilómetros de los más de 30.000 kilómetros de vías de única calzada sin separación física y con un carril por cada sentido de circulación. En la Comunidad se han tenido que modificar o retirar 900 señales de la red viaria que marcaban los antiguos límites.

En Valladolid, el plan actúa en 378 kilómetros, de los cuales 262 de titularidad estatal y otros 116 que pertenecen a la Junta de Castilla y León. Además, se han tenido que modificar 108 señales.

Las carreteras afectadas por esta medida son la N-122, la N-601, la N-620, la N-610, la CL-600, la CL-602, la CL-610 y la CL-621.

El hecho de disminuir la velocidad es una causa directa en el número de siniestros mortales en este tipo de carreteras, por lo que se busca reducir los incidentes causados por las salidas de vía y por choques frontales, donde la velocidad es determinante y son siniestros que suponen un 39% y un 32%, respectivamente, de los accidentes que se producen.

A mayor velocidad, mayor distancia de detención. En condiciones óptimas, de vehículo, carretera, conductor y atmosféricas, a 90 km/h se necesita 70 metros para detener el vehículo y a 100km/h la distancia se eleva a los 84 metros. Con el suelo mojado, la distancia de detención aumenta casi un 70%.

De aquí, el restringir el límite de velocidad, «ya que está demostrado que este elemento es determinante en todos los accidentes con víctimas mortales que se producen».

CAMIONES Y AUTOBUSES

Con este cambio normativo se uniformiza la velocidad de los camiones en carreteras a 80 km/h, límite que es común en gran parte de los países de la Unión Europea.

En el caso de los autobuses, la limitación genérica de velocidad es de 90 km/h debido a la baja siniestralidad continuada de este tipo de vehículos, que en el caso de España tiene un ratio de fallecidos/tipo de vehículo (autobús) un 40% menor con respecto al ratio total de la UE, según informa Europa Pres.

Pese a esta velocidad, el artículo 48 establece una nueva excepción a aquellos autobuses que no tienen cinturón de seguridad, ya que éstos no podrán circular a más de 80 km/h.

Para informar a los ciudadanos sobre la nueva norma, la DGT lanzó el pasado 4 de enero una campaña informativa de cuatro vídeos con el eslogan «Menos velocidad, más vidas en la carretera. Mejor más despacio».