Diario de Valladolid

Las Viudas, una barriada ‘sin ley’

La Policía asegura que trabaja «con normalidad dentro de la situación que se vive» en esta zona, marcada por el narcotráfico / Los empleados de Limpieza deben entrar acompañados de agentes / «No se puede entrar ahí»

Una de las calles de Las Viudas.- E. M.

Una de las calles de Las Viudas, características por sus viviendas, en una imagen de archivo.-J.M. LOSTAU

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Alba Camazón

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Una treintena de bloques. 180 edificios componen la barriada de Las Viudas desde que se construyeron en 1962. Lejos quedan las viudas de los falangistas que ocupaban esas viviendas y su denominación oficial de ‘Grupo Francisco Franco’, pero los inmuebles, perennes como el pino vallisoletano, todavía se mantienen, «modestas y homogéneas», como relataran hace dos décadas los autores del libro ‘Conocer el barrio de Las Delicias’.

Las viviendas «modestas» se instalaron cerca de las industrias más fuertes de entonces: los talleres de Renfe, Fasa, Autógena Martínez, Talleres de Gabilondo... Pero su función era meramente «residencial». eliminando una posterior ocupación del sector terciario o industrial, «con la salvedad de aquellas que puedan incorporarse al reducido espacio de la vivienda como peluquerías, por ejemplo».

Las Viudas ha saltado recientemente a todos los informativos por unos vídeos en los que varios hombres disparaban al aire, también en Pajarillos. «No es la primera vez que hay disparos al aire en nochevieja, ni será la última», explica el secretario de la sección sindical de la Policía Municipal de CCOO, Alberto Fernández Gamazo.

Estos hechos, en cualquier caso, deberán esclarecerse, puesto que el Sindicato Profesional de Policías Municipales de Valladolid (SPPM) denunció en su cuenta de Twitter, que el pasado 30 de diciembre por la noche, unos diez policías, que habían acudido a investigar unos disparos realizados en la calle en el barrio de Las Viudas, fueron rodeados por unos 200 vecinos y «salieron vivos de milagro». Una versión que dista bastante de la que recoge el atestado policial y que comprueba este propio diario.

Las quejas por los ruidos de petardos movilizaron a dos patrullas y unos cuarenta vecinos salieron a la calle. Hablaron con el patriarca y tanto los vecinos como los agentes de la policía se disolvieron «sin ningún problema».

La barriada de Las Viudas es una zona «problemática» como la del 29 de octubre, reconoce el propio concejal de Seguridad, Luis Vélez. Aún así, no existe un dispositivo especial en Las Viudas, aunque es una área que ha sido reforzada con la redistribución de efectivos ejecutada el año pasado.

El responsable sindical de CSIF en el cuerpo municipal de Policía, Carlos Hernando, asegura que la policía está entrando en la zona, aunque la situación es «en general complicada y peligrosa», «hasta ahora no ha pasado nada». «No es un problema de hoy, llevan mucho tiempo y se trata de un problema social», explica Hernando.

Precisamente por este motivo, por la situación de los vecinos de Las Viudas y Jesús Aramburu, el Ayuntamiento de Valladolid pretende reformar un elevado número de pisos que componen ambas zonas. Eso sí, Urbanismo primero deberá terminar la rehabilitación ejecutada en Pajarillos, y entonces, si Puente gana las elecciones, pasarán a trabajar en estas barriadas de Las Delicias.

«Se habla con todas las asociaciones de vecinos y se trata de ver la mejor solución a los problemas que puedan tener. Los vecinos están en su propiedad y tienen sus derechos y hay que trabajar en su mejora social en todo lo que se pueda», explicó el alcalde de Valladolid a este respecto el pasado mes de octubre.

Marcos pasa a menudo cerca Las Viudas a visitar a su madre. «Es una zona muy solitaria», explica antes de añadir que los núcleos de gente le provocan a veces cierta «inseguridad», aunque destaca que nunca le ha pasado nada. Como un barrio ‘sin ley’, en el que se tiene más manga ancha que en otras áreas. Así lo ve este vallisoletano, que ejemplifica: «He visto a la gente lavar el coche o arreglar una lavadora en la calle».

En la zona, la normalidad convive en ocasiones con el miedo. «No se puede entrar ahí [en Las Viudas]», sentencia el vicepresidente de la Asociación Familiar Delicias, Máximo Brizuela. Este vecino explica que en estos años ha habido varias reuniones entre la Policía y los patriarcas, pero afirma que no se ha avanzado mucho a pesar de que todo sean «muy buenas palabras».

Los agentes trabajan «con normalidad dentro de la situación que tiene el barrio», explican fuentes policiales que confirman la necesidad de que el personal de limpieza esté acompañado de efectivos policiales cuando va a trabajar a la zona. Ahora recogen los enseres más tarde tras las quejas de los vecinos por los ruidos, pero afirma que en Las Viudas hay problemas «de convivencia» fruto de unas costumbres «que no siempre coinciden».

Pedro es empleado del servicio municipal de Limpieza y su trabajo no opera con tanta «normalidad». «El capataz tiene sus días estipulados y no podemos ir muy pronto, además de ir escoltados por la policía», reprocha. Esta situación se lleva produciendo un par de años, y asegura que los trabajadores «pueden tener problemas» si vas a recoger determinados objetos –tablas, colchones o frigoríficos– que están en la calle «pero que no te puedes llevar».

Estas mismas fuentes policiales destacan también la «costumbre» que tienen los vecinos de Las Viudas de «apoyarse entre ellos». «No discutes solo con él, discutes con todos», explica antes de recordar que pueden trabajar «con normalidad».

Sin embargo, desde Csif vuelven a pedir al Ayuntamiento que incorpore una pistola táser por vehículo policial, una solicitud a la que el Consistorio todavía no ha respondido. El responsable sindical también pide que se repongan los botes de gas pimienta, que cuentan con la autorización del Gobierno local pero que se han terminado o caducado.

Situación diferente viven los agentes de la Policía Nacional, que deben combatir con su propio caballo de Troya particular: el narcotráfico. Unas sustancias, que, como el caballo de madera anatolio, entraron en una zona y destrozan la vida de los que allí habitan, de una manera o de otra.

«Los de Servicios Sociales hacen todo lo que pueden, y por eso les aplaudo», señala Brizuela, que no se muestra precisamente optimista sobre el futuro de esta zona, al menos a corto plazo. Critica que las Administraciones deberían hacer más y remacha que no solo es una labor del Ayuntamiento, sino también de la Junta y de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Otro problema que suma Las Viudas es precisamente su diseño urbanístico: es una zona cerrada y poco transitable. Estos bloques conforman un perímetro que limita el acceso a la zona interior y a los patios, por lo que si alguien quiere, puede controlar quién (o qué) entra y qué (o quién) sale, pero el que está fuera se queda ‘ciego’, sin poder ver lo que sucede en las pequeñas calles que caracterizan a las barriadas. Y esto dificulta todavía más la labor de los agentes de la Policía.

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