Cuatro días de videojuegos sin tregua

Les mueve un lazo invisible. Una cadeneta en la que el buen rollo gana a los torneos. Aun así todos los ingredientes se echan en la coctelera, se agita y ¡Eureka! Una cita tecnológica que no duerme y en la que tampoco hay tiempo para aburrirse. Sus asistentes tienen una mochila repleta de intereses en común y la conversación está más que servida.

La Lan Party Vallisoletana ya está aquí. Del 1 al 4 de noviembre se celebrará en la plaza de toros de Arroyo de la Encomienda la décima edición de un evento que cada año gana más seguidores. Y eso que el aforo está limitado a 300. Sin embargo, los más ávidos lo marcan con rotulador fluorescente en el calendario y se hacen con las entradas. Al cierre de esta edición ya estaban vendidas más del 75%.

Es lógico. El plan es perfecto. 72 horas en las que no parar de disfrutar. Sólo hace falta llevar dos acompañantes: un ordenador y muchas ganas de divertirse. El ambiente pondrá el resto. Ni para dormir, si es que quieres hacerlo, tendrás que salir del recinto. Habrá zonas de descanso en las que colocar la tienda de campaña, el colchón hinchable o el saco de dormir para caer en los brazos de Morfeo.

Durante la estancia podrán disfrutar de actividades, concursos y competiciones de videojuegos. Como gran novedad, avanza Daniel Bilbao, organizador del evento, habrá un juego de escapismo, en el que los más aventureros se batirán el cobre para superar todos los obstáculos y acabar en tiempo.

También habrá competiciones de videojuegos. Las más populares son League of Legends (cinco contra cinco), Rocket League (dos contra dos), Hearthstone (uno contra una), Clash Royale (uno contra uno), FIFA 19 (uno contra uno) y Dragon Ball FighterZ (uno contra uno). Cada uno de los miembros que formen parte de los equipos de los campeones y subcampeones recibirán premios valorados en 150 y 50 euros, respectivamente.

«Viene gente de todas las edades. Los menores de edad tienen que traer una autorización de los padres. De hecho, cada vez más familias se apuntan», reconoce, antes de comentar que la procedencia de los asistentes es muy variada, desde Valladolid a Portugal, pasando por Alemania, las islas, Cantabria, Galicia, Madrid o Barcelona.

Otra actividad para no perderse es El Frikisapiens, una especie de Saber y Ganar con preguntas que sólo un amante de las Lan Party podría conocer. También estará presente una competición llamada Hack-it, en la que los participantes deberán superar diferentes pruebas y retos informáticos.

En el apartado de talleres y conferencias, contarán con opciones para todos los públicos, desde más técnicas como introducción a Arduino y pinturas de miniaturas a un encuentro gastronómico que servirá para que los asistentes despeguen por unos minutos los ojos del ordenador y aprendan a elaborar suculentos pinchos con productos que todo el mundo tiene a mano: pan de molde, queso de untar y jamón cocido. «Creaciones muy apañadas que se disfrutan en una comida conjunta». Un aperitivo que servirá para abrir el apetito. Si eso sucede habrá un puesto en el que comprar hamburguesas, perritos calientes. Viandas que aportarán el combustible para seguir compitiendo. No olvides llevarte algún que otro recuerdo de los expositores de cómics y videojuegos.

Como complemento a las anteriores actividades se realizarán multitud de pruebas y sorteos sorpresa que mantendrán entretenidos a los participantes durante los cuatro días. El evento contará, además, con una granja de impresión 3D gestionada por la comunidad de markers Clone Wars. No sólo mostrarán su saber hacer sino que impartirán conferencias en las que desvelarán detalles de este arte en tres dimensiones.

La Lan Party Vallisoletana promete ser todo un éxito. Nació en plena juventud. Sus organizadores encontraron en ella la excusa para reunirse y crear una comunidad bastante grande que se mueve con alta velocidad. «Éramos gente con las mismas aficiones que, en ocasiones, solo nos conocíamos por la red a través de la cual compartíamos contenidos y echábamos partidas», relata Daniel Bilbao. Ahora, aunque la tecnología está a la orden del día, es la oportunidad de reunirse y disfrutar sin mirar el reloj. Un plan que no defraudará porque «es un cúmulo de entretenimiento».