Diario de Valladolid

LA ESPUELA / JOSÉ LUIS KAELE / PIANISTA

«Podría interpretar cualquier canción menos una de reguetón»

Este vallisoletano de solo 18 años toca el piano a la perfección. Eso sí, el mérito es aún mayor cuando sabes que nunca ha estudiado música y no saber leer una partitura. Es un don que le ha hecho ser el centro de atención en las últimas semanas desde que salió en el Telediario de La1. Un don llamado ‘oído absoluto’ que muy pocas personas tienen y que se refiere a la habilidad de identifica una nota por su nombre sin la ayuda de una partitura. Tiene las ideas claras y un futuro más que prometedor. ¡Música maestro!

-PABLO REQUEJO

-PABLO REQUEJO

Publicado por
J. I. Fernández

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Pregunta- ¿A qué suena José Luis Kaele?

Respuesta- A un chico que nació en Valladolid, pero ha vivido en Rioseco durante 17 años, y que toca el piano desde los cuatro. En febrero de este año llegué a Valladolid y me cambió la vida. Ahora ese chico se ha convertido en un músico de jazz.

P.- ¿Y lo de ‘kaele’?

R.- Eso fue mi tío que también es pianista. El siempre me decía que era un crack y de ahí viene la K y ‘ele’ de Luis. Ya sé que crack es con C, pero con K suena más artístico. ¿Verdad? (risas).

P.- Toca sin necesitar leerlo en una partitura. ¿Se nace con este don?

R.- Lo noté con 11 años. Empecé a tocar en el culto en la iglesia y con 17 años me salí para venirme a Valladolid.

P.- Lo que se denomina un oído absoluto.

R.- Así es, pero solo para el jazz. Escucho un fraseo de alguien y lo puedo repetir sin partitura. Es algo que he ido desarrollando con el tiempo y que es cuestión de práctica.

P.- Pues ya le digo que yo imposible...

R.- Hay que dedicarle tiempo y ganas.

P.- ¿Cómo era su día a día en Medina de Rioseco?

R.- Tocaba en mi casa y en el culto. Grababa mis cosas en el ordenador y cada vez me sentía más importante. Cuando me vine a Valladolid a vivir, entré a un club de jazz y allí toqué con muchos músicos. Ellos fueron los que me vieron y se sorprendieron. Ahora no me arrepiento de haberme venido y sé que me queda lo mejor. En Valladolid estoy siendo muy feliz.

P.- Fue a una escuela de música en su pueblo y la profesora dijo que no tenía nada que enseñarle.

R.- Yo no sé leer una partitura. Había una maestra que me enseñó el nivel mínimo, después de la teoría, cuando los compañeros iban a ensayar, a mí no me dejaban (risas). Me vieron tocar y me dijeron «tú no hace falta ya lo sabes todo».

P.- Con ese oído tan fino lo que suena mal a usted le suena peor. ¿No?

R.- Eso es cierto. En cuanto escucho algo que no me gusta lo noto. Soy muy meticuloso para eso.

P.- ¿Y si suena algo de Maluma o de Bad Bunny?

R.- ¡No!, ¡no!, ¡no lo soporto! (risas).

P.- Cuando chicos de su edad escuchan esta música, usted escucha a Chick Corea, Chano Domínguez y Eliane Elias. ¿El futuro está asegurado?

R.- (Risas). Por supuesto. Son ídolos desde que era muy pequeño. Al final yo lo escucho porque soy músico. Esta música está diseñada para músicos, por eso me gusta.

P.- ¿Y no escuchaba otras cosas?

R.- No, a mi tío que es pianista de flamenco pero también metía acordes de jazz. Todo eso me llamaba mucho la atención y creo que mi afición por este estilo viene de esa época.

P.- Es un aficionado al flamenco fusión. ¿Qué diría a los puristas que no lo llevan nada bien?

R.- Tienen razón. A mí el falmenco me encanta es algo mío, pero no lo he desarrollado, solo en jazz. Mi familia sí que lo ha hecho en flamenco. A mí lo de la fusión me viene de escuchar a Chano Domínguez.

P.- ¿Con quién le gustaría hacer un dueto?

R.- Con Chano Domínguez.

P.- ¿Toca algún otro instrumento?

R.- Con oído absoluto no. Me gusta la guitarra y la batería.

P.- Todos los grandes pianistas son muy maniáticos. ¿Usted también?

R.- Es verdad. En mi caso tiene que sonar todo según como está en mi cabeza, si no, no me gusta.

P.- Una de sus frases favoritas es que ‘tocas lo que tú eres’. ¿Qué eres?

R.- Se dice que en el jazz todo es improvisado, yo toco algo 20 veces y las 20 veces lo hago distinto. No puedo tocar algo igual. Así que se puede decir que soy jazz improvisado.

P.- ¿Es muy sacrificado el vivir del piano?

R.- Hace unos años recuerdo que ensayaba durante seis horas, ahora prácticamente todo el día. Sé que es muy sacrificado, pero estoy preparado, porque es lo que adoro. Yla verdad haciendo lo que gustas no creo que tenga que sacrificar muchas cosas.

P.- ¿Qué sonido no podría reproducir?

R.- Cualquier canción de reguetón. (Risas).

P.- ¿Cuál es el sonido de la naturaleza que más le gusta escuchar?

R.- El de la lluvia.

P.- Ponga banda sonora a la España actual.

R.- La canción Spain de Chick Corea, recomiendo que se escuche.

P.- ¿Usted no se equivoca nunca?

R.- Por supuesto que sí, como todo el mundo.

P.- ¿Qué sueños tiene un chaval de 18 años?

R.- Pues siempre he soñado con ser pianista de jazz y ya lo he conseguido. Ahora quiero triunfar.

P.- El oído ya sabemos que lo tiene muy desarrollado, ¿y los otros cuatros sentidos?

R.- Ummm (se lo piensa). El olfato lo tengo bien, el gusto también lo tengo muy desarrollado, soy de gusto muy fino, lo reconozco (risas).

P.- ¿Y si no fuera pianista?

R.- Buena pregunta. Pues baterista, de pequeño la verdad es que lo tocaba todo. Pero eso sí, siempre de jazz.

P.- ¿Podría vivir sin música?

R.- No. La música la vivo desde pequeño y siempre ha estado ahí, para los buenos y los malos momentos.

P.- ¿Cómo se relaja un pianista?

R.- Estando un par de días sin tocar. Desconexión total.

P.- ¿Se ha encontrado en su vida a mucha gente que desafine?

R.- Por supuesto. En el culto había una mujer...(risas).

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