Diario de Valladolid

LA ESPUELA. RUFO MARTÍN PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL PUEBLO SAHARAUI

«Es más creíble la visita de un famoso al Sáhara que la de un político»

«Rápido y sin pensarlo, como cuando ves que se necesita ayuda y sientes que puedes darla», así fue su llegada a la presidencia. Desde su puesto ha aprendido que «occidente no es el ombligo del mundo pero que ninguna otra cultura debe pretender serlo». Un año más, Vacaciones en Paz permite a niños saharuis disfrutar de dos meses en España. Años después de su primer contacto con esta tierra, «he reencontrado la cruda realidad de un territorio pendiente de descolonización»

Rufo Martín-J.M. LOSTAU

Rufo Martín-J.M. LOSTAU

Publicado por
J. I. Fernández

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Pregunta.- ¿Qué ve en la mirada de un niño saharaui cuando baja del avión?

Respuesta.- Inseguridad e incredulidad cuando vienen por primera vez pero cuando vuelven al año siguiente sus caras reflejan la alegría del reencuentro con sus familias españolas.

P.- El acoger a un niño saharaui es ¿motivaciones humanitarias o políticas?

R.- Las motivaciones son básicamente humanitarias pero hay un trasfondo político que es necesario tener en cuenta y reivindicar.

P.- ¿Acoger es fácil o se convierte en un camino de dunas?

R.- Como en cualquier relación humana es habitual que surjan problemas pero las circunstancias de los niños saharauis son proclives a que surjan relaciones fáciles, amenas y cambiantes. Como las dunas, sí. Pero no necesariamente un camino de espinas.

P.- Se habla de los refugiados del mar, pero los del desierto también existen.

R.- Los refugiados saharauis son de los más veteranos del mundo y quizás por eso de los más olvidados. Últimamente se habla mucho de los naufragios en el mediterráneo . Un tiempo atrás de los refugiados causados por la guerra de Siria. Es como si el interés se centrara en la novedad de los conflictos y no en su solución. Por eso es muy importante mantener viva la memoria de aquéllos que siguen sin resolverse, como es este caso.

P.- ¿Se sienten de Segunda?

R.- El pueblo saharaui se siente orgulloso de su identidad como pueblo, de su historia y de los lazos que le unen con España y en todas partes lucha por su libertad y por mantener su identidad. Pero los niños son ante todo niños y con sus familias españolas se sienten de Primera.

P.- ¿Qué es lo que más valora un niño saharaui?

R.- Conocer el mar, ir a la piscina, andar en bicicleta, las fiestas, los amigos… Pero los niños saharauis de ‘Vacaciones en Paz’ valoran sobre todo que les toque una ‘buena familia’. Y eso no es muy difícil porque la mayoría de las que se ofrecen para acoger son generosas y dispuestas a darles cariño y atención.

P.- ¿Cambiará algo con Pedro Sánchez?

R.- No si antes no cambian para mejor otras cosas. Nunca la cuestión del Sáhara Occidental ha sido una prioridad para los sucesivos gobiernos españoles y es muy improbable que esto cambie. Pero ya veremos.

P.- Entonces ¿cómo se soluciona esto?

R.- Los jóvenes saharauis dicen que retomando las armas. Esperemos que esto no ocurra, que Estados Unidos y Francia encuentren un motivo para desbloquear la situación y que España adquiera la solvencia política necesaria para afrontar su responsabilidad a pesar de sus intereses económicos en Marruecos y el papel de este país en la contención de la presión migratoria hacia España y Europa.

P.- Lo bello del desierto es que en algún lugar esconde un pozo dice ‘El principito’. ¿Qué pozo esconden estos niños?

R.- Ellos no lo esconden, lo tienen a flor de piel, como cualquier niño. Somos nosotros quienes lo escondemos dentro de nosotros mismos, nosotros como adultos, nosotros como habitantes del primer mundo. Y ellos nos pueden ayudar a encontrar el nuestro en nosotros mismos y a que los niños de aquí no lo escondan tan rápido o tan profundamente. Pero ¡ay qué pena si solo pretendemos que los niños saharauis reproduzcan nuestros estereotipos!

P.- Traerles aquí es como ponerles un caramelo en la boca que jamás probarán, ¿qué opina?

R.-Pues que no es así en absoluto. Es darles la posibilidad de conocer otras cosas en una época de la vida en que los niños son muy receptivos y capaces de aprender y asimilar rápidamente. Es una oportunidad para que los niños se sientan antes que nada ciudadanos del mundo y que ejerzan ese derecho desde la pertenencia a un pueblo y una nación con las circunstancias que el devenir de la historia ha reservado al suyo. Es ayudar a prevenir actitudes radicales y ayudar al pueblo saharaui a defenderse a sí mismo.

P.- Muchos famosos se solidarizan con el pueblo saharaui. ¿Es postureo o se hace de corazón?

R.- Es más creíble entre los famosos que entre los políticos. Los famosos lo necesitan menos.

P.- ¿Cuál es la mejor medicina para estos niños?

R.- Mostrarles valores como la igualdad de género, el respeto a la libertad religiosa y de opinión o intentar inculcarles el gusto por el estudio.

P.- ¿A qué político le mandaría una semana al desierto Tanezrouft?

R.- Cualquiera que quisiera llegar a ser un buen político debería conocer de primera mano los problemas antes de intentar ayudar a solucionarlos. Y no hace falta ir tan lejos.

P.- Dice la cultura saharaui, que al beber té:«El primer vaso de té es amargo como la vida, el segundo vaso es dulce como el amor y el tercero suave como la muerte». ¿Las sucesivas visitas de los niños también son así?

R.- La relación con los niños se parece poco en eso al té. Más bien hay altibajos como en cualquier relación humana con un espectro de colores y sabores muy variado. Quizás el último año, como el último té, tiende a ser dulce pero, a diferencia del tercer té, no es un final sino que suele ser el principio de una relación diferente y duradera.

P.- ¿Qué es imprescindible para ser feliz?

R.- Se dice que salud, dinero y amor. Lo primero no se elige, lo segundo es, quizás, no empeñarse en necesitar más que lo disponible y lo tercero se gana. Y la libertad, es decir poder asumir la responsabilidad de los propios actos y opiniones en lugar de tener que remitirse continuamente a preceptos religiosos o morales establecidos.

P.- ¿Quién en España no tiene unas vacaciones en paz?

R.- Los que se encargan de organizarlas, desde luego que no. Pero quienes pueden echar una mano a otros y no lo hacen lo tienen aún más difícil, a menos que confundan paz con futilidad.

P.- ¿De qué deberíamos aprender los españoles de los saharauis?

R.- Que es posible vivir con dignidad incluso condenados al destierro o la ocupación extranjera. Aprender o simplemente recordar, depende de los casos. Y, por supuesto, los saharauis también tienen muchas cosas que aprender de nosotros.

P.- Dígame un sueño suyo.

R.- Que algún día los saharauis nos puedan ofrecer unas ‘vacaciones en paz’ en su país. Si la cuestión del Sáhara Occidental se arreglara, Vacaciones en Paz podría convertirse en un programa de intercambio cultural. Y, puestos a elegir, a mí me gustaría ir a Dajla, la antigua Villa Cisneros.

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