Diario de Valladolid

Toros, toboganes y fuegos artificiales ponen el broche a las fiestas de Traspinedo

Las celebraciones patronales terminan con un «súper tobogán de agua gigante» y dos encierros populares que transcurren sin heridos

Numerosos grupos de personas se atrevieron a lanzarse por uno de los toboganes de agua gigantes.-J.M. LOSTAU

Numerosos grupos de personas se atrevieron a lanzarse por uno de los toboganes de agua gigantes.-J.M. LOSTAU

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Alba Camazón

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El momento más deseado por todos los ciudadanos de municipios como Traspinedo es la llegada de las fiestas patronales. Los niños y adolescentes, que viven normalmente en la capital o en localidades de Tierra de Pinares, disfrutan durante unos días del municipio natal de sus padres o de sus abuelos.

«Da alegría ver a tantos niños estos días, que es lo que falta en los pueblos. Es muy bonito», comenta nostálgico de un tiempo pasado el alcalde de Traspinedo, Jesús Bazán.

Pequeños, jóvenes y mayores aprenden de nuevo a estar en contacto con la naturaleza, hacen y retoman amistades y, sobre todo, se ríen y lo pasan bien. Al fin y al cabo, ese es el último objetivo de unas fiestas patronales como las de Santa Isabel en Traspinedo.

Objetivo que se cumple aún más si el buen tiempo acompaña, como en esta semana. Las nubes han evitado en estos días al municipio traspindejo, aunque haya afectado a otros municipios de los alrededores.

Este sol que apenas se escondió ayer en todo el día facilitó a amigos y familiares zambullirse en el «súper tobogán de agua gigante». El regidor del municipio explica a este periódico que el año pasado ya se trajo el tobogán acuático, pero el «malísimo» tiempo que asoló a Traspinedo evitó que los lugareños pudieran disfrutar de él.

Un año después, y con muchas menos nubes negras, cientos de personas se acercaron a los dos toboganes de agua para refrescarse y, por un día, ser todos niños, en busca de esa eterna diversión ansiada por todos.

«Los niños ya tuvieron su día, el martes», explica el alcalde traspindejo, que recuerda el parque infantil y las actuaciones para los más pequeños de la casa.

Los toboganes no solo sirvieron para refrescar un poco el domingo, también supusieron un descanso entre los dos encierros populares que se celebraron. Primero se celebró el quinto entierro popular a las diez de la mañana por las calles de la villa, desde el Coso de la Fuentecilla.

Y, para comenzar a despedir las fiestas de Santa Isabel de Traspinedo, se celebró por la tarde el sexto entierro popular, con la suelta de todo el ganado de las fiestas.

«La verdad es que el balance no puede ser más positivo», expresa el regidor del municipio a este diario. «Han sido unas fiestas muy participativas y cordiales», concluye. Unos festejos que reciben el último ‘chimpún’ a golpe de pirotecnia. La explanada de las parcelas despidió las fiestas patronales con unos fuegos artificiales que iluminaron todo el cielo traspindejo.

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