Diario de Valladolid

La vida laboral que nace dentro de las aulas

Laura Barrero es miembro de uno de los diez equipos Timmis cuyo proyecto versa en un cortometraje que busca «romper estigmas» / La iniciativa de la Cátedra de Comercio es una fórmula innovadora para los trabajos de fin de grado y máster

Laura Barrero (2I) posa frente a la Facultad de Comercio junto a otros participantes de Timmis y Estela (1D), la responsable de recursos humanos.-J. M. LOSTAU

Laura Barrero (2I) posa frente a la Facultad de Comercio junto a otros participantes de Timmis y Estela (1D), la responsable de recursos humanos.-J. M. LOSTAU

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Elsa Ortiz

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Filología Inglesa, Comercio, Historia del Arte y Arteterapia tienen un denominador común. Los nombres y apellidos que se esconden detrás de estas titulaciones universitarias, así como las características que les definen, se harán visibles a través de una pieza audiovisual. Un cortometraje que, aun sin bautizar, ya hace las veces de una oficina en la que se forjan relaciones laborales de lo más variopintas.

El trabajo que se esconde detrás del pequeño formato de esta producción cinematográfica en ciernes abre las puertas al mercado laboral sin cerrar las de la universidad. Es uno de los diez proyectos Timmis que gestiona la Cátedra de Comercio Exterior de la Universidad de Valladolid en su afán por facilitar la transferencia del mundo univeristario al profesional mediante una operativa que toma la innovación como cimiento para dotar de valor añadido al punto final de la vida estudiantil.

Cada uno de los equipos cuenta con un líder, además de mentores internos y externos que les guían en su travesía hasta la creación de una empresa o el diseño de nuevas ideas que puedan servir de impulso a compañías ya existentes. En el caso de este cortometraje, la filóloga inglesa Laura Barrero está a los mandos del timón de un barco con cuatro tripulantes que «busca educar a través de la imagen» de la mano de la Fundación Intras y el Festival Internacional de Cortometrajes de Aguilar de Campoo (FICA).

«Nuestro proyecto empresarial se basa en la realización de una pieza audiovisual que esperamos presentar en la próxima edición del certamen», explica la joven de 22 años, para matizar que su objetivo pasa por «romper estigmas» y «promover la visibilización» de las personas con discapacidad a causa de una enfermedad mental grave, colectivo con el que trabaja la entidad.

La idea básica de este cortometraje ya está puesta sobre la mesa, pero sus detalles aun penden de la financiación que sus componentes ya están buscando para poder derribar barreras. «Queremos que nuestra experiencia como grupo llegue al público, que traspase la pantalla para lograr una inclusión social», sentencia Laura, quien asegura que todo lo aprendido en esta travesía «no se queda en los límites establecidos por el proyecto».

El desembarco de estos equipos se produce en puertos de lo más dispares para cada uno de los tripulantes, en función del grado o el máster que hayan cursado. Para la filóloga inglesa, la «gran experiencia» que le ha brindado su participación en Timmis «complementa» su proyecto de fin de carrera.

«Son dos ideas diferentes que se compaginan pero que no son dependientes la una de la otra», concreta Laura, cuyo TFG –como ahora se conoce ese punto final de la etapa universitaria– es un análisis del lenguaje cinematográfico de la obra de Dickens, Oliver Twist, y sus diferentes adaptaciones fílmicas hasta 1948.

Junto al cortometraje que ahora mismo detalla el equipo que lidera Laura, en colaboración con Intras y FICA, hay otros nueve proyectos en diferentes puntos de la provincia vallisoletana como en Boecillo, donde el Ayuntamiento apostó por esta iniciativa como un intermediario para apoyar a la empresa Casino de Castilla y León. «El casino como tal fue trasladado a la ciudad de Valladolid. Lo que se busca ahora es qué eventos se pueden desarrollan para aprovechar el edificio que deja vacío», explica la coordinadora de Timmis.

Patricia Sanz, quien se declara «completamente enamorada» de una iniciativa en la que el «desconocimiento y falta de tiempo» complicaron su puesta en marcha, remarca el ejemplo del proyecto agroalimentario llevado a cabo en Medina de Rioseco, que pone el foco en Tierra de Campos. «El Consistorio riosecano ya ha manifestado su intención de renovar el convenio puesto que en el grupo hay dos integrantes del propio municipio. Los ayuntamientos priorizan con sus estudiantes para retener talento», asegura.

Timmis es todavía una iniciativa «muy joven y desconocida» que deja sus puertas abiertas de par en par a entidades como la Asociación de Autismo o el Programa Mundial de Alimentos, con quienes espera contar en su segundo año de singladura que arrancará a la par que el próximo curso académico.

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