Diario de Valladolid

Inea receta la azada contra el estrés del medio urbano

Renueva la actividad de los Huertos Ecológicos / Pone a disposición 630 parcelas ubicadas en sus terrenos y cuatro barrios de la ciudad

Un aficionado a la horticultura organiza la cosecha en uno de los huertos ecológicos de Inea.-PABLO REQUEJO

Un aficionado a la horticultura organiza la cosecha en uno de los huertos ecológicos de Inea.-PABLO REQUEJO

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Remedios milenarios para los habitantes de las ciudades del siglo XXI: la azada, la pala, el azadón, la hoz... Todas esas herramientas, manejadas con destreza, contribuyen a dejar a un lado el estrés propio del medio urbano. Planificar un huerto, trabajarlo, verlo crecer y recoger los frutos puede ser además una afición muy rentable.

La Escuela de Ingeniería Agrícola, Inea, ha decidido renovar la actividad de los huertos en Valladolid, «poniendo en práctica el modelo de economía circular entre las 630 parcelas que tutela», explicó ayer el centro formativo. Se trata de los ya conocidos ‘Huertos Ecológicos’ y ‘Huertos Urbanos’, viejos conocidos para los aficionados de la ciudad del Pisuerga.

De esas 630 parcelas, 430 corresponden a Huertos Ecológicos para mayores de 60 años de Valladolid en la finca Inea, y otros 200, a Huertos Urbanos para personas desempleadas en cuatro barrios de la ciudad. Se trata de una acción que va unida a otras de carácter social, «conformando un gran proyecto que implica directa e indirectamente a más de 2.000 personas en una filosofía de cuidado de la tierra y de integración social en la diversidad», informó la Escuela.

Los futuros hortelanos que opten a las parcelas disponibles, 39 de la finca Inea y 60 entre las zonas vallisoletanas de Barrio España, Parque Alameda, La Victoria y Santos-Pilarica, se incorporan a un proyecto amplio e integrador de la diversidad biológica y también social.

Para hacer efectivo el compromiso con el cuidado de la tierra, Inea pone en práctica el modelo de economía circular, modelo en el que actualmente está investigando su grado de implantación a través de un proyecto financiado por la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid, informaron las mismas fuentes.

Cuatro ‘bancos’

Así, llevará a cabo acciones como la mejora y reformulación del compostaje; captación de agua de lluvia para semilleros, pequeños riegos de temporada; instalación de planta de energía solar para el sistema de riego y la apertura de cuatro bancos compartidos por todos los hortelanos: banco de alimentos para su donación; banco de plantas para compartir semillas y plantas; banco de envases y embalajes y banco de aperos y útiles.

La escuela trabaja en la implantación progresiva de riego por goteo, a la vez que desarrolla un plan de sensibilización del uso del agua entre los hortelanos. La instalación de cajas nido, la siembra de plantas alelopáticas y polinizadoras en la mayoría de los huertos de Inea «persiguen esa convivencia con la naturaleza».

Todas estas medidas de atención a la naturaleza se acompañan de acciones sociales para la integración de personas de diversa procedencia y situación: personas mayores de 60 años, desempleadas, de etnia gitana, inmigrantes, con discapacidad física y con enfermedad mental.

El centro formativo colabora con voluntarios de los huertos en la implantación de otros huertos fuera de sus recintos, como son Proyecto Hombre y la Casa de Acogida de Mojados. Los voluntarios reciben grupos de visitantes y les explican los huertos o son los encargados de producir alimentos ecológicos para los diversos bancos de alimentos.

Se trata de un proyecto amplio, apoyado por instituciones públicas como el Ayuntamiento de Valladolid, asociaciones y Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) como Fundación Intras, Aspaym, Red Incola, Proyecto Hombre e Instituciones Penitenciarias.

La ubicación principal de los huertos está en la ‘Finca Ecológica de Inea’ un lugar con una magnífica ubicación, vegetación y biodiversidad. Forma parte de las instalaciones de la Escuela, y en sus 28 hectáreas se disponen cultivos maderables (cerezos y nogales), cultivos de regadío (maíz, patata, trigo, cebada, leguminosas, hortícolas) y en sus caminos y jardines una abundante variedad de árboles, arbustos y plantas (viñedo, frutales de pepita y hueso, moreras, higueras, frambuesas, grosellas, arándanos, plátanos, castaños, eucaliptos, chopos, aligustres, pinos, cedros, tilos, laureles, plantas aromáticas, palmeras, mebrilleros y otras).

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