Diario de Valladolid

La juez absuelve al conductor que arrolló al guardia al no ver causa penal en la desatención

Considera que ni la velocidad de 125 km/h., ni la tasa moderada de alcohol (0,18)avalan que cometiese una imprudencia grave

En primer término el vehículo del ahora absuelto y detrás el cuerpo del guardia civil.-J. M. LOSTAU

En primer término el vehículo del ahora absuelto y detrás el cuerpo del guardia civil.-J. M. LOSTAU

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Íñigo Arrúe
Valladolid

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La titular del Juzgado de lo Penal 1 ha absuelto a G.O.C., el conductor que el 18 de mayo de 2016 arrolló a un motorista de la Guardia Civil de Tordesillas en la A-62, cerca de El Montico, al entender que no incurrió en una imprudencia grave y por tanto punible penalmente, sino leve, como una «desatención» muy breve en la conducción, según informaron fuentes jurídicas.

La magistrada se desmarca por tanto de la tesis que defendieron durante el juicio la Fiscalía y las acusaciones (letrado de la familia del fallecido y Abogacía del Estado)al término del juicio celebrado el 14 de marzo por el accidente mortal que le costó la vida al agente D.A.N., de 56 años y que en el momento de los hechos era escolta trasero de un camión y circulaba a una velocidad entre 17 y 22 km/h.

Las acusaciones llegaron a calificar de «contundente» la prueba pericial sobre rastros de impacto y frenada, y muy concretamente en que todo ocurrió en el carril derecho de la autovía, lo que avalaría que el conductor no inició con tiempo el adelantamiento por el carril izquierdo en un momento de alta densidad de tráfico.

Todo ello en un día, dijeron, con una visibilidad de 350 metros y cuando el guardia y el camión llevaba todos los dispositivos luminosos de emergencia activados.

El fiscal, la Abogacía del Estado y el letrado de la acusación particular imputaron al acusado un delito de homicidio por imprudencia grave y solicitaron, en el caso de las dos primeras acusaciones, una pena de 15 meses de prisión, que el letrado de la familia del fallecido elevó a dos años y medio, junto con la pérdida de vigencia del carné, además de una indemnización de 500.000 euros, con responsabilidad civil de la compañía Allianz, y mercantil Minicentral Hidroeléctrica Herreros S.L., propiedad de la mujer del acusado y titular del todoterreno que causó el accidente.

La defensa interesó la absolución o, alternativamente, un delito de imprudencia leve, tres meses de multa y tres sin carné. Ayer, al conocer la sentencia, el abogado del conductor se felicitó por el fallo que viene a concluir que el accidente se produjo por una desatención. Según explicó la juez no aprecia elementos para una imprudencia grave en base a las circunstancias analizadas. De una parte la alcoholemia está por debajo del límite legal. Es más la perito de la Guardia Civil aseguró en el juicio que no percibió en ningún momento que un consumo del alcohol hubiese influido en la conducción.

Tampoco aprecia la magistrada que circulara a los mandos de su Land Rover a una velocidad excesiva. «En definitiva, que hubo una desatención, pero leve. Esto es, que fue un accidente que no es sancionable en el ámbito penal, aunque tuviera por desgracia consecuencias muy graves», resumió el abogado.

La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso ante de la Audiencia Provincial. Del mismo modo está abierto un pleito civil, si así lo consideran las acusaciones, por reclamación de indmenizaciones.

«Desde el momento en que la sentencia es absolutoria en el Juzgado de lo Penal, ya no se pronuncia sobre las indemnizaciones. Habíamos consignado las del baremo, pero como no hay condena, ni siquiera por un delito leve, no se puede pronunciar la juez», indicó el abogado.

Despiste de un segundo

En la vista oral el acusado no aportó un testimonio concluyente sobre las circunstancias del atropello. Aunque en sus primeras declaraciones ante el Instituto Armado y el juzgado achacó lo ocurrido a un «posible despiste por somnolencia», en el juicio declaró que circulaba por el carril izquierdo cuando llegó a la altura del motorista de la Guardia Civil porque venía de adelantar a un turismo blanco y siguió en este carril al tener el camino expedito. Sí precisó que creyó reconocer a al conductor al que había rebasado al mirar el retrovisor, momento en el que pudo despistarse hasta el punto de no ver al agente D.A.N. «Fue un despiste de un segundo», aseguró.

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