Diario de Valladolid

El Ibsal explora una alianza con Valladolid para crear un instituto «más potente»

Las negociaciones con los hospitales vallisoletanos van dirigidas a captar más fondos y tener más repercusión tras la acreditación del Carlos III dentro de cinco años / Prevé contar con una fundación propia antes de verano

Imagen de uno de los laboratorios del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, Ibsal.-ICAL

Imagen de uno de los laboratorios del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, Ibsal.-ICAL

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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Por debajo de la mitad de la tabla. El joven Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal), el único del que dispone Castilla yLeón, no destaca aún a nivel nacional tanto como otros con mayor capacidad investigadora del país, según reconoce el propio director científico Rogelio González Sarmiento.

Para ganar músculo, explora la posibilidad de crear un polo investigador de más envergadura en colaboración con profesionales de Valladolid.

La proximidad entre ambas provincias y el alto perfil de algunos profesionales de los hospitales Clínico y Río Hortega, de Valladolid, llevan al Ibsal a estudiar una alianza con el objetivo de conseguir «un instituto mucho más potente», lo que permitiría «acceder a proyectos de investigación más fuertes y captar más fondos».

González Sarmiento indica que, en la actualidad, Salamanca «se encuentra de la mitad baja de la tabla» en el escenario nacional y, «desde el punto de vista estratégico», defiende que a la Comunidad le interesaría dentro de cinco años «llegar con un instituto más grande y de más referencia».

Castilla yLeón sólo cuenta con este instituto de Investigación Sanitaria, acreditado por el Instituto de la Salud Carlos III. Se constituyó en 2011, mediante un convenio firmado por la Consejería de Sanidad y la Universidad de Salamanca. Aellos se sumó un año después el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Las negociaciones con los gerentes de los hospitales y direcciones de investigación vallisoletanos aún son incipientes, pero González Sarmiento señala que existe buena disposición por todas las partes para plantear la creación de este referente biosanitario.

El director científico del instituto se muestra precavido e invita a dar los pasos «meditados, con tiempo y reflexión» para que el posible proyecto, si sale adelante, sea más que una declaración de intenciones y «no se quede en papel mojado».

Explica también a este diario que «la investigación en España se va a financiar según la potencia de los grupos», y deja claro que «existen dos opciones». Que Valladolid forme su propio instituto y Salamanca continúe con el suyo o «sumar».

Según su criterio, la sinergias darían frutos más prósperos al escenario autonómico.

Dado que las conversaciones aún están «en fases iniciales, estudiando si existe un interés en la coordinación», González Sarmiento apunta a que «en su momento se planteará que sea un instituto de Castilla yLeón».

Este hematólogo puntualiza que se trataría de un «proceso progresivo» y de ir «generando estructuras de confianza y colaboración». Que se vayan estableciendo «proyectos de investigación conjuntos entre Valladolid y Salamanca y que algunos los dirijan los investigadores de una provincia, y otros lo de la otra».

En un horizonte más próximo, el de la reacreditación del Instituto de Salud Carlos III, Rogelio González Sarmiento señala que el instituto salmantino cumple todos los parámetros exigidos para renovar la acreditación y «los supera sin problema», pero afirma que sólo hay una cuestión que quiere resolver antes de que la evaluación final llegue: la creación de una fundación propia, «prometida» por la Consejería de Sanidad cuando se constituyó el Ibsal.

Sarmiento avanza que las conversaciones con Sanidad para ultimar esta constitución están avanzadas y espera que «antes de verano» pueda ser una realidad.

El investigador salmantino reconoce que la primera acreditación del Carlos III se produjo sin disponer de una, pero aclara que adquirieron «el compromiso» de crearla. Eso sí, reconoce que incluso sin fundación «existe la posibilidad de que negociando» el Ibsal volviera a recibir la acreditación sin disponer de esta figura autónoma. «Es el único criterio dudoso. Nos podrían llegar a acreditar sin fundación, pero queremos tenerla para cumplir con el compromiso que adquirimos», incide.

Cuando se constituya, el instituto dejará de estar bajo el amparo del Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud, con sede en Soria, y pasará a depender directamente de la Consejería. «Es una cuestión también estética. Queremos tener nuestra sede social en Salamanca y ganar en autonomía porque existen algunas discrepancias a la hora de imputar algunos criterios contables», precisa.

El propio consejero de Sanidad, Antonio Sáez, confirmó a mediados de mes que la Junta de Castilla y León ya «estudia» la creación de esta fundación propia para el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca y lo justificó en que es «una institución muy potente».

El consejero hizo hincapié en que el instituto «ha triplicado su presupuesto tras la captación de proyectos nacionales e internacionales» y enfatizó que cuenta «con 56 grupos de investigación y más de 600 investigadores, sobre todo clínicos».

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