Diario de Valladolid

La madre de Sara declara que supo del maltrato al ver el informe forense

L Asegura que dejó bien a su hija, de cuatro años, fallecida el 3 de agosto por presuntos malos tratos, cuando salió de casa y apunta a su pareja, también en prisión, como autor de las lesiones

El furgón en el que va Davinia M. llega a los juzgados de la calle Angustias.-PABLO REQUEJO / PHOTOGENIC

El furgón en el que va Davinia M. llega a los juzgados de la calle Angustias.-PABLO REQUEJO / PHOTOGENIC

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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La madre de Sara, la niña de cuatro años que falleció el pasado 3 de agosto tras ingresar en el Hospital Clínico Universitario por presuntos malos tratos y abusos sexuales, declaró ayer que dejó a su hija bien cuando salió de casa, la mañana del 2 de agosto, para ir a trabajar, sin ninguna de las lesiones que presentaba la menor cuando fue trasladada al centro hospitalario. De aquí concluyó que las lesiones de su hija se produjeron durante su ausencia y apuntó a su compañero sentimental, Roberto H., en prisión provisional, como ella, por la muerte de la niña, como responsable de los hechos al ser él quien estuvo aquella mañana en el domicilio con la pequeña y con una hermana mayor de ésta, de 12 años.

Trasladada desde la prisión militar de Madrid en la que permanece desde agosto, Davinia M. G. declaró durante casi cuatro horas en el Juzgado de Instrucción número 6 ante la juez titular, un representante del ministerio fiscal y los letrados que representan a las defensas y las acusaciones particular, ejercida por el padre, y popular, en la que están personados la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos, Adavasymt, y la Asociación Clara Campoamor.

El letrado de este colectivo, Luis Antonio Calvo, explicó al final de la declaración que la madre de la niña aseguró haber mantenido la confianza en su pareja «hasta que conoció el informe forense» con el detalle de las heridas que presentaba la menor. Fue a partir de entonces cuando «ella muestra su sorpresa y dice que se da cuenta de que la niña tiene unas lesiones que no se corresponden con las que ella había visto» y «considera que se han producido esa mañana y lo achaca a él». Aludía, entre otras, a la que presentaba en una uña, casi arrancada.

Davinia accedió al edificio de los juzgados de la calle Angustias en el furgón de la Guardia Civil que la trasladó desde Madrid y entró a declarar con la cara tapada y custodiada por dos agentes.

Según el relato de la declaración hecho por el letrado de la Asociación Clara Campoamor, la madre aseguró que el comportamiento de Roberto H. hacia ella y sus hijas fue «muy respetuoso» y que «no tenía ninguna sospecha ni se le pasó por la imaginación que pasara nada malo».

Añadió el abogado de la acusación popular que Davinia defendió en su extensa declaración haberse comportado como «una buena madre» y que en el caso de haber sospechado de la existencia de malos tratos hacia su hija «habría actuado en consecuencia».

También explicó que con anterioridad a los hechos que condujeron a la muerte de su hija la había llevado al Hospital Campo Grande. El pediatra que atendió a la menor alertó de los moratones que presentaba al menor y elaboró un parte por presunto maltrato. Ante esto, la madre decidió no llevar más a la pequeña al médico por temor a perder la custodia. Según la versión de la madre trasladada por el abogado de la acusación popular, Davinia declaró que «si por una pequeña cosa habían intervenido los servicios sociales por una lesión más grande temía perder la custodia».

La de ayer es la segunda declaración de la madre de la pequeña Sara. Tanto ella como su compañera sentimental se encuentran en prisión provisional por los presuntos delitos de asesinato, maltrato y omisión de socorro.

La pareja de Davinia ya declaró petición propia el pasado mes de noviembre. Roberto H., ex mecánico de helicópteros en el Ejército del Aire y natural de Medina del Campo, dijo en su comparecencia ante la titular del Juzgado de Instrucción número 6, Teresa Jabato, que se encontró a la pequeña desmayada en la cama cuando entró en la habitación. Según su relato, aquel día estaba en el domicilio que compartía con Davinia M. G. y las dos hijas de ésta en el número 43 de la calle Cardenal Torquemada, y al entrar en la habitación de Sara la encontró inconsciente, ante lo que avisó al Servicio de Emergencias 112. Al día siguiente, el 3 de agosto, murió en el Hospital Clínico Universitario.

El fallecimiento de la menor desató la polémica sobre la actuación de la Junta de Castilla y León en esta caso, después de que los tíos maternos de la pequeña denunciaran que ni la Policía Municipal ni los Servicios Sociales adoptaran medidas pese a que, según señalaron, alertaron el 28 de julio, cinco días antes de la muerte de la niña, de los presuntos malos tratos a la pequeña al verla con un ojo amoratado.

Tanto desde la consejera de Familia de la Junta como desde la Policía rechazaron que los tíos alertaran de la existencia de malos tratos ni que tuvieran preocupación por la seguridad de las niñas.

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