Diario de Valladolid

«La Infanta Cristina jugó un papel indispensable en la trama Nóos»

Pilar Urbano Autora del libro ‘La pieza 25’ desvela que Torres Dulce creó y dirigió una operación para absolverla y así salvar a la Casa Real

Pilar Urbano.-BIEL ALIÑO

Pilar Urbano.-BIEL ALIÑO

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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De mujer confiada y desconocedora de la trama Nóos, a pieza «clave»e «indispensable» de la misma, gracias a «una inteligencia muy superior» a la de Iñaki Urdangarín y al apellido Borbón, muñidor de los jugosos convenios y patrocinios que entraban a espuertas en la caja registradora de Urdangarín y su socio Diego Torres.

La periodista Pilar Urbano da un vuelco de 180 grados a la imagen de la infanta en su último libro ‘La Pieza 25. Operación salvar a la Infanta’ que tira por tierra su papel casi de víctima en el entramado. Y desvela que su absolución no se fraguó en la sala de vistas de Palma de Mallorca, sino en «muy, muy altas esferas», con el fiscal Horrach reconvertido en algo insólito en la historia de la Justicia española: furibundo defensor de una acusada.

El papel de Cristina de Borbón, la trama para exculparla a toda costa de la quema y la gran decepción que vivió el juez José Castro al ver el carpetazo sobre la responsabilidad penal de la infanta, todo ello en un contexto de amenazas y juego sucio entre togas, son el cuerpo de un relato que la autora llega a calificar como ‘complot de Estado’.

El título de este thriller legal, que la autora presenta esta tarde en la librería Oletvm a partir de las 19 horas, se refiere a una de las piezas, la número 25, que conforman la «opera magna» del caso Palma Arena compuesto por 29.

Para Urbano es la pieza más interesante, ya que da cuenta de los negocios del Instituto Nóos, de Aizon SL:los relacionados con la Infanta, Urdangarín y Torres. Pero la escritora no se detiene en narrar lo que ya se sabe en los 71.000 folios del sumario. Una de sus fuentes principales ha sido las casi cien horas de conversación que mantuvo con el juez Castro. «Me interesaba contar lo que no habíamos visto, lo que no se había informado. Lo que ocurría detrás, dentro... y arriba, muy arriba, lo que metafóricamente se llama La Casa», explica la también autora de ‘El Precio del trono’.

Lo que se coció fue el rescate de una miembro de la Casa Real. El fuego tenía que sofocarse como fuera. Así, cuenta que el Rey Juan Carlos I, en los años 2011 y siguientes, convocó varias reuniones con altas personalidades. En una de ellas citó a Mariano Rajoy; al entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; al jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, y al fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce.

Era un momento en que el juez pedía «consejo», «árnica», ante la posible imputación de Urdangarín. Y recibió la respuesta. «Desde arriba no diré que se manda, pero sí se sugiere que el caso no llegue a la Infanta: que no sea imputada o acusada y mucho menos condenada. Se pone en marcha una operación, una hoja de ruta para salvar a la Infanta. La redacta el fiscal Pedro Horrrach y se la entrega al fiscal jefe anticorrupción, Antonio Salinas. Y se va cumpliendo, de la cruz y la raya, paso a paso», recuerda.

El plan surte efecto. «Por ósmosis o por adivinación», ironiza Urbano, «las tres juezas de la Audiencia de Palma de Mallorca culminan la operación salvamento, ya que la infanta entra acusada y sale inocente sin haber desmontado ni uno solo de los 14 motivos por los que el juez la imputa y la acusa», censura.

En este papel de exculpación un elemento clave fue el fiscal Horrach. «La acaba defendiendo a capa y espada, y con vehemencia. Él dice que por convicción, pero yo, por disculparlo, creo que lo hacía por obediencia a sus superiores en la Fiscalía. Estaba obligado y existía la directriz de Antonio Salinas y Torres Dulce. Es más, tiene la obligación de no decirlo, de guardar secreto, aunque lo aspen», apunta.

La periodista valenciana sostiene que no solo la cadena jerárquica de la Fiscalía fue muy activa en favor de la absolución de la Infanta. Así, asegura que hasta la letrada de la acusación particular de Manos Limpias, sufrió sus presiones, hasta el punto de que renunció a recurrir la absolución por miedo.

«Se han hecho cosas feas, obscenas, se ha utilizado demasiado poder para salvar a una persona que no era inocente. Lo siento. Sería por amor, pero era cooperadora imprescindible porque sin ella, sin su agenda de contactos, sin su influencia, sin su ‘abrepuerta’, Urdangarín no hubiese podido delinquir, porque no hubiese tenido acceso a tan altas instancias».

Pero. ¿Cuál fue el papel de la hermana del Rey Felipe IV? Urbano contesta con el resumen que hizo el juez Castro: «ser» y «estar». El papel de la Infanta, según el juez era «ser» (infanta de España) y «estar» (donde entraba en dinero público negro e ilícito en el Instituto Nóos) cuando, a su juicio, «no tenía por qué estar» en esta entidad.

«Su papel era ser mujer de paja. Era el método útil de ser cooperadora indispensable, porque daba una garantía, un aval de que era sin ánimo se lucro», recuerda Urbano, cuando sucede que la Agencia Tributaria concluyó todo lo contrario. Así Hacienda retrató de forma demololedora a Aifon SL, al definirla como «una mercantil hueca, vacía, pantalla. constituida con un único objetivo defraudatorio».

Según la autora, en Aifon la Infanta está como copropietaria, secretaria general e incluso preside juntas es donde se recicla el dinero obtenido ilícitamente por Nóos, donde también figura como vocal, «aunque no hacía falta porque había suficientes cargos».

Así, logra una doble posición estratégica en dos asientos. «En Aifon garantiza ser escudo fiscal porque tenía un DNI especial (00000014N) y durante ocho años los sistemas de la Agencia Tributaria no detectaban el pin de los números del 11 hasta el 100 de la Familia Real y amigos.

A juicio de la periodista, este papel no fue casual. «La infanta es mucho más inteligente que su marido. Así, logró bandearse entre 1.060 preguntas de cintura de tal forma que no dijo ninguna respuesta que no quiso decir provocando hasta la frustración del juez. Eso debe ser genético, porque su padre llegó a decir que se hizo ‘el tonto’ durante 25 años con Franco. Urdangarín, por contra, se mostró desasosegado en los interrogatorios, echando balones fuera». aseveró.

A su juicio, el Rey Felipe VIse comportó como un «cirujano de hierro» a contrapelo de su corazón por salvar la Corona: «Ha cortado por lo sano y lo insano levantando un cordón sanitario. Se jugaba la Corona y ha sido implacable».

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