Condenan a 3 empresas a pagar 200.000€ a un encofrador herido en las obras de la A-60

Siete años para un caso de negligencias laborales. El Juzgado de lo Penal número 2 de León ha condenado a tres empresas a pagar 200.000 euros en concepto de indemnización por un delito de lesiones por imprudencia grave a un encofrador de Mayorga que, en 2009, sufrió un accidente en el término municipal de la localidad leonesa de Santas Martas durante las obras de la autovía entre León y Valladolid. El afectado, con iniciales J.M.L.T, sufrió heridas de diversa consideración que derivaron en una incapacidad permanente para desarrollar su trabajo.

La sentencia, tramitada por los servicios jurídicos del Defensor del Accidentado y que ya es firme, condena a las tres empresas al pago de 200.000 euros después de que los cuatro condenados –a quienes se les ha impuesto también una pena de dos meses de prisión conmutable por una multa de 720 euros para cada uno–, reconocieran su participación en los hechos al no haber cumplido con sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales, lo que provocó el accidente del trabajador.

Esta pena se ha visto atenuada al considerar el juez del caso que los más de siete años desde que, en 2010, se iniciase la fase de instrucción –la investigación previa para determinar las circunstancias que rodean el caso antes de que se abra juicio oral–, han supuesto una «dilación extraordinaria e indebida», lo que, en la práctica, supone un beneficio para los acusados contemplado en el Código Penal.

J.M.L.T., vecino de Mayorga , ingresó en el servicio de Urgencias del Complejo Asistencial de León con pronóstico grave como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico al que se sumaba una contusión cervical y rotura de ambas muñecas.

Los hechos ocurrieron en torno a las seis de la tarde del 10 de noviembre de 2009, cuando el trabajador accidentado, que prestaba sus servicios como oficial de segunda en la modalidad de encofrador en las obras de la A-60 dentro de la provincia leonesa, desmontaba unas vigas de madera sobre una plataforma de chapa situada a cuatro metros del suelo que un compañero recogía y apilaba.

El andamio sobre el que se sostenía el trabajador mayorgano carecía de escaleras para su acceso y apeo, de tal manera que los obreros se veían obligados a trepar por la estructura de travesaños diagonales de la torre hasta llegar al lugar efectivo para desempeñar la labor, que consistía en una chapa única de treinta centímetros de ancho.

Finalizada su jornada laboral, J.M.L.T. comenzó a descender de la estructura del único modo posible, es decir, apoyándose en los travesaños diagonales que componían el andamio, de tal forma que cuando se apoyó en uno de ellos, al echarse hacia atrás la barra de la estructura a la que estaba amarrado, se soltó.

La caída contra el suelo le provocó graves lesiones que requirieron una intervención quirúrgica a las dos semanas del accidente, con un balance total de 21 días de hospitalización, además de otros ocho meses de rehabilitación. Como consecuencia del accidente, al trabajador le quedaron secuelas que, en la práctica, han supuesto una incapacidad permanente para desarrollar su profesión habitual, un hecho en el que se ha apoyado el juez del caso para indemnizarle con 200.000 euros, que han sido abonados por las aseguradoras de las empresas que desarrollaban los trabajos.

En los últimos años, los accidentes laborales han experimentado un importante incremento motivado, según defienden los sindicatos, por la precarización del empleo. Según denunció recientemente CCOO; Castilla y León registró 17.600 accidentes laborales durante el periodo de enero a agosto de 2017, lo que supuso un aumento del 4,66% con respecto a los mismos meses de 2016.