Dibujos al «módico precio» de una sonrisa

Como una protesta contra los excesos del poder político apareció la caricatura en España, clamando por el derecho a la libertad de expresión. Sus tintes críticos derivaron, con el tiempo y sin llegar desaparecer, en el humor y en la sátira. Realistas en su contenido y satíricos en sus formas, estos dibujos deforman en exceso los rasgos más característicos de una persona.

Una sonrisa de magnitud similar a la que esbozan estos trazos fue la moneda de cambio exigida ayer en la Acera de Recoletos. Un trueque que se repetirá a lo largo de la semana, de las 17 a las 20 horas.

Desde primera hora de la tarde los vallisoletanos aguardaron con ansia la llegada de siete maestros del lápiz y del pincel que les regalaron caricaturas, dibujos y retratos «por el módico precio de una sonrisa. Nosotros solo esperamos que la gente se anime y pase un rato divertido», reconoció el ilustrador Jeremi Patín, cuyas obras se esconden bajo el seudónimo de ‘Pirot’.

En silencio, a pesar del barullo generado por la expectación, los artistas observaban a sus modelos en busca de pequeños detalles que diesen alas a su creatividad. Junto a ellos, exhibían ejemplos de sus trabajos con rostros tan conocidos como Paul Gasol, Joaquín Sabina, Marilyn Monroe o Vito Corleone.

Mayores y pequeños; en solitario o en pareja, en familia o acompañados por sus mascotas se apuntan a este encuentro. En orden de dificultades, «los animales son lo más complicado, porque se mueven mucho. Dibujar a un niño tampoco es sencillo, pues sus rasgos están menos marcados», precisó el organizador del evento, Miguel Asensio.

Una cita que es imperdonable para muchos, como el joven Luis Pedro Ibáñez quien no «falla ningún año». O que resulta novedosa para otros, como la pequeña Candela que, con apenas ocho meses de edad, posaba en los brazos de Sara Villas, su madre. «Siempre tendremos un recuerdo de las fiestas de Valladolid», apostilló esta.

Entre diez y quince minutos de concentración por esbozo dieron lugar a unos 80 dibujos. «Se trata de conseguir un trabajo divertido en el que la persona más o menos se parezca, que se reconozca. No merece la pena hacer algo muy rápido si luego no gusta», explicó el también presidente de la Asociación Cultural Eclipse, justificando así que muchos vallisoletanos tengan que acercarse otro día para ser retratados, dibujados o caricaturizados.

Y es que «cada uno tiene su propia técnica pero la base de todos es el arte en directo. Es el quinto año que acudimos a este encuentro y siempre intentamos incluir algo de innovación. Buscamos que la gente se una al dibujo en vivo», apuntó Asensio.

Técnicas secas y acuarelas sobre papel a las que también se apunta el mundo cultural y político. «El equipo de Gobierno se acerca muchos años. El alcalde tiene su caricatura desde antes de ser regidor», recordó.

Así que, si tiene paciencia para posar y una amplia sonrisa, cumple todos los requisitos para ser retratado.