El orgullo rebelde de las siete mancas
«Es un orgullo que Simancas represente una batalla ganada por la valentía de las siete doncellas que se cortaron las manos para no ser entregadas» / Se celebra la derrota de las huestes de Abderramán III
Casa por casa, como cada 6 de agosto, el cortejo simanquino encabezado por el alcalde Alberto Plaza recorre las calles en busca de las siete jóvenes que formarán parte del Tributo de las Cien Doncellas que el reino de León entregará al califa Abderramán III.
Tres golpes de bastón en la puerta de sus hogares, los pelos de punta. Salen sumisas con sus vestidos de colores; las siete jóvenes representa el esplendor que forman los siete colores del arco iris, pero sobretodo la fortaleza y la resistencia que mostrarán y que hará leyenda. Carmela, una de las doncellas elegidas afirmó sonriente: «Es un orgullo que tu pueblo represente una batalla ganada acerca de la valentía de 7 doncellas que se cortaron las manos para no ser entregadas».
Por cada niña se hace sonar el retoque de los palos, el grupo de paloteo de la Asociación Sietemancas, la música que las acompaña a abandonar sus casas para enfrentarse a otro destino. Un temor nacido por un Requerimiento. Serán entregadas como parte de ese pago al califa.
De esta forma, la localidad de Simancas revivió ayer el acto cultural del Requerimiento de las Siete Doncellas. Una conmemoración que coincide con la festividad del patrón del municipio, El Salvador. El alcalde Alberto Plaza, concibe el acto como «el nombramiento de las doncellas que durante todo el año van a ser representantes del municipio como damas de honor, que rememorando la leyenda de las siete mancas se rebelan contra un poder establecido y actualizan el movimiento».
De la misma forma Alejandro Rebollo, el Mantenedor, alude también a la Batalla de Simancas: «Estamos celebrando como cada 6 de agosto, la derrota de las huestes de Abderramán III frente a las tropas cristianas de Ramiro II, del Rey de León, del Conde Fernán González, el Rey de Navarra. Un encuentro histórico realmente importante, así que la ocasión lo merece».
En esta edición de la representación de El Requerimiento hubo novedades respecto a otros años. Un concurso de pintura, «una iniciativa que esperemos dure muchos años» aseguró el alcalde, en el que 22 pintores en diferentes calles de la localidad pintan los que después pasarán a concurso. A las seis de la tarde, los pintores expusieron sus obras en el Mercadillo del Arte, otra de las novedades, que tuvo lugar en el Claustro de la Iglesia El Salvador.
En esta edición las jóvenes elegidas para ser las doncellas de Simancas con unas edades comprendidas entre 14 y 18 años, fueron Marina San José, Verónica Rodríguez, Estela Parras, Carla Hernando, Isabel García, Gabriela Pérez y Carmela Carro.
«El tributo de las doncellas es un privilegio para quien es elegido» asegura Alejandro Rebollo, historiador de arte y elegido Mantenedor de El Requerimiento.
Y es que las bravas mujeres así lo hicieron. La leyenda cuenta que las jóvenes a las que les tocó en suerte pasar a ser parte de aquel vil tributo, decidieron cortarse una mano, la izquierda, para que fuesen repudiadas por las huestes del califa. «Siempre he querido representarlo», un sueño conjunto de las siete doncellas ayer elegidas.
Cuenta la tradición que Abderramán III al ver a las jóvenes elegidas sin sus manos pronunciaron la frase: «Si mancas me las dais, mancas no las quiero», hecho que les hizo repudiar a las jóvenes doncellas. Además hay quien asegura que el nombre de Simancas proviene de esa frase, pero es una leyenda.
«De aquí hasta junio del próximo año que será el acto de La Jura, la representación teatral de esa leyenda, las doncellas son las que tienen el honor de representar al municipio», contó Alberto Plaza.
Orgulloso afirmó que «todo el municipio se vuelca, quienes han estado el frente de la decoración de las siete viviendas, el grupo de paloteo o los cortadores. Son prácticamente todas, las asociaciones que participan en esta actividad festiva y sobretodo cultural».