Diario de Valladolid

Aparecen los primeros restos en la cuarta fosa de El Carmen

Memoria Histórica encuentra un féretro, un cráneo y huesos largos en su tercera jornada de excavación en el cementerio

El cráneo de un ‘paseado’ asoma ayer a un metro de profundidad durante la excavación en el cementerio.-J. M. LOSTAU

El cráneo de un ‘paseado’ asoma ayer a un metro de profundidad durante la excavación en el cementerio.-J. M. LOSTAU

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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La trágica verdad afloró ayer en la cuarta fosa común del cementerio de El Carmen, donde descansan más cuerpos de asesinados en la Guerra Civil. De forma tozuda, la realidad se impuso al pretendido olvido de la tierra, con la aparición de los primeros restos óseos. Por ahora sólo el cráneo de una víctima, el brazo de otra, y los indicios de un féretro con su impronta en la arena. Suficiente para concluir que la intervención ha llegado al nivel arqueológico.

«Tenemos delimitada la fosa. Estamos quitando tierra de relleno y buscando exactamente las paredes del enterramiento», explicó ayer a este periódico el director de la excavación y presidente de la Asociación por la Recuparación de la Memoria Histórica (Armh), Julio del Olmo. «Está a más profundidad que las otras tres, por lo que ha habido que sacar muchísima tierra». Mientras la primera fosa desveló los primeros restos a tan sólo 30 centímetros y la segunda y tercera a unos 50, esta lo ha hecho a más de 80 centímetros.

La pronunciada inclinación de los restos encontrados augura un enterramiento abundante. «Podemos confirmar ya, con certeza, que existen varios niveles, pueden ser tres, pueden ser cinco, pero en cualquier caso varias capas», aseguró el arqueólogo. La explicación está en que cuando se produce una gran acumulación de cuerpos y se entierran, la putrefacción hace descender más el nivel central que los bordes, produciendo la inclinación de los restos. Cuanto mayor, más capas de cadáveres se han almacenado.

«Fueron días en los que se mató mucho, se acumularon muchos cadáveres, cuerpos de diversas procedencias como los que encontramos en campañas anteriores, traídos de un radio de 60 kilómetros». La presencia de un féretro indica que el enterramiento puede contener, además de a ‘paseados’, también a personas fusiladas en San Isidro. Eran víctimas que sometían a un juicio sumarísimo tras el que eran condenadas a muerte, con la intención de dar apariencia de ‘legalidad’.

«En esos casos la familia podía identificar el cadáver y, en ocasiones, comprar un féretro humilde, aunque en muchos casos no tenían posibilidad de alquilar o comprar una sepultura y terminaban enterrándolo con el ataúd en la fosa común», señaló Del Olmo. En la primera excavación encontraron 9 entre 75 víctimas, en la segunda ninguno entre 52 cadáveres. En la tercera, sin embargo, al menos la mitad de 58 tenían su ataúd.

La Armh montará hoy un andamiaje para proseguir la excavación sin dañar los restos. «Una vez llegamos al nivel arqueológico no podemos pisar encima, porque estropearíamos los cuerpos», explicó. La intervención continuará hasta el 31 de agosto, en horario de ocho de la mañana a cuatro de la tarde.

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