Diario de Valladolid

JOYAS DOCUMENTALES DEL ARCHIVO MUNICIPAL

San Agustín descubre sus tesoros

El Archivo municipal de Valladolid alberga entre sus muros parte de la historia de la ciudad

A la izquierda, imagen del documento más antiguo que se conserva. Arriba, el director del Archivo Municipal manipulando un pergamino medieval.-PABLO REQUEJO

A la izquierda, imagen del documento más antiguo que se conserva. Arriba, el director del Archivo Municipal manipulando un pergamino medieval.-PABLO REQUEJO

Publicado por
SARA MARTÍN
Valladolid

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Los tesoros históricos no siempre se encuentran en los museos. El privilegio rodado de Alfonso VIII por el que, en el siglo XII, se vendió Santovenia al Concejo de Valladolid no está colocado en la vitrina de exposición de ninguna sala de renombre, sino que tiene una ubicación mucho más accesible: el Archivo municipal de Valladolid que alberga la antigua iglesia de San Agustín.

Este escrito en latín, parte de la historia de la ciudad, es también el documento más antiguo que se conserva en el Archivo ya que data de 1191. En él, se concreta la venta de la villa de Santovenia, situada en el alfoz de Cabezón de Pisuerga, por parte del entonces rey de Castilla, Alfonso VIII, al Concejo vallisoletano por una cantidad que, tal y como se especifica en el documento, ascendía a «dos mil aureos».

Pero el Archivo del municipio guarda muchas más joyas documentales entre sus cuatro kilómetros lineales de estantes. Y es que desde finales del siglo XII, época de la aparición del Concejo (el Ayuntamiento actual), hasta nuestros días, son más de ocho los siglos durante los que la institución lleva conservando la documentación fruto de la actividad municipal.

Un plano de Valladolid en 1738 elaborado por el cartógrafo Ventura Seco, la representación más vieja de la ciudad que ha llegado hasta hoy o la importante colección de pergaminos medievales, recogida entre los años 1191 y 1393, y que convierte al Archivo de la ciudad en uno de los más ricos en Edad Media, son otros de los ejemplares más singulares y con más relevancia histórica custodiados.

Más adelante en el tiempo, y como parte del fondo perteneciente al Ayuntamiento, se preservan los Libros de Actas que recogen las sesiones del Concejo desde 1497 hasta la actualidad. El fondo documental del Consistorio, al que pertenecen la mayoría de los documentos del Archivo, ya que muchos de ellos han sido producidos por los órganos del gobierno municipal, está organizado en cuatro secciones: Gobierno, Administración, Servicios y Hacienda. A través de estas áreas se abarca toda la actividad consistorial.

Como parte de sus fondos bibliográficos, el Archivo cuenta con tres bibliotecas históricas muy notables. La primera de ellas es la Biblioteca del Círculo del Calderón, compuesta por 2.938 documentos, entre los que hay libros y revistas de la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX. La biblioteca pertenecía al Círculo del Calderón (inaugurado en 1865 y disuelto en 1919), que estaba integrado por miembros de la alta sociedad vallisoletana. Los socios utilizaban como sede el primer piso de la fachada principal del edificio del teatro Calderón, de ahí el nombre del club.

La Biblioteca especializada, compuesta a su vez por un fondo administrativo y otro local, está destinada, sobre todo, a facilitar la labor de los empleados municipales. El fondo administrativo está especializado en cuestiones de derecho, mientras que el fondo local incluye publicaciones sobre la historia de Valladolid, usos y costumbres o fiestas, además de documentación producida por el propio Ayuntamiento y las actividades que desarrolla. Se trata de información que muchas veces no ha sido publicada y a la que, aparte de los funcionarios, pueden acceder también investigadores y ciudadanos de a pie.

La tercera de estas bibliotecas históricas, la del Conservatorio de Valladolid, aún está en proceso de catalogación aunque se prevé que esté disponible a principios del próximo año. Actualmente el personal del Archivo encargado del proyecto está describiendo los documentos que la compondrán, un proceso que, según señala el director del Archivo municipal, Eduardo Pedruelo, permite «facilitar su acceso» a los usuarios por medio de la catalogación de las partituras. Una vez finalizada esta fase, será la colección de música más importante de la ciudad. Su disponibilidad coincidirá además con el primer centenario de la creación de la Escuela de música, instaurada en 1918.

Para dar a conocer al público la riqueza documental que se esconde entre sus estanterías, el Archivo municipal organiza anualmente exposiciones sobre diferentes temáticas. La novedad para este año tiene que ver con el poeta José Zorrilla, sobre el que se planea hacer una muestra para finales de año y quien, de momento, se ha convertido en protagonista absoluto de una base de datos en torno a su figura. Recopilada con motivo del bicentenario del nacimiento del autor en Valladolid, Zorrilla a través de los tiempos reúne cerca de 1.000 documentos descritos y digitalizados. Esta base de datos, a la que puede accederse a través de la página web del Archivo, recopila cartas privadas, autógrafos, fotografías e, incluso, su partida de bautismo y testamento.

Como no podía ser de otra manera, el edificio en el que se ubica el Archivo municipal también cuenta con su propio pasado histórico ya que tiene su sede en la Iglesia de San Agustín. Parte del desparecido convento de los Agustinos, este templo, construido entre los siglos XVI y XVII, fue objeto de un proceso de rehabilitación que culminó en 2003. Las renovadas instalaciones, en las que trabajan nueve empleados, se prolongan a lo largo de 4.300 metros cuadrados distribuidos en dos plantas subterráneas de depósitos documentales, una sala de consulta situada en la nave de la iglesia con capacidad para 58 usuarios y un área de trabajo para los técnicos en las capillas del lado sur.

En cuanto al perfil de usuarios que suelen consultar el contenido de este archivo, tanto de forma presencial como a través de Internet o por correspondencia, puede establecerse, como indica Pedruelo, en torno a cuatro categorías. En primer lugar, estarían los funcionarios de la Administración pública, que solicitan, fundamentalmente, información perteneciente al fondo local.

En segundo lugar, se situarían los profesionales de distintos ámbitos, aunque, dentro de este grupo predominan los arquitectos. Los investigadores que acuden con el objeto de documentarse desde el punto de vista histórico se englobarían en un tercer apartado mientras que, los ciudadanos de a pie son el cuarto colectivo en acudir al Archivo, buscando, sobre todo, datos relacionados con su vivienda.

Con un acceso libre y gratuito a los fondos y colecciones del Archivo o a sus reproducciones, durante el año 2016 la cifra total de consultas presenciales se situó en 11.544. Un dato que, en el caso de la web, ascendió a 14.681 visitas. Además, las copias de documentos solicitadas por los usuarios llegaron a 52.131. En general, estas reproducciones se entregan al instante o, si no, en un plazo máximo de uno o dos días, y, habitualmente, su contenido está relacionado con series de obras y licencias de actividad.

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