Más de 200 taxistas claman contra la intromisión de las plataformas Uber y Cabify

La protesta del taxi en Valladolid concentró ayer ante la Delegación del Gobierno a 250 trabajadores contra la intromisión de las plataformas de Uber y Cabify. Sin embargo, el sector está todavía en calma al no haber constancia de que las dos aplicaciones operen en la capital vallisoletana para su alivio. Así lo aseguró Roberto Merino, presidente de la Federación Castellano Leonesa del Taxi.

El representante del sector aseguró que la única constancia de la presencia de Uber y Cabify a Valladolid es cuando se celebró un congreso médico hace quince días. «Es demasiado pronto para ofrecer datos, ya que actualmente hay muy poco negocio de estas aplicaciones, tanto en Valladolid, como en Castilla y León», añadió Merino.

Respecto a la situación que viven actualmente, los taxistan la califican de desamparo. Y es que sus profesionales califican como «competencia desleal» el hecho de que otras plataformas puedan dedicare al transporte de viajeros sin la necesidad de tramitar los procedimientos legales a los que los taxistas sí están obligados.

En el caso de Castilla y León, la manifestación se materializó en un parón de los servicios de 12 a 13 horas. «Nuestra pretensión es que la administración aplique la Ley a estos vehículos de alquiler, ya que se aprovechan de que sus precios no están controlados», reclamó Merino. Además, afirmó que de los 2.300 de taxistas que hay en la Comunidad –de ellos 1.600 en las nueve capitales– estuvieron en las protestas de Madrid (entre 8 y 10 taxis eran de Valladolid).

Merino señala que el problema principal es el exceso de oferta de servicios que permite a esas otras plataformas, como Uber y Cabify, trabajar en «condiciones desleales». El peor daño es que ellos no tienen una obligación, sino que aprovechan las circunstancias». Además, Merino afirmó que si el parón no produce el efecto esperado en el control de estos vehículos de alquiler, tomarán «más medidas que permitan reforzar el papel de los taxis y el servicio público que cubren».

En Castilla y León, un 80% de los taxistas secundaron la huelga convocada por el sector para expresar su «malestar» por la competencia de Uber y Cabify y, a su vez, solicitar la implicación de las administraciones públicas con el fin de que tomen medidas al respecto para lo que consideran un impacto en un servicio público. Roberto Merino explicó que las protestas se secundaron de forma mayoritaria e insistió en el «malestar» que existe en los taxistas por el impacto que, en sus servicios, tiene la presencia de estas aplicaciones.

En este sentido, manifestó que las diferencias de estas plataformas con el sector del taxi están en la libertad de precios, cuando los suyos se fijan por la administración; en que pueden prestar el servicio desde cualquier parte del territorio español y en que no están obligados a recoger a un cliente.

El representante de los taxistas expresó su preocupación por que se genere un monopolio y ellos «pongan el precio que quieran» y, aunque no tienen un estudio de posibles pérdidas por esos servicios de las plataformas, subrayó que el impacto en caída de clientes existe en viajes que podían hacer y no hacen.

Asimismo, valoró que en la ley de medidas que acompaña a los presupuestos de Castilla y León se retire la limitación de cinco plazas en los taxis de la Comunidad, de manera que puedan aumentar su competitividad y trasladar hasta ocho pasajeros. «Es una medida positiva», indicó, informa Ical.