Amaya Arzuaga: «Aparco la moda para centrarme en el diseño gastronómico»

Amaya Arzuaga anuncia que aparca la moda para diseñar el nuevo restaurante de su bodega, situada en el corazón de la Ribera del Duero, para el que ha fichado al cocinero Víctor Gutiérrez. La burgalesa se baja de la pasarela por una temporada para dedicar buena parte de sus esfuerzos creativos al mundo del vino y la gastronomía. Es uno los nombres más internacionales de la moda española, pero nunca ha perdido de vista sus orígenes. En Burgos tiene su taller y en Valladolid, el proyecto donde se elaboran los vinos de su familia.

Pregunta .- ¿Qué cara ponen sus colegas cuando se enteran de que tiene un vino con su nombre?

Respuesta .- En el mundo de la moda es habitual que los diseñadores compartan el éxito de la pasarela con vino en los camerinos. El vino está muy presente en mi trabajo.

P. - ¿Y cuando descubren que también es propietaria de un complejo hotelero de cinco estrellas en la Ribera del Duero?

R .- Muchos ni lo saben.

P .- Además, tiene 500 jabalíes, 600 ciervos, una manada de muflones, centenares de encinas, una de ellas milenaria. ¿Qué le dicen?

R .- ¡Dirían que qué ropa me pongo para ir a ver todo eso! ¡Si no me bajo de los tacones!

P. - El fichaje de Víctor Gutiérrez, ¿fue antes o después del concurso de televisión?

R .- Antes. Pronto nos dimos cuenta de que él era la persona idónea. Fuimos a comer a su restaurante de Salamanca y nos encantó. A la semana siguiente le llamé, empezamos a hablar y hasta hoy.

P .- ¿Qué cometido tendrá y cuál será el enfoque?

R .- Será el director creativo del Taller Arzuaga, por Víctor Gutiérrez. Así se llamará el restaurante. La palabra taller proviene de mi mundo e implica muchas cosas: cocina, diseño, creatividad… También creará platos que pongan en valor las carnes de ciervo y jabalí de la finca familiar.

P .- Víctor ya intervino en otro proyecto de vinos en el Duero, así que está familiarizado con el entorno. ¿Llegará para quedarse?

R .- Queremos hacer algo a largo plazo. Además, lleva su nombre para que sea un proyecto de dos, de la bodega y de él. Queremos luchar por una estrella Michelín.

P .- ¿Cuándo se cruzó el vino en su vida?

R .- El primer vino que probé fue con mi padre. Nos dijo: “Ya tenéis una edad tú y tu hermano”. Y nos dio una copa de Vega Sicilia con queso. Descubrimos que éramos intolerantes al lácteo… ¡pero no al vino!

P .- ¿Para cuándo una pasarela entre viñedos?

R .- Me encantaría, pero técnicamente es complejo. En el interior de la bodega sí lo hemos pensado.

P .- ¿Es cierto que en Navidad, cuando sus colegas se emplean a fondo en el diseño de regalos y perfumes, usted lanza el diseño de su Ribera?

R .- Cierto. La primera vez surgió de forma inesperada. La próxima añada tendrá un vestido color coral en la etiqueta, no negro.

P .- ¿Es más rentable un vino o un desfile?

R .- Una gran añada, desde luego. El vino es un proceso muy complejo, pero una vez que das con el adecuado y está todo equilibrado, solo hay que embotellarlo.

P .- ¿Dónde está la elegancia de un vino?

R .- En todo. En la misma botella y hasta en el modo de abrirla y servirla.

P. - ¿Cuánto cuesta una prenda de Amaya Arzuaga?

R .- Desde 80 hasta 2.000 euros, pero el precio medio es 500 por un vestido.

P .- ¿Y cuánto vale un tinto Amaya Arzuaga?

R .- Entre 55 y 60 euros.

P .- ¿Con qué tejido se identifica más?

R .- Me encanta el punto, el cachemir, pero también hacer mi propio tejido. Me gusta investigar y crear porque no todo vale. Si no encuentro lo que necesito, lo hago yo misma.

P .- ¿Qué hay de María Luisa Navarro en Amaya Arzuaga?

R .- Mucho. Todo lo he aprendido de ella. Me ha llevado a los desfiles desde los 14 años. En verano, yo siempre iba a la fábrica a ayudar a poner botones, y nunca fue una imposición. A mi madre siempre le pido consejo.

P .- ¿Qué lleva en el bolso, tijeras o sacacorchos?

R .- Cinta métrica y tijeras, por encima de todo, pero también sacacorchos.

P .- ¿Cómo ve la moda en Castilla y León?

R .- Está en un momento complicado. Los que somos independientes y pequeños tenemos un grave problema. Por un lado está Zara y por otro, Prada. Así que nos quedamos en el medio, con un nicho muy pequeño. Cuesta salir adelante, pero con esfuerzo y tesón se puede.

P .- ¿Cómo va la nueva colección?

R .- Acabo de presentar mi colección de invierno. Como ahora tengo un breve paréntesis, estoy centrada en las vajillas, la cristalería y la mantelería del restaurante-taller. Este año no desfilé en Cibeles y creo que tampoco lo haré el próximo.

P .- ¿No me diga que deja la moda?

R .- No la dejo, la aparco. Quiero centrarme en otras cosas, como el diseño gastronómico y enoturístico. En los últimos años he explorado otros caminos creativos que me gustan tanto o más que la moda. Así que doblo el hábito, pero no lo cuelgo.