Diario de Valladolid

Manos Unidas de Valladolid asume este año siete proyectos de desarrollo que superan los 405.000€

El obispo auxiliar de la Diócesis asegura que el hambre es el “resumen de todas las injusticias del mundo”

(I a D) El obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello; el presidente de Manos Unidas Valladolid, José María Borge; Rosina de los Reyes y José María Gil, en la presentación de la campaña 'El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida'-ICAL

(I a D) El obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello; el presidente de Manos Unidas Valladolid, José María Borge; Rosina de los Reyes y José María Gil, en la presentación de la campaña 'El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida'-ICAL

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Manos Unidas de Valladolid ha asumido este año la financiación de seis proyectos de desarrollo que en global superan los 405.000 euros de presupuesto, según anunciaron hoy los responsable de la ONG en la presentación de la Campaña contra el Hambre, en un acto en el que el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, hizo un llamamiento al compromiso y a la solidaridad, y definió el hambre que sufren 800 millones de personas como el “resumen de todas las injusticias del mundo”.

Argüello, que resaltó que la Iglesia Católica no pueden ser ajena a esta lacra, también argumentó que las banderas y fronteras nunca pueden ser utilizadas como argumentos para la indefensión de las personas. Además, haciendo referencia al lema elegido por Manos Unidas para la campaña de este año 'El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida', el obispo auxiliar' denunció el despilfarro de comida que se produce en los países occidentales, donde un tercio de los alimentos acaban en la basura, también indicó que la lucha contra el hambre también es un problema de dimensiones políticas y económicas.

El obispo auxiliar insistió en que no hace falta producir más alimentos para acabar con el hambre y sí “organizar mejor la casa”, a la vez que calificó de “intolerable” proyectos de ámbito internacional que animan a las familias a no tener hijos y que plantean controles de la natalidad y la generalización del aborto.

Por su parte, el presidente de Manos Unidas en Valladolid, José María Borge, explicó que dos de los seis proyectos asumidos por la ONG este año tienen a la India como país beneficiario, ya que además de instaurar un programa sanitario en seis aldeas, también se financiará una campaña de concienciación y prevención contra el tráfico de mujeres. La iniciativa con mayor presupuesto -98.065 euros- se destinará a un proyecto de agroecología comunal en Haití. Además, en Camboya se pondrán en marcha un proyecto para la reducción de residuos y en Uganda se construirá un internado para chicas en una escuela rural.

Borge también resaltó la austeridad de la ONG y explicó que gracias al trabajo de sus voluntarios -más de 700 en Valladolid- sólo destina el 6,8 por ciento de sus ingresos a gastos de estructura y administración, y recalcó que más del 87 por ciento de sus ingresos proceden de donaciones privadas.

Mientras tanto, el consiliario de Manos Unidas en Valladolid, José María Gil, indicó que en la Campaña contra el Hambre de este año se pretender denunciar que un tercio de la comida que se produce acaba en la basura, la especulación internacional que se realiza con el precio de los alimentos cuando 800 millones de personas pasan hambre y apostar por una agricultura sostenible que asegure un comercio local justo.

Misionera

La presentación de la campaña contó con el testimonio de Rosa María de los Reyes, misionera mercedaria que desde el año 89 trabaja en la República Democrática del Congo, que explicó que gracias a Manos Unidas en los próximos meses se pondrá en marcha un centro de salud para atender a los niños abandonados en la ciudad de Mbuji-Mayi.

De los Reyes denunció la paradoja que supone la pobreza enquistada en un país “excesivamente rico”, con importantes fuentes de riqueza naturales como las minas de cobalto o los yacimiento de petróleo. Así, explicó que en la ciudad de Mbuji-Mayi, de cuyas minas se extrae una cuarta parte de los diamantes industriales de todo el mundo, cientos de niños desnutridos y sedientos tiene que trabajar ocho horas en minas de diamantes·.

La misionera denunció que el mayor sufrimiento de estos niños es la sed, ya que la temperatura media de esta ciudad supera los 30 grados todo el año con una alta humedad. “En Mbuji-Mayi el agua es un artículo de lujo y un garrafa de 20 litros de agua no potable cuesta 40 céntimos, cuando el suelo medio de un maestro ronda los 80 dólares mensuales”. En este sentido, explicó que en el centro donde trabaja y que acoge a una media de 380 niños abandonados, el agua está más que racionado y en muchas ocasiones sólo pueden beber dos veces al día.

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