Blázquez exige que se ‘clarifique’ todo sobre los abusos del cura Ramos

Momento de acompañamiento a las víctimas y de ayuda a la recuperación del pederasta confeso. Y también de colaboración para el esclarecimiento de los hechos.

El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, apostó ayer, en referencia al ex párroco de Tábara (Zamora), José Manuel Ramos Gordón –apartado de sus funciones en julio de 2016 por la Iglesia tras haber abusado de varios menores en el Seminario Menor de La Bañeza (León)– porque se «clarifique todo lo que se tenga que clarificar», en relación con estos sucesos, siempre «en colaboración y ayuda con las autoridades constituidas», aseguró.

El purpurado sí dejó claro que el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, ya está «llevando adelante» el caso conforme «al protocolo» previsto «para actuar en este sentido», y solicitó palabras de perdón para las víctimas. «En esta situación quiero pedir perdón a las víctimas y que acompañemos al sacerdote para que pueda superar esta situación oscura de su vida», señaló, antes de solicitar también «estar cerca» de las familias de los afectados. Preguntado sobre si había existido protección al sacerdote Ramos por parte de la jerarquía eclesial, Blázquez afirmó. «No voy a contestar más».

El mitrado realizó estas declaraciones poco antes de presentar en la Sala Borja su último libro ‘Memoria y gratitud’, el número 14 de su bibliografía, que ha decidido escribir en coincidencia con el 50 aniversario de su ordenación, celebrada el 18 de febrero de 1967 en la Catedral de Ávila, la ciudad que le vio nacer.

En el libro de la editorial Sal Terrae recoge escritos teológicos, espirituales y pastorales que han sostenido e inspirado su ministerio como obispo durante todos estos años. No son un recuerdo biográfico, sino que hace memoria de acontecimientos de la historia contemporánea de la iglesia con alusiones a su propia biografía, especialmente desde el acontecimiento que le marcó para el futuro: su ordenación. «He recordado mi historia y los acontecimientos en que se inscribe dando gracias a Dios, y en esta rememoración aparecen también personas de las que soy y me reconozco deudor», confiesa el mitrado.

Sentido de gratitud

El Ordinario aseguró que le llena de honor saber que su medio siglo de presbítero coincide con los 50 años de la Conferencia Episcopal Española, de la que es presidente, así como del Concilio Vaticano II, del mismo modo que coincide con los 500 años de Santa Teresa de Jesús y los 450 años de la muerte Tata Vasco, primer obispo de Michoacán (México).

Y concluyó que, a la vista de estos 50 años, la palabra que fluye de su interior es la de gratitud, «sin rencores, ni resentimientos». Una etapa en la que ha conocido personalmente a varios papas. No lo hizo, por ser muy joven, con Pío XIIni con Juan XXIII, pero sí pudo estar cerca de Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

El contenido del libro se estructura en tres partes conectadas entre sí por la intencionalidad pastoral de su autor. Se suma su aportación personal nacida de la propia experiencia al frente de las diócesis de Palencia, Bilbao y Valladolid.

A la vez, en la obra se traslucen sus profundas vocaciones: la docente, ejercida en el Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, y su misión de servicio eclesial. Su capacidad de profundización y sus cualidades docentes generan una gran diversidad temática de reflexiones que interpelan a toda la sociedad. Y en todo el libro, memoria y gratitud impregnan cada capítulo como muestra de una historia rica y agradecida al servicio de la iglesia.

El libro recorre también los hitos que jalonan los papados pero no para detenerse en ellos cronológicamente, sino por el interés y la repercusión eclesial que suscitaron y de los que él mismo fue testigo: proclamaciones, encíclicas, escritos y sínodos.