Diario de Valladolid

La plantilla de Renfe presiona contra el parón de los talleres

Se concentrarán el 16 de febrero ante la junta de Alta Velocidad que decidirá si se liquida la sociedad / Temen la venta a una empresa privada / Critican a Puente por su «obstinación» en no pagar su deuda

Los nuevos talleres de Renfe del Páramo de San Isidro llevan dos años terminados y con maquinaria instalada por valor de 40 millones.-J.M.LOSTAU

Los nuevos talleres de Renfe del Páramo de San Isidro llevan dos años terminados y con maquinaria instalada por valor de 40 millones.-J.M.LOSTAU

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Íñigo Arrúe
Valladolid

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Hartos de esperar el traslado a unos talleres que se terminaron hace ya dos años, los sindicatos han decidido pasar a la acción, cuando, además, se dibujan negros nubarrones en el horizonte. UGTy CCOO informaron a este diario que la primera movilización la realizarán el próximo 16 de febrero, cuando se reúna la junta de accionistas de la Sociedad Alta Velocidad para aprobar, en principio, la liquidación de la entidad. Si vienen mal dadas, la batalla será larga y enconada.

«De momento, ésta es la primera acción acordada. Si del resultado de la junta sale que el futuro de los talleres está en el aire por un concurso de acreedores o una venta a una empresa privada, endureceremos las movilizaciones», avisó el secretario provincial de UGT de la sección de Renfe, Gregorio Ferreras.

Pero como no se fían, quieren mover ficha antes de darse de bruces ante hechos consumados. «Estamos intentando a hablar con el presidente de Renfe, Juan Alfaro, y con responsables del Ministerio de Fomento, porque nos preocupa que, ante la falta de financiación, una empresa privada como Siemens o alguna otra, ponga el dinero y se quede con el taller», receló.

A su juicio, este sería un paso «que no se entendería», propiciado por unas administraciones que se han hartado de calificar a la Base de Mantenimiento Integral (BMI) de Renfe como «la más moderna de Europa», y más aún con el gran avance de obras del que goza y con la maquinaria ya instalada.

La esperanza de los sindicatos es que todo siga en manos públicas, con menos socios, quizá tres –Renfe, Adif y la Junta–, con el Ayuntamiento de Valladolid desmarcado. «El Grupo Fomento no tiene inconveniente en poner su cupo. La Junta está dispuesta a aportar parte de su dinero, el único que está en contra es el Ayuntamiento, que no quiere soltar un duro. Queremos hablar con Óscar Puente y todavía no nos ha recibido», se quejó Ferreras.

«Sabemos que es una decisión del equipo de Gobierno municipal, pero no entendemos que no se quiera asumir la deuda de un Ayuntamiento, sea del color que sea, y de la que no se puede desentender, a pesar de del pinchazo inmobiliario», afirmó.

Esta no es la única crítica del ugetista al regidor, ya que no comparte las palabras del alcalde relativas a que el dinero del soterramiento se ha empleado en los talleres. «No es cierto. Es un proyecto muy amplio en el que todos ganábamos», afirmó.

En la misma línea, el secretario general para el sector ferroviario en Valladolid de CCOO, Gregorio Díez, criticó a Puente por no asumir el compromiso de 2003 cuando se constituyó la Sociedad Alta Velocidad. «Que busque soluciones, que alargue el plazo del pago de la deuda, pero que asuma el compromiso. No podemos estar a expensas de políticos de turno que digan: ahora sí, ahora no. Queremos que se resuelva el problema», insistió Díez, quien no ocultó que la falta de información de los socios sobre el traslado está minando la moral de la plantilla de los talleres:500 trabajadores, más otros 200 puestos indirectos.

«Nos hemos puesto en contacto con la Dirección de Fabricación y Mantenimiento, y la dirección de Renfe, pero no nos han despejado las dudas. También hemos pedido una entrevista con la gerente de la sociedad pero no nos han convocado», se quejó Díez. A su juicio, entrar en un concurso de acreedores sería una solución «malísima»: «Hasta que no hubiese una resolución firme, no podríamos entrar en las instalaciones que son de una sociedad, que, a su vez, tiene una deuda. Y hasta que no se resuelva, no se puede entrar».

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