Diario de Valladolid

Pikachu se esconde en el Campo Grande

La fiebre Pokémon se extiende en Valladolid / Los mejores lugares para cazar, los monumentos y zonas transitadas

Uno de los avatares en la pantalla de un móvil.-P. REQUEJO

Uno de los avatares en la pantalla de un móvil.-P. REQUEJO

Publicado por
Aurora Recio

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«Llegaré a ser el mejor, el mejor que habrá jamás, al fin podré desentrañar el poder que hay en Pokemon. ¡Hazte con todos! ¡Pokémon!». Así sonaba la mítica canción de la serie de los noventa de dibujos animados que estos días causa furor en forma de un nuevo juego para el móvil, ‘Pokémon Go’.

Aunque solo lleva activo desde el viernes y con el lanzamiento de los ‘bichos’ de la primera generación, el juego japonés ya ha conseguido expandir la fiebre por todo el mundo. Y también en Valladolid ha desembarcado como una plaga. Para muchos de aquellos niños que en los noventa jugaban con sus nintendos fantaseando con ser cazadores en la vida real, ahora pueden cumplir su sueño gracias a esta aplicación.

Si ya era habitual ver pasar a la gente con los ojos pegados en móvil, pendiente del último wasap o de la actualización de su Facebook, ahora será más común, pero esta vez en busca de pequeños animalillos virtuales.

Como se dice, no hay mal que por bien no venga. Y los jugadores encuentran en el fanatismo una excusa para fomentar el deporte y la cultura, pues la clave para cazar a nuevos pokemon es ir de un lado a otro de la ciudad, ya sea andando, corriendo o en bici. Además, en los monumentos o puntos clave de las ciudades están situadas lo que en el mundillo se llaman pokeparadas, una especie de zona de descanso donde se pueden conseguir objetos como pokeballs o huevos de pokemon. Y en estos lugares se pueden adquirir herramientas para cazar o revivir a los avatares, lo que les convierte en un buen destino hacia el que atraerlos. Hay varias en Campo Grande, como la Pajarera Oeste, la escultura del Oso y la puerta sur.

Precisamente, el pulmón verde de Valladolid es uno de los puntos donde hay mayor concentración de pokemones. También se pueden encontrar muchas de estas criaturas en la playa de Moreras y en la zona de la Universidad, pero eso no quiere decir que no se pueda encontrar a distintos personajes por la Plaza España, el Ayuntamiento o la Estación de Autobuses.

El más entrañable de la especie, Pikachu, es el más conocido pero también uno de los más difíciles de encontrar. Ayer, en Campo Grande, muchos de los aficionados estaban en busca de este pequeño.

Todos los seguidores coinciden en que «este nuevo juego es distinto». La primera diferencia con el antiguo juego de Nintendo es que, «ahora los combates no son por turnos, sino que se da la posibilidad al jugador tanto de esquivar el ataque como de atacar al mismo tiempo». También cambian las categorías, pues «en el antiguo juego los pokemon se diferenciaban por niveles y ahora lo hacen por puntos de combate». Otra de las diferencias es poder liderar los gimnasios de lucha, aunque siempre pueden ser arrebatados por otro jugador de uno de los tres equipos rivales. Incluso hay gente que sale por las noches, cuando hay menos afluencia de jugadores, a defender sus zonas de lucha y pelear por el liderazgo.

Entre las diversas aplicaciones paralelas que han aparecido está el Pokéradar, un detector que ayuda a los entrenadores a encontrar mejor a aquellos objetivos que estén más cerca de ellos. Además, el propio juego te dice a cuanta distancia se encuentran los pokemon próximos con un código de huellas: tres huellas equivale a más de 100 metros, dos, a menos de esa distancia y una huella cuando estén a menos de 50 metros.

Los fans de este juego aprovechan cualquier ocasión para salir a cazar, hasta tal punto que puedes encontrar a chicos y chicas buscando pokemon mientras están de fiesta. Un grupo de amigas cuenta que, sin ir más lejos, el sábado en Matapozuelos dos muchachas de unos 16 años frenaban a un grupo de fiesteros con alguna copa de más al grito de «¡no paséis, que vais a espantar al pokemon!», haciendo que la situación fuera más que surrealista.

Pero, ojo. El juego puede ser hasta peligroso, pues muchos hackers lo utilizan para entrar en los teléfonos de los incautos jugadores. Por no hablar de los ladrones, que aprovechan la fijación puesta en la pantalla del móvil para robar a quien no presta atención a lo que le rodea. O de los potenciales tropiezos por la calle. Entre distintos testimonios, está el caso de un joven vallisoletano que casi es atropellado por un coche mientras seguía la pista de un pokemon.

A pesar de que hasta Navidad el juego no estará completo, las descargas de la aplicación ya se cuentan por millones. Tantos son los aficionados que, una vez que el juego esté completo, se organizarán eventos en las principales ciudades españolas para poder conseguir pokemon legendarios, que son los más difíciles de obtener.

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