Luis Argüello reclama a la clase política que cuente con la Iglesia en la renovación del Estado del bienestar

El nuevo obispo auxiliar de la diócesis de Valladolid, Luis Argüello García, reclamó en la tarde de hoy a la clase política que cuente con la Iglesia para afrontar la renovación del Estado del bienestar y recomendó a los partidos cultivar una “amistad fraterna” que se mantenga más allá de los “turnos de poder y oposición”.

Argüello, que se manifestó de esta forma durante la homilía pronunciada con motivo de su ordenación como obispo auxiliar celebrada en la Catedral, señaló que los gobernantes deben pedir a la Iglesia algo más que el voto o los impuestos de cada ejercicio. “Queremos ofreceros nuestro amor a la vida, en medio del invierno demográfico; nuestra propuesta de familia que transmite virtudes y custodia la fragilidad de manera incondicional; queremos colaborar en el impulso y renovación del Estado del bienestar con nuestra presencia en la educación, la sanidad y los servicios sociales”, aseveró.

Además, recordó que la Iglesia está abierta a personas con diferentes ideas políticas y es el mejor lugar para que los dirigentes políticos cultiven una la “amistad fraterna que se mantenga más allá de los turnos de poder y oposición”.

En su homilía, en la que destacó que este nombramiento es una segunda oportunidad de vivir el sacerdocio apostólico, recordó su pasó por la Facultad de Derecho de Valladolid y también pidió a la clase política compartir “nuestro estremecimiento ante el juicio que los empobrecidos hacen al sistema económico y a nuestro estilo de vida”.

En la ceremonia, además del arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, y del nuncio del papa en España, Renzo Fratini, también estuvieron presentes las principales autoridades de la ciudad, encabezas por el alcalde, Óscar Puente; el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero,; el delegado territorial de la Junta, Pablo Trillo Figueroa, así como representantes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.

27 obispos y 250 sacerdotes

En la ceremonia también participó el cardenal emérito de Sevilla, Carlos Amigo, 27 obispos, entre los que se encontraban el palentino Francisco Javier del Río Sandino, obispo de Tarija (Bolivia), y 250 sacerdotes. La catedral se quedó pequeña y el acto fue seguido por decenas de personas gracias a una pantalla instalada en el patio exterior. En total se calcula que más de 3.000 personas la siguieron en directo.

Por su parte, el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, agradeció la atención del papa, “que respondió con pronta solicitud a la petición de colaboración de un obispo, dadas las circunstancias de mi ministerio episcopal en Valladolid”, y recomendó a Luis Argüello ejercer el cargo con humildad. En este sentido, afirmó que “ la autoridad recibida por nosotros en la ordenación no debe degenere en poder mundano y menos aún en poder ejercido autoritariamente, sin respetar las personas que, además, son hijos de Dios y hermanos por el bautismo”.

Al mismo tiempo, pidió al nuevo obispo auxiliar que gaste su vida con “sencillez y dedicación apostólica, con obediencia y gratitud a Dios, con misericordia humilde para con los pecadores, los necesitados y los excluidos. Si Jesús está presente en medio de nosotros para siempre, si la Eucaristía es como el corazón de la Iglesia y si los pobres ocupan el centro del Evangelio, ese es nuestro hábitat y desde ahí queremos evangelizar”.

La última ordenación episcopal en la diócesis fue la de Marcelo González, que el 5 de marzo de 1961 fue consagrado obispo de Astorga, para acabar siendo cardenal arzobispo de Toledo. Además, Luis Argüello se ha convertido en el tercer arzobispo auxiliar de la historia de la Diócesis de Valladolid, tras Mariano Cidad (1897-1903) y Pedro Segura (1916-1920).

Biografía

Luis Javier Argüello García nació el 16 de mayo de 1953 en Meneses de Campos (Palencia) y tras estudiar en la escuela de su pueblo, se trasladó a Valladolid para cursar el Bachillerato como alumno interno en el Colegio de Nuestra Señora de Lourdes de los Hermanos de la Salle en Valladolid. Después, estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid y se licenció en 1976 con premio extraordinario fin de carrera. Fue el primer presidente de la Comisión Justicia y Paz de Valladolid y en colaboración con Cáritas diocesana trabajó en la atención a toxicómanos.

En 1983 ingresó en el Seminario Diocesano de Valladolid y fue ordenado sacerdote por José Delicado Baeza en septiembre de 1986 para la Archidiócesis de Valladolid, donde ha desempeñado diversos cargos, entre los que destacan rector del Seminario Diocesano, vicario episcopal y vicario general.