Diario de Valladolid

Aguirre:«Ahora hay que votar al PP;ya arreglaremos nuestras cosas después»

Propone basar el «relato» ‘popular’ en España y la libertad:«la prima de riesgo no emociona a nadie»

Los asistentes aplaudan la entrada de Esperanza Aguirre, junto al presidente del club de opinión Santiago Alba, Felipe Martínez-Sagarra-ICAL

Los asistentes aplaudan la entrada de Esperanza Aguirre, junto al presidente del club de opinión Santiago Alba, Felipe Martínez-Sagarra-ICAL

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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A menos de un mes para las reelecciones, cualquier político está ya en ‘modo mitin on’, sea cual sea el motivo que anuncia su presencia. Y ayer, Esperanza Aguirre, aprovechando que pasaba por Valladolid para presentar su libro, hizo su particular campaña. A favor de su partido, sí. Y de sus propias ideas, «liberales y conservadoras». Que no necesariamente a favor de Mariano Rajoy, sobre quien evitó responder a los periodistas si lo consideraba el mejor candidato. «Es el mejor de acuerdo con los estatutos», zanjó. Tenía a tiro la fórmula perfecta para esquivar balones, citando a Umbral:«yo he venido aquí a hablar de mi libro», dijo saliendo airosa en varias ocasiones.

«Ahora hay que votar al PP;ya arreglaremos nuestras cosas después», propuso ante cerca de 150 personas, reunidas por el club Santiago Alba para escuchar en voz de la concejala madrileña su «reflexión» sobre la sangría de votos que acusa su partido. En eso se resumen las páginas editadas bajo el título Yo no me callo, una suerte de «respuestas no cerradas» que completan las razones oficiales de Génova para justificar la pérdida de un tercio de los votantes desde los comicios generales de 2011.

«No es sólo por la corrupción y por las medidas impopulares tomadas durante la crisis», anticipó, dando paso a una autocrítica infrecuente en los político. Y menos, cuando las papeletas están en el horno.

En opinión de Aguirre, el partido hizo una lectura equivocada de la mayoría absoluta cosechada hace un lustro. «Muchos de aquellos votos eran prestados», sostuvo, interpretando que aquel respaldo no medía tanto un afecto popular como un descontento hacia el Gobierno socialista previo. «Era para que echáramos a Zapatero y diéramos la vuelta a aquel marasmo económico y laboral, como hicimos cuando llegó Aznar», resumió la exministra de Cultura.

Reconoció que el declive de la imagen del partido había comenzado antes. Fue a raíz del 11-M, cuando también faltó «reflexión» y el PP«ya empezaba a ser el nasty party» en lugar del «partido humilde simpático y liberal» que ganó en 1996 «de milagro» y se anotó la mayoría absoluta en el año 2000.

En 2011, la llegada de Rajoy a La Moncloa causó un «subidón» que hizo que el Gobierno central se «olvidara» de rendir cuentas, desencadenando lo que a su juicio fue otro gran error:«una política de comunicación desastrosa». «Recuerdo que el jefe de gabinete de un ministro me dijo:‘la única instrucción es que no salgamos en ningún medio’», desveló. Luego llegaron las ruedas de prensa, escasas y «sin preguntas». Y el famoso plasma.

Continuó recriminando a la dirección popular que tampoco supiera calibrar el ascenso que alcanzarían los nuevos partidos. «Se ha enaltecido a políticos nuevos y jóvenes y los gurús del PP creían que eso quitaría votos al PSOE», indicó. Lo que se consiguió, lamentó, fue «engordar a la bicha», en alusión a «estos de Podemos», cuyos cinco millones de votos podrían convertirse ahora en seis coaligados con Izquierda Unida. Al «desencanto» de la sociedad atribuyó la irrupción de la formación de Pablo Iglesias. Y la de Ciudadanos, a una defensa «más convincente» de «la unidad de España».

Con este panorama, reivindicó para el Partido Popular un «relato» basado en la libertad y «en el orgullo de ser españoles», porque «el PIB y la prima de riesgo no emocionan a nadie», manifestó, dirigiendo el anzuelo a «los jóvenes».

A preguntas del periodista Jesús Fonseca, delegado de La Razón en Castilla y León encargado de guiar el coloquio, la expresidenta de la Comunidad de Madrid auguró un resultado «no muy diferente» para el próximo 26-J. «El PP subirá, pero no lo suficiente para lograr la mayoría absoluta.

Y ojalá no subamos a costa de Ciudadanos», deseó, reiterando su apuesta por una gran coalición tripartita con el PSOE. «Me aterraría que tuviéramos un Gobierno de populismo bolivariano», indicó.

También habló sobre los casos de corrupción, a los que dedica cuatro capítulos del libro. «La primera vez que tuve datos de la Gurtel, de que alguien de los nuestros fuera corrupto, no me lo podía creer», sostuvo, sin esconder que «todos los días surge un nuevo caso en los periódicos» que afecta a su partido, pero denunciando también las «distintas varas de medir». Preguntada por quien fuera su ‘número dos’ Francisco Granados, reiteró que ella asumió «su responsabilidad» dimitiendo de la dirección del PP madrileño.

Entre otras recetas, se mostró partidaria de reformar el sistema de pensiones hacia la capitalización así como de cambiar la ley electoral. Y deseó que la regeneración consiga que «a la política vayan los mejores». «Para dedicarse a la política tienes que tener la vida resuelta, para poder ser independiente, para poder no callarte», concluyó, dando paso a una firma de libros donde Francisco Javier León de la Riva se situó el primero de la fila.

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