Diario de Valladolid

LA ESPUELA. ENTREVISTA A JUAN MANUEL PRIMO, COORDINADOR DEL BANCO DEL TIEMPO DE VALLADOLID

«Montoro puede estar tranquilo, aquí no hay ‘offshore’, solo solidaridad»

Paradójicamente no usa reloj, pero llega a su cita con puntualidad inglesa. Atesora 10 años al frente de este servicio municipal que ofrece el Ayuntamiento. En estos momentos son 650 socios donde los vecinos han intercambiado servicios y tiempo de labores como masajes, informática, peluquería, clases de inglés, costura, contactos para paseos o tomar café, todo entra en este banco, que intenta «recuperar el trueque y poner en contacto a los vecinos vallisoletanos».

-J. M. LOSTAU

-J. M. LOSTAU

Publicado por
J. I. Fernández

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Pregunta.- Perdone por robarle su tiempo. ¿Qué me va a pedir a cambio?

Respuesta.- Pues que expliques bien todo lo que hacemos y que se refleje nuestro espíritu.

P.- El Banco del Tiempo cumple ya 10 años. ¡Cómo pasa el tiempo!

R.- Muy rápido. Empezamos titubeando y con dudas, y al final el tiempo ha demostrado que Valladolid es solidaria y comprometida.

P.- ¿El tiempo es la moneda que nos hace a todos igual?

R.- Efectivamente. Hay gente que puede tener más o menos dinero, pero el tiempo nos hace igual a todos.

P.- ¿La primera vez es la que más cuesta?

R.- Hay personas que tardan mucho en dar el primer paso. Otros, los más echados para adelante, a los dos días ya están en funcionamiento. Nosotros recomendamos a todo el mundo que empiece pidiendo, para quitarse ese pudor y vean que hay mucha gente como ellos.

P.- ¿Cuántas veces ha escuchado la frase: ‘Yo no sé hacer nada’?

R.- Muchísimas. El 80% me dice eso, y sobre todo la gente mayor. No se valora. Hay que hacer un ejercicio de autoestima con ellos, porque tienen muchas habilidades y las tienen que poner en valor.

P.- La pregunta del millón, ¿esto no es competencia desleal para los profesionales?

R.- No. Siempre decimos que no somos profesionales de nada. Son gente con habilidades. Como si tú ayudaras a un miembro de tu familia o a un vecino. Aquí lo único es que no lo conoces.

P.- ¿Entonces el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, puede estar tranquilo?

R.- Puede estarlo. Hay 300 bancos en toda España y no nos han hecho ninguna inspección ni tenemos cuentas ‘offshore’ en paraísos fiscales.

P.- ¿Ya pero todo esto sin factura?

R.- No hay, pero tenemos algo similar que son los cheques. Es nuestra forma de pago, cada vez que se hace un intercambio el socio paga con su hora, tiene su cuenta corriente y suma o resta horas según sus servicios.

P.- ¿Son el único banco bueno que queda?

R.- Junto al de Alimentos, el único.

P.- ¿No tendrán preferentes?

R.- La desconfianza. La mayoría de la gente siempre piensa que cómo va a dejar entrar a alguien que no conoce en su casa.

P.- Nació en 2005 y no por culpa de la crisis porque en esa época se ataban los perros con longanizas.

R.- Cuando explicas un proyecto como éste, la gente se queda con la economía no formal y que se consigue algo sin dinero, pero realmente es un proyecto de poner en contacto a gente, en recuperar el trueque y que los vecinos vuelvan a hablar entre ellos.

P.- ¿Cuáles son los servicios más frecuentes?

R.- Si te digo que me digas cinco no adivinas el primero. Arreglos del hogar, informática, sobre todo ahora con el Windows 10, idiomas, cortes de pelo…

P.- ¿Y el primero?

R.- Masajes. ¿Te lo esperabas?

P.- Pues no, mira qué relajante. ¿Y hay gente que se ofrece para planchar?

R.- Mucha. Dice que se quitan el estrés diario.

P.- ¿Y los más curiosos?

R.- Esos son los que suelen no convertirse en intercambios. Son tan curiosos que no encontramos nada. Una persona que demandaba aprender esperanto [lengua creada artificialmente en 1887 por Zamenhof con la idea de que sirviera como un sistema de comunicación universal], otro que ofrecía clases de navegación, y mira que lo veo complicado aunque tenemos el Pisuerga. Y aprovecho la entrevista para reclamar a alguien que toque la armónica. Entre 610 socios no tenemos a nadie y varios ya nos lo han reclamado.

P.- ¿Alguien tiene números rojos?

R.- Sí, y lo recomendamos. Fíjate si somos diferentes a los otros bancos. Siempre les decimos que empiecen debiendo para familiarizarse con el proyecto. La gente nueva puede estar esperando hasta que se dé a conocer porque nadie sabe sus servicios.

P.- ¿Qué es lo que más sabemos hacer los vallisoletanos?

R.- Escuchar a otras personas. Tenemos fama de ser fríos, de no abrirnos, pero estos 610 no lo son. Nos demuestran que son gente generosa y que quieren ayudar.

P.- ¿Cómo es el perfil?

R.- Una mujer de entre 30 y 50 años, que trabaja y que tiene hijos. Pero afortunadamente somos un grupo muy heterogéneo.

P.- ¿A qué dedica usted el tiempo libre?

R.- Hago una especie de voluntariado en un colegio profesional, de mi profesión, educación social.

P.- Las personas que dicen que no tienen tiempo son de fiar?

R.- El que te diga eso es que sí lo tiene. El que no lo tenga, nunca te lo dirá.

P.- ¿Qué piensa de las personas impuntuales?

R.- No me gustan, porque yo no lo soy. Aunque quiero pensar que si lo hacen tendrán algún motivo. Por suerte aquí en el Banco del Tiempo nunca hay ningún problema de este tipo.

P.- ¿A quién no le dedicaría ni un solo segundo?

R.- A la gente que es intransigente. A esa que no escucha y solo piensa en ella. Y si es impuntual, ya ni te cuento (risas).

P.- ¿Qué personas no tienen cabida en este Banco?

R.- Los que no entienden el proyecto. Hay mucha gente que no les dejamos participar porque vienen en busca de un provecho. Quieren que les pintemos la casa o que le arreglemos el coche.

P.- El jeta de manual.

R.- Eso es. Ese perfil no nos interesa.

P.- Los políticos no llegan a un acuerdo para gobernar este país. ¿Tiene algún intercambio para ellos?

R.- Pues sí. Les recomiendo que acudan al grupo de meditación, y al club de la risa. Las cosas meditadas y con humor se ven de otra manera.

P.- ¿Se amoldan a los nuevos tiempos con las redes sociales?

R.- Lo intentamos, hay que adaptarse. Tenemos blog, página web, perfil en Facebook y un número de whatsapp (645 247 112).

P.- Supongo que antes habrá que dar una clase de cómo se maneja.

R.- Hay varias personas que ofertan enseñar un smartphone.

P.- ¿Cómo mata el tiempo?

R.- Se me pasa volando, no me da tiempo a matarlo.

P.- ¿Al mal tiempo buena cara?

R.- Siempre, y al buen tiempo, mejor cara todavía.

P.- Hasta aquí llegó nuestro tiempo. ¿Qué le debo?

R.- Una hora. Me rellenas un cheque y en paz.

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