Ignacio Arranz: «En enero es cuando los gimnasios hacen su agosto para llenar la hucha»

Pregunta.- ¿Sabe aquel chiste del que se apunta a un gimnasio en enero?

Respuesta. - Completamente cierto, y al igual que la operación bikini antes de verano, son aspectos sicológicos de las personas. Son esos votos que se hacen en Navidades y que luego se cumplen.

P.- Otra cosa es que luego vayan. Por eso, dígame ¿de dónde sacamos la motivación para ir?

R.- En tener un objetivo y decir voy a por ello. Ahora el tío cachas se ve poco, se busca más el tío sano. Por eso hay más actividades en grupo, que individuales.

P.- ¿El mes de enero para los gimnasios es donde aprovechan para hacer el agosto?

R.- En enero muchos centros cubren su mes de agosto, porque luego en verano hay un 50% menos de socios, ahora aprovechan para hacer hucha.

P.- ¿Qué radiografía hace del sector en Castilla y León?

R.- En España se habla de que hay un crecimiento del 4%, pero en Castilla y León está estacionado. Hace años teníamos un IVA del 7%, y pensábamos que se podía bajar al 4%, pero de repente subió al 10 y de ahí al 21%. Un golpe muy duro. Ahora mismo la cuota de un gimnasio es inferior a la de hace una década, pero claro, con los incrementos. Las empresas han salvado bien los muebles gracias a los buenos profesionales pero sufriendo mucho.

P.- ¿El mens sana in corpore sano es todo postureo?

R.- [Risas]. Es de verdad siempre y cuando sea como dice el latinismo. Lo importante es fidelizar al cliente, por eso se comprueba un índice de mayor de permanencia en los gimnasios privados que en los grandes centros.

P.- Curiosamente el gimnasio es el único lugar que se hace negocio aunque no acuda el cliente.

R. - [Se lo piensa]. Cierto. Por eso las cadenas de gimnasios ‘low cost’ viven de los no clientes. En cambio los gimnasios tradicionales vivimos de sus clientes.

P.- ¿Qué suponen los macrocentros de gimnasios que ponen precios tan bajos para el sector?

R. - Afearlo. Aunque tengan buenas instalaciones, el servicio es malo. Es imposible que puedan sacar esos precios, alguno por debajo de sus costes, y luego dar un buen trato. Van al volumen, porque está claro que si fueran todos, no entrarían. Ahora hay uno en Valladolid que lo oferta por 14,90 euros. ¿Crees que existirá un trato cercano con el cliente? Pero si con eso no paga ni el agua de la ducha.

P.- ¿Y no protestan?

R. - Se sigue luchando para al menos conseguir el anterior IVA. Hay que hacer ver que un euro invertido en deporte supone unos cuantos más en salud. La práctica deportiva tiene incidencia en reducir las camas de hospitales, pero hace falta que quien gobierne tenga esta mentalidad. Ahora estamos resignados pero con la intención de seguir peleando.

P.- Decía un estudio que la crisis sirve para que la gente invierta en su cuerpo, por eso de querer verse bien por fuera y dar buena imagen.

R.- La verdad es que la crisis en este sector no ha sido tan fuerte, ha sido más la subida del IVA. Un centro tiene más clientes, pero su cuenta de resultados es inferior porque todo vale más y la cuota no ha subido. Algunos están lo comido por lo servido y el propio dueño es el que hace la limpieza, atiende al público, etc.

P.- ¿Cuánto se tarda en recuperar una inversión de un gimnasio?

R.- Eso depende de la instalación. En los planes de viabilidad se dice que en torno a siete años. Pero eso en recuperar la inversión porque luego tienes que modernizar las máquinas y vuelves a estar endeudado.

P. - ¿Los ayuntamientos hacen competencia desleal?

R.- El Ayuntamiento tiene que abrir la puerta a todos y para eso hace planes deportivos. Por ejemplo entiendo que se ofrezca en los centros cívicos Pilates, pero si lo haces en grupos de 30, ya no lo es. Tienen que tener la sensibilidad para pensar que los empresarios de los gimnasios también somos ciudadanos.

P.- ¿Estamos saturados de grandes centros de ocio y deporte?

R.- Lo curioso es que lo que falta es un centro deportivo privado en terreno privado. Hay empresas del extranjero que han estado aquí haciendo inspecciones para invertir y que no han entrado porque no entienden un mercado en el que la administración da terreno público para empresas privadas.

P.- ¿Por qué es mejor un gimnasio pequeño que un macrocentro?

R.- Hay personas que están mucho tiempo apuntados a un macrocentro y que nunca han sabido quién era el monitor. Hay una gran masificación. Si uno quiere tener objetivos claro, es decir, perder peso, ganar movilidad, etc, tiene que ir donde le atiendan. Si en un lugar te dicen a todo que sí y por 15 euros al mes, piensa que algo no puede ir bien.

P.- Éramos pocos y se quiso hacer el centro deportivo en Juan de Austria?

R .- Eso fue tremendo. Afortunadamente desde el actual Ayuntamiento nos han dicho que no va a salir. No entiendo la actitud del anterior Grupo Municipal, creo sinceramente que no conocía el sector deportivo. Hay un error de base, este centro de ocio tenía muy cerca a otro, los propios vecinos lo rechazaban. Hicimos alegaciones y ganamos.

P.- ¿A quién le sometemos a una sesión de ‘body pump’?

R.- A los cuatro líderes políticos que no llegan a un acuerdo durante estos días. A esos les pongo en grupo y en una sesión dura, de las de sudar.

P.- ¿Cuál es el perfil de una empresa de este sector?

R.- Tiene entre 8-10 trabajadores, de los cuales más de 50% mujeres y en todos los puestos. Algo que sería impensable hace años, pero no por paridad sino porque lo valen. El empresario tiene entre 40-50 años y procede de alguna disciplina deportiva.

P.- Si una persona tiene una entrevista de trabajo en un gimnasio, ¿qué ropa se pone?

R.- [Risas]. Creo que en cualquier entrevista de trabajo se tiene que ir como es uno. No complicarse la vida. Hace tiempo que se nota que la gente lleva preparadas las respuestas, por eso en cuanto se sale del guión, te quedas en fuera de juego.

P. - ¿Para cuándo un gimnasio con nombre en castellano?

R.- Yo tenía uno que era Centro Don Sancho, y ahora tengo Distrito 1 del que por cierto mi hermana María es el alma mater. Pero si es cierto que hubo una época que era cómico. De ahí que hasta Leo Harlem hiciera un monólogo muy gracioso. Pero es cierto que hay que quitarse eso de los nombres en ingles, son casposos.

P.- La última. ¿Lo mejor de un gimnasio es la cerveza que te tomas al final con los amigos?

R.- [Risas y sin dudarlo] Sí.