«Pediré a los reyes que la universidad se tome más en serio su patrimonio»

Pregunta.- ¿Con qué tonos pintaría Rembrant sus lecciones de Anatomía?

R. - Con destellos. Siempre intentamos llevar a clase la aplicación práctica de la lección, las posibles patologías. Los estudiantes se meten en Medicina para curar al enfermo, no quieren otra cosa. Y con eso hay que engancharles. ‘Un señor se ha caído, se ha dado un golpe y no puede levantar la punta del pie, ¿qué puede haber pasado?’. Ellos hilan y dicen que se ha roto tal tendón o este nervio. Pueden ser otras 20 razones, pero tienes que reforzarles y guiarles por ese camino.

P.- Da clases desde el año 85. ¿Hay diferencia entre los alumnos de entonces y los de ahora?

R.- Sí, mucha. Cuando yo empecé ya había numerus clausus y llegaban alumnos muy buenos. Pero últimamente los colegios e institutos engordan las notas, sobre todo si saben que el alumno quiere optar a Medicina. Y cuando llegan aquí comprobamos que su calificación no se corresponde con los conocimientos. El sobresaliente de siempre es ahora gente de un 6 en la facultad.

P.- Se ha bajado el listón.

R.- Bastante. Y lo que es peor, nosotros también lo acabamos bajando. Si pusiésemos hoy el examen de hace 15 años habría muchísimos suspensos. Y, en general, el nivel cultural es más bajo. A veces empleas una palabra que no es muy cotidiana y ves que no te han entendido.

P.- ¿Por ejemplo?

R.- ‘Al unísono’, términos de ese tipo. Alguna vez me han preguntado qué significa una palabra y he respondido que lo miren en el diccionario. Quedas un poco borde, pero… Últimamente, como que les riño más.

P. - ¿Es más cascarrabias?

R.- No. La edad algo influirá, pero no es normal que tengamos que explicar cosas como que en el aula no se puede meter comida ni bebida. Otener que decir:Usted no puede comer gusanitos. O beber agua.

P.- Los hábitos cambian. Fíjese que hasta hace no tanto se podía fumar.

R.- Efectivamente. Recuerdo entrar a clase en el anfiteatro y no ver con tanta humareda; era como la niebla de por la mañana.

P.- Este museo es un gran desconocido. ¿No le da rabia que los cristos de Gregorio Fernández reciban más visitas que sus yacentes?

R.- Ni rabia ni envidia, porque el Museo de Escultura tiene que tener esa relevancia. Lo que me entristece es que no difundan mejor estos fondos, con el atractivo científico que tienen. Y que no den una solución de ampliación. Cuando he ido a pedir ayuda a los bancos, la Junta, la Diputación… todos dicen que el museo es de la Universidad y que se tiene que implicar. Pero para la Universidad, este museo es una patata caliente. Nunca es prioritario, siempre está en la cola.

P.- ¿El visitante más ilustre que ha pasado por aquí?

R.- La Reina Victoria Eugenia. Cuentan que don Salvino [el fundador del museo], al darse cuenta de lo que ella se iba a encontrar nada más entrar, subió corriendo las escaleras, se quitó el sombrero y lo colgó en el pene de una pieza de cera, que estaba en erección. Desde entonces, a esa pieza la llaman ‘la percha de don Salvino’.

P.- ¿Qué más anécdotas acumula?

R.- Bastantes. Un 30 de diciembre nos avisaron del zoo de Madrid: que se les había muerto un elefante. Fuimos para allá con la idea de traerlo entero, pero cuando llegamos había una montaña de carne enorme. Trajimos una pata delantera, otra trasera y la cabeza, que tuvimos que dejar esa noche fuera, en el jardín, que es la entrada del Instituto Anatómico Forense. Un compañero decía: ‘tenemos que venir a las ocho de la mañana porque como venga alguien al forense y vea la cabeza de Dumbo en el suelo...’

P.- Entrar en estas salas por la noche tiene que acongojar…

R.- No. Hombre, alguna puedes tener algún sobresalto. En el depósito de cadáveres, un día estaba yo solo y sonó el silbidito del guasap, fiuuu, fiuuu, y dices ‘¡mecagüenlaleche!’

P.- ¿Nunca le ha llamado Iker Jiménez para grabar algún programa?

R.- Sí, pero tal y como lo quería plantear… dije que no. No sé cómo se enteraron de que en el museo hay un cráneo humano que habían usado en misas negras, hace muchos años (nos lo entregó un juzgado de Valladolid después de la instrucción). Algún tonto lo cogería en un cementerio y le habían pegado pelo con pegamento imedio. En la frente tiene pintado el pentáculo y en la parte de atrás, el 666 del demonio. Querían darle un poco de misterio a esa historia, pero de esas cosas no hay que hacer espectáculo.

P.- ¿Teme más a los vivos o a los muertos?

R.- A los vivos, siempre. Los muertos nunca dan problemas.

P.- Fue alumno de León de la Riva. ¿Era mejor como alcalde o como profesor?

R.- Como profesor era bueno, daba bien las clases de ginecología.

P.- ¿Ycomo alcalde no lo era?

R.- Como alcalde también me pareció correcto. Quizá unas formas muy de andar por casa, pero no es cuestión de que me ponga yo a analizar eso.

P.- ¿Cómo afecta la tijera a la labor investigadora?

R.- La Universidad ha sido muy perjudicada por los recortes;no sólo en los fondos de investigación, también en la renovación de profesorado. Hemos tenido que dar bastantes mas horas y diversificarnos en otras titulaciones. Y tampoco hay visos de que esto se vaya a solucionar.

P.- ¿Anatomía de Grey o Médico de Familia?

R.- Me gustaba más el doctor House. Le veía muy desenfadado y los casos eran bastanterocambolescos, pero el trasfondo estaba bien asesorado.

P.- ¿Es visceral o racional?

R.- Soy muy visceral.

P. - ¿Y buen enfermo?

R.- Mi mujer dice que no. Lo que no podría es pasar por un quirófano;me tendría que estar casi muriendo. Cuando veo la alegría con la que la gente se opera de los párpados o se hace un lifting…

P.- ¿Y por qué le espanta tanto?

R. - Sobre todo, por la pérdida de la consciencia. Me operaría más tranquilo con una anestesia local.

P.- ¿Con qué música mueve el esqueleto?

R.- No soy muy de bailar. Me puedo lanzar, pero tienen que darse condiciones muy puntuales.

P.- ¿Donará su cuerpo a la ciencia?

R.- Por mi sí, el problema es la familia. Y los compañeros. A mi no me gustaría encontrarme a uno.

P. - Este museo cumple cien años el próximo año. ¿Qué fiesta prepara para celebrarlo?

R.- Queremos organizar una jornada de reconocimiento a la figura de Salvino Sierra, el impulsor de este museo, un pionero querecorrió los mejores institutos anatómicos de Europa. Y estamos preparando una exposición en Palencia sobre el instituto primigenio. También queremos volver a instaurar el Premio Anatómico Sierra, que este hombre organizaba para reconocer al alumno que sabía más anatomía al finalizar el curso. El premio consistía en 300 pesetas, que en la época era una pasta.

P.- ¿Qué le pedirá a los Reyes?

R.- Que este equipo rectoral se tome más en serio el patrimonio de la Universidad, que es muy amplio. El museo necesita expandirse. Y si avanza es por un empeño personal; voy a paso de hormiga, pero nadie me va a parar.