Diario de Valladolid

Cultura

Lou Reed resucita en 'Desde Berlín'

Nathalie Poza y Pablo Derqui rescatan la magia de su mítico disco ‘Berlín’ en una «historia de amor y destrucción» dirigida por Andrés Lima

Nathalie Poza y Pablo Derqui en una escena de ‘Desde Berlín’.-El Mundo

Nathalie Poza y Pablo Derqui en una escena de ‘Desde Berlín’.-El Mundo

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Ana de la Fuente

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En 1973, Lou Reed publicaba Berlín, su tercer álbum. Un trabajo que en su momento fue muy criticado. Algunos incluso llegaron a augurar que este disco supondría el ocaso de su carrera como artista. Dos décadas después, Berlín fue catalogado como uno de los 500 discos más influyentes de la historia de la música y ahora ese álbum presuntamente desastroso se ha convertido también en una obra de teatro gracias al director Andrés Lima que ‘resucita’ en Desde Berlín a uno de los mayores iconos del rock de todos los tiempos.

Lou Reed murió hace dos años y hoy el muro ya es solo historia. Pero sobre Berlín, Andrés Lima ha construido una historia de amor y destrucción cobijada por la inolvidable música del genio de Brooklyn que llegará este sábado hasta el Laboratorio de las Artes de Valladolid bajo el título Desde Berlín con Nathalie Poza y Pablo Derqui como protagonistas de una obra «de amor y desamor, intensa, tierna y cruda a la vez, muy dura pero inmensamente bella», dice Poza.

Una historia de «excesos» en la que la carga dramática y la tragedia se asoman ante el espectador como «un poema amoroso que no rehúye la mirada hacia el lado más salvaje de la vida», dice Poza, quien afirma que Desde Berlín «es mucho más que un musical».

«Yo prefiero hablar de poesía audiovisual, de un poema de rock en el que se invita al espectador a subirse a un viaje a través de estos dos personajes que viven de manera muy extrema bajo el cobijo de la música de Lou Reed», añade la actriz.

Pero más allá de un mero homenaje a Reed, que también lo es, Desde Berlín es una devastadora historia encarnada por una prostituta drogadicta y un proxeneta maltratador que viven en un Berlín imaginario que retrata la marginalidad, las adicciones, la violencia descarnada, la autodestrucción y la posterior caída libre al infierno.

Nathalie Poza y Pablo Derqui-Caroline y Jim- destilan durante los 70 minutos que dura el montaje todo el dolor de los sueños rotos. Toda una espiral de sexo, drogas y alcohol.

Ambos son víctimas de una devastadora historia de excesos y maltratos relatada con toda crudeza a través de los textos de Juan Cavestany, Pau Miró y Juan Villoro y las composiciones más salvajes y auténticas de Lou Reed.

«Yo he crecido con las canciones de Lou Reed. Le escuché por primera vez a los once años gracias a un disco que me puso mi hermano y a veces pienso que soy actriz gracias a él. Hay algo en él que va más allá de ser un músico o un poeta. Su música me entró en vena desde el primer momento.Sus discos crean una atmósfera especial que te embauca y te envuelve cada vez que los escuchas», dice Poza.

Y aquellos pentagramas que marcaron la historia de canciones como Berlin, Lady Day, How Do You Think It Feels, Caroline says, The bed o Sad Song se incorporan en este montaje como melodía de una historia de lucha llena de autodestrucción.

Los dos actores cantan y recitan mientras tocan el piano (Nathalie Poza ) y la guitarra (Pablo Derqui). Sus voces se irán intercalando a lo largo del montaje con la música original del disco y algunas proyecciones. Los dos, dice Poza, encarnan una manera de «afrontar la vida y la muerte, la pasión, lo cotidiano y lo excepcional, la necesidad del otro y la búsqueda de soledad».

Como único atrezzo: una cama. En ella Caroline y Jim viven su tortuosa relación. «La cama es el centro sobre el que gira todo», dice Poza. Allí se drogan, se maltratan, se besan, se aman...

El espectáculo respeta el orden del disco -cuenta la actriz-. «Las escenas viajan con la canciones. Empieza muy cañero, pero conforme va transcurriendo la tragedia se va suavizando, haciéndose más dulce». Pero en ningún momento se descansa. «Es un espectáculo para sentirlo, no para pensarlo».

Desde Berlín llegará este sábado al LAVA a las 20,30 horas.Aquí echará el telón tras una larga gira por España y América.

«Tengo una sensación agridulce. Por un lado estoy deseando actuar en Valladolid, la ciudad en la que nació mi padre, pero a la vez siento mucha tristeza porque será nuestra última función», dice.

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