Diario de Valladolid

Sucesos

Detenidos tras dar una brutal paliza a un indigente en plena calle

Un joven y un menor se ensañaron con la víctima en Montero Calvo / Le rompieron el peroné, le desgarraron una oreja, le abrieron una ceja y le dejaron inconsciente

TRAS LA PALIZA DESTROZARON EL ESCAPARATE DE UNA MERCERÍA. La paliza solo fue el inicio de una espiral de actos delictivos. Tras los golpes a su víctima destrozaron el escaparate de la lencería ‘Kioto’ de Montero Calvo. Su dueña, en la imagen, denunció ade-J.M.Lostau

TRAS LA PALIZA DESTROZARON EL ESCAPARATE DE UNA MERCERÍA. La paliza solo fue el inicio de una espiral de actos delictivos. Tras los golpes a su víctima destrozaron el escaparate de la lencería ‘Kioto’ de Montero Calvo. Su dueña, en la imagen, denunció ade-J.M.Lostau

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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Fue una paliza en toda regla y sin un episodio previo como desencadenante. La víctima, un indigente de 57 años y los presuntos agresores, dos jóvenes, uno de ellos menor de edad, que no acertaron a explicar a la Policía el porqué de su brutal ataque a una persona que ni siquiera conocían.

Los hechos sucedieron en plena calle en la madrugada del pasado sábado 11 de abril en la céntrica Montero Calvo en una noche de locura delictiva de los dos arrestados, A.C.D. de 19 años y un menor de 17 (cumple 18 en julio), que fueron cazados poco después en la calle Labradores tras dejar un reguero de violencia enloquecida contra las personas y los bienes ajenos.

Los dos detenidos son de nacionalidad rumana y solo el mayor, que ingresó en prisión tras declarar ante el juez, poseía hasta la fecha antecedentes penales. Eso sí, escasos y de entidad menor, ya que solo constan dos, uno por hurto y otro contra la seguridad del tráfico.

La espiral de agresividad se activó sobre las 5.30 horas de la noche del viernes al sábado en la calle Montero Calvo. En esta vía los dos jóvenes se encontraron con el indigente, al que no conocían, y le pidieron un cigarro. Sin tiempo de respuesta, comenzaron a golpearle con saña. Fruto de la agresión, la víctima sufrió fractura de peroné y llegó a quedar inconsciente tras las graves lesiones infligidas, de carácter grave, entre ellas varias brechas en la cabeza, pérdida momentánea de visión en un ojo, una oreja desgarrada y una ceja abierta, según informaron fuentes policiales.

Tras dejar a su víctima malherida, la emprendieron contra el escaparate de un comercio cercano, la mercería ‘Kioto’. En esta tienda destrozaron uno de los dos escaparates y se llevaron tres mantas del expositor con su contenido: numerosos broches de fantasía.

Sangre seca en la mano

El estruendo que provocó el estallido de la luna despertó a un vecino, quien a las 5.40 alertó a la sala conjunta del 091-092 del robo y de las características físicas de los autores. En ese momento dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Municipal patrullaron por los alrededores y dieron con la pareja en la calle Labradores.

Para su asombro, los dos autores seguían empeñados en causar daño. Antes de que les ajustaran los grilletes habían arrancado carteles y los habían tirado al suelo. Lo último que les dio tiempo a hacer fue tirar una moto al suelo y romper el retrovisor de un turismo.

La comprobación de que eran los supuestos autores de la paliza fue rápida. Coincidían con las características facilitadas por el testigo del robo y además presentaban en las manos sangre seca que no correspondía con ninguno de ellos.

A las 6.41 fueron trasladados a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía. La detención del menor fue comunicada a la Fiscalía de Menores de la Audiencia de Valladolid, órgano que decretó su libertad con cargos. El mayor de edad prestó declaración ante el juez de guardia (Instrucción 5), que dictaminó su ingreso en prisión.

La víctima fue atendida poco después de la paliza cuando se encontraba en estado lamentable. Fue trasladado al Hospital Clínico donde le escayolaron la pierna y le aplicaron varios puntos de sutura. Salió esa misma madrugada del hospital en silla de ruedas y la anécdota la puso un policía. El funcionario le entregó unas muletas suyas particulares, ya que no consiguieron encontrar otros apoyos por otra vía para que pudiera desplazarse.

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