Religión
«No voy a decir nada; declararé ante la jueza»
En un mutismo absoluto, con un gesto serio y acelerando, Jesús Hernández acudió a la misa en la Catedral de Valladolid en honor al que fuera arzobispo de Valladolid, el fallecido José Delicado Baeza
En cuanto vio a los periodistas esperándole, Jesús Hernández hizo amago de darse la vuelta en la Plaza de la Universidad, pero se dirigía a la misa que a las 18 horas comenzaba en la Catedral de Valladolid en honor del que fuera arzobispo de Valladolid, el fallecido José Delicado Baeza, y sólo estaba abierta una puerta.
En un mutismo absoluto, con un gesto serio y acelerando el paso se zafó de las primeras preguntas. Más tarde, sólo acertó a decir que, precisamente, no pretendía hacer ninguna declaración ni sobre su imputación, ni sobre el caso, ni sobre los exorcismos que realiza, porque ya en una conversación anterior con este periódico reconoció que se ha ocupado de 200 manifestaciones satánicas en cuatro años. «No voy a decir nada, esperaré a declarar ante la jueza», aseguró ayer antes de confesar a varios fieles.
Jesús Hernández, presbítero exorcista de las diócesis de Castilla y León, compagina confesar en la Seo vallisoletana con oficiar de capellán en el convento de Las Salesas o en el centro penitenciario de Villanubla con las prácticas para alejar al diablo que se requieren en toda la Comunidad. Un ritual que defendió a EL MUNDO en cuanto se conoció la denuncia de los tíos de esta joven: «Esto no es brujería, ni superchería; es algo muy sagrado», aseguró entonces. «El diablo tiene fuerza y persiste», alegó para explicar la repetición hasta en trece ocasiones de este ritual a la menor burgalesa. «La chica estaba poseída por el diablo».