El PP aprueba un PGOU «realista» que la oposición tacha de «farsa»

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Valladolid dio este miércoles un paso adelante con su aprobación inicial en un pleno del Ayuntamiento bronco, con insinuaciones por parte del PSOE de tráfico de influencias y advertencia de la concejala de Urbanismo, Cristina Vidal, ante las palabras de trazo grueso del portavoz socialista, Javier Izquierdo.

Ya se sabía que el acuerdo era imposible, pero lo que en principio era un pleno extraordinario con el PGOU como único punto del orden del día derivó, una vez más, hacia el terreno pantanoso de las elecciones de mayo. Fue una prueba del nerviosismo que cunde entre unos y otros ante la incertidumbre del panorama que se avecina y en algunos casos, el del alcalde, sin despejar todavía la incógnita de su candidatura.

La concejala del ramo, Cristina Vidal, fue la encargada de defender el plan que recoge el modelo de desarrollo urbanístico de Valladolid en los próximos 12 años, un plan «realista» que sustituye «el urbanismo expansivo» de antaño por lo que denominó «urbanismo de transformación que sirva con equidad a todos los ciudadanos». Frente a las acusaciones de «más de lo mismo» de la oposición por mantener la previsión de 66.000 viviendas, Vidal precisó que son «una mera reserva de suelo» y explicó que los únicos suelos prioritarios son los de los nuevos talleres de Renfe y los de Palomares, donde irá el parque agroalimentario. El nuevo plan rescata proyectos aparcados como el Valladolid Arena y el Palacio de Congresos.

Como prueba de la rectificación que supone este plan respecto al de 2003, recordó la concejala la desclasificación de 2.100 hectáreas de suelo. Añadió Vidal que el texto aprobado, además de plantear una ciudad «sostenible», está pensado para afrontar la recuperación económica que se augura para los próximos años y, a la vez, favorecer el retorno a la ciudad de muchos de los que «viven en el alfoz, pero compran y trabajan» en Valladolid. De paso, añadió que, al contrario de lo que sostienen PSOE e IU, la aprobación no impide la concesión de nuevas licencias, que sólo se suspenden en el ámbito de Piensos Cía.

Ni que decir tiene que las explicaciones no convencieron ni al PSOE ni a IU. Los dos portavoces, Izquierdo y Saravia, pidieron, incluso «por favor», la retirada del texto, que el primero tachó de «puñalada trapera a los ciudadanos» y el segundo de «farsa». Para Saravia el texto aprobado de forma inicial «ni es nuevo ni es plan general». A su juicio es «el plan de antes (el de 2003) pero un poco más contenido», y añadió que «tiene tantas carencias y errores que no sirve para el debate». La única explicación para el portavoz de IU es que el equipo de gobierno trata de «salvar la cara y aprovechar que están cerca las elecciones».

Por ahí fue también una de las líneas críticas de Izquierdo, quien además de reprochar «el oscurantismo» en la elaboración del plan y calificó de «insensato y absolutamente injustificado» mantener la previsión de 66.000 viviendas «cuando hay suelo más que suficiente en planes parciales ya aprobados».

Izquierdo y Vidal mantuvieron en un tenso debate con carga de profundidad política. El portavoz socialista, quien en todo momento se dirigió al alcalde, impertérrito, dijo de éste que «lleva meses llorando por la esquinas para ser candidato» y reiteró que el próximo alcalde será su compañero Óscar Puente y será él quien pare el plan aprobado.

«Tanta seguridad tiene que huye usted a Madrid», le respondió Vidal, en alusión a la posible inclusión de Izquierdo en la lista al Congreso.

Al final, el plan se aprobó con los únicos votos del PP y ahora se abrirá un periodo para que «hablen los ciudadanos y favorecer un debate limpio», dijo la concejala de Urbanismo.

Será ya el próximo equipo de gobierno que salga de las urnas en mayo el que tenga que acometer la aprobación definitiva.