sociedad
Recoletos reabrirá 2 ecoterrazas tras dos años cerradas
De las cuatro que salieron a concurso dos quedan desiertas pese a rebajarse el canon a la mitad
Una de las ecoterrazas de Recoletos que reabrirá de nuevo al público-El Mundo
Las ecoterrazas vuelven al paisaje urbano tras el fiasco que obligó a cerrar hace casi dos años cuatro de estas cinco instalaciones de hostelería pensadas para acoger a clientes tanto en invierno como en verano en un ambiente natural. En realidad algunas seguían ahí, montadas en el mismo sitio en el que se instalaron en el año 2009, pero cerradas a la espera de un buen postor.
Sacadas a concurso de nuevo por el Ayuntamiento, dos, ambas en Recoletos, tienen ya adjudicatario, mientras en los otros dos casos la concesión quedó desierta al no cumplirse las condiciones de la licitación. Y eso que el canon anual a pagar por los adjudicatarios estaba rebajado a la mitad respecto a los 10.000 euros que se pagaban hace dos años, una de las razones que al final llevó a la retirada de la concesión por impago y al cierre.
Los dos adjudicatarios son el Grupo Moga, propietario entre otros del restaurante Sabores, ubicado en Recoletos, junto al Centro de Iniciativas Turísticas del Ayuntamiento. El Grupo Moga pagará un canon anual de 5.000 euros por su ecoterraza, que estará junto a su establecimiento, pero que no utilizará como terraza sino como un ‘chiquipark’, para recreo de los niños de clientes que acudan al restaurante. El segundo adjudicatario es Lurca S. A. U, propietario del ‘burguer king’ de Recoletos, que pagará 6.000 euros anuales por la segunda ecoterraza. En ambos casos la concesión es por cinco años, lejos de los 20 en los que se fijó el periodo de contratación la vez anterior.
Fue en el año 2009 cuando el Ayuntamiento decidió montar cinco de estas ecoterrazas como una fórmula novedosa para dar cobijo a los clientes de la hostelería en los duros meses de invierno y con refrigeración durante el verano. Tres estaban en Recoletos, una cuarta en el Paseo de Zorrilla y la última en la calle Magallanes.
El Ayuntamiento destinó algo más de un millón de euros del famoso Plan E a la instalación de estas cinco ecoterrazas -cada una costó 205.000 euros- con la previsión de que el contrato se mantuviera por un periodo de veinte años y un canon de 10.000 euros anuales a pagar por los adjudicatarios.
Pero la idea no cuajó entre los clientes. La escasa rentabilidad de estos habitáculos, con un envoltorio atractivo, adornados con motivos naturales e integrados en el ambiente, llevó al cierre. En dos casos la concesión se retiró por impago, mientras en otros dos los adjudicatarios renunciaron. Ahora es la segunda oportunidad para las ecoterrazas.